Por Magalí Carbonell
A la hora de vestir ventanas nos enfrentamos ante una decisión importante para la decoración del hogar. La primera elección es entre cortinados tradicionales o vanguardistas. Sólo después de decidido esto, pasaremos a indagar en diseños, texturas y colores. Veamos…
Las cortinas de siempre
Los cortinados tradicionales pueden renovarse cambiando los barrales. En la actualidad priman los niquelados y con distintos diseños de agarraderas. Por su parte, para una casa de campo, son muy acertados los barrales de hierro forjado, cada vez más simples y las agarraderas como flores, borlas o una simple cinta de perlas. Sobran las opciones.

Si buscamos un estilo romántico, ideal para una habitación femenina, debemos pensar en doble cortinado. De fondo, pegado al ventanal, una cortina en dos paños de gasa liviana, con su agradable languidez, que puede ir confeccionada con tablas encontradas y sujetas a un barral con argollas, pintado de blanco, muy simple, para una gasa igualmente blanca. Esta permite el paso de la luz y bastante visibilidad al exterior.
Adelante colocaremos una cortina pesada que proteja de la luz intensa, del calor y el frío. Propongo una tela tipo corderoy de bastón fino, bien canchero y el color acorde a la ambientación. También podría ser confeccionada con tablas encontradas suspendidas de un barral pintado igualmente blanco, más separada del barral anterior para que no se interpongan.
Este tipo de cortinados es ideal para lograr luz o intimidad en una habitación. También podemos colocar unas agarraderas sujetas por alzapaños muy simples, y así mantener la cortina recogida cuando se requiera, de una manera vistosa.

Si, en cambio, hablamos de un comedor de diario, de estilo country inglés, podríamos pensar en un lino blanco de fondo y un lino estampado con grandes flores de clara impronta british, adelante.
Pero si lo que queremos es algo muy moderno, incluso con barrales niquelados, podemos colocar una tela como la muselina de cabezal blando o sea sólo con un dobladillo ancho sin la cinta que le da rigidez, formando pinzas cada unos 10 cm. de separación con una argolla detrás -que no se ve-. Se forma así una especie de onda, que logra una caída espectacular y si es más larga que el tope al piso, mucho mejor. En este caso recomiendo un color blanco o natural preferentemente. Como la muselina viene de tres metros de ancho es, por lo tanto, de alto rendimiento.
Si nos vamos a un ambiente muy elegante, como un comedor principal, podemos pensar en un lino liviano con poco frunce, en color chocolate, que nos proteja del sol y las miradas pasajeras; que caiga graciosamente desde unos rieles europeos disimulados por una cenefa que arranca del techo, y que puede ser de madera pintada.

Vanguardia y funcionalidad
Las vanguardistas cortinas industriales brindan intimidad y protección, además de ser sumamente funcionales. Son muy usadas actualmente y existen en gran variedad. Por ejemplo, las romanas, que al subirlas forman grandes pliegues como un acordeón, se presentan en distintos tipo de tela y son muy aceptadas en deco modernas. Igualmente los rollers, paneles enrollables de diseño plano, que cuentan con un rodillo giratorio en su parte superior que permiten enrollar o desenrrollar la cortina desde un cordón. El sistema es impecable y logra distintos efectos según la tela que se use, de las que hay variedad de clases y texturas.
Los paneles orientales son ideales para lograr una estética zen u oriental. Nada mejor que estos paños que corren sobre rieles para dividir o integrar ambientes. Por su parte, las bandas verticales son la mejor solución para ventanas grandes, poseen un sistema de apertura y cierre mediante un cordón y un giro de más de 180º para regular el ingreso de luz.

Hemos hablado aquí sobre las propuestas más comunes pero en el mercado podemos encontrar actualmente una variedad más amplia. Vaya esta introducción a modo de leve orientación sobre cómo solucionar estos temas.
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