Por José Félix Suárez
Especial para Correveidile
Cuando el pasado lunes 14 de octubre el sol se abrió paso entre las nubes, todo se iluminó de color Granate en el parque General San Martín. Como se esperaba, la tarde también se vistió de fiesta y alegría por el colorido, el fervor, el aliento, el bullicio, la pasión y el inmenso amor de esas casi 3.000 almas que habían llegado desde el Bajo para hacer realidad el sueño infinito de largas décadas y el grito contenido a lo largo de toda una vida.