Archivo | octubre 7th, 2013

La odisea de Chacras: Transitar por Besares, por Gabriel Gallar -->

La odisea de Chacras: Transitar por Besares, por Gabriel Gallar

Debo transitar, al menos, cuatro veces al día por la hermosa calle Besares. Todos los vecinos de Chacras seguramente deben pasar por ella, en auto, en el colectivo o en bicicleta.

Hace mucho tiempo está descuidada, abandonada a la “buena de Dios”.  Por eso cada vez que pasaba con el auto y tropezaba con algún bache instintivamente emitía irreproducibles improperios contra los encargados del mantenimiento de esta arteria.

Pero últimamente he estado cavilando y me ha remordido la conciencia por haber pensado mal de esta buena gente del Municipio o de Vialidad. Y en verdad lamento mis malos pensamientos pues, sumergido en mis cavilaciones, he llegado a una conclusión que me llena de orgullo: la Municipalidad de Luján de Cuyo, o Vialidad están ayudando a todos los que pasamos diariamente por calle Besares. Por eso, vecinos chacrenses, no más disgustos ni improperios. Al contrario, cuando se encuentren con un funcionario municipal, si es que lo ven por el pueblo, respetuosamente, denle las gracias por proteger nuestras vidas y vehículos.

Es que con la humildad y austeridad que debe caracterizar a una gestión popular el municipio implementó silenciosamente (es una deducción personal que no necesariamente debería ser cierta) un plan de protección a los conductores, que incluye un adiestramiento para mejorar la atención, los reflejos y la paciencia.

Veamos: Un día cualquiera, conduciendo, mi automóvil, de este a oeste, me encuentro con una serie de baches que son imposibles de evitar sin colisionar con los vehículos que vienen en sentido contrario. Los dos primeros los cruzo con el llanto de los amortiguadores, pero los tomo simplemente como una advertencia: conduce despacio, recuerda que en Chacras hay una ordenanza municipal que establece una velocidad máxima de 30 Km por hora. ¡Genial! No hay más señales de tránsito, que indiquen nada, pero el mensaje es claro: conduzca despacio porque no sabe qué habrá delante. Y no deja de ser innovador: es como subirse (gratis) al Tren Fantasma y, entre suspiros y alaridos, esperar  cada cien metros una nueva y aterradora sorpresa.

Al día siguiente y para alegría de todos, esos baches están cubiertos por una mezclita negra, que normalmente se la lleva la primera lluvia, entonces los inadvertidos sospechan que pueden acelerar un poco más. Sin embargo, más adelante, se encontrarán con una especie de fuente de agua potable que brota mágicamente a la vera de la calle. No hay muchas opciones: o cruzar ese misterioso manantial o frenar repentinamente para que nos choque el auto que viene bien pegadito detrás. Vecinos, amigos, nos están enseñando a tener reflejos, a conducir atentos y precavidos.  Del mismo modo, se está fortaleciendo gratuitamente a la campaña que aconseja “no bebas si vas a conducir”. Cualquiera que haya tomado dos copas de vino y conduzca de noche por Besares tendrá impredecibles consecuencias si su auto cae en un cráter no señalizado. Mejor no beba y si lo hace no vaya a oscuras por esta ejemplificadora calle. Pero no se fastidie, el Tren Fantasma debe tener suspenso y emoción.

Por último, si por alguna justificada razón, tiene mucha prisa para retirar los niños de la escuela o para estar puntualmente en el turno del dentista, no se preocupe: estamos cultivando el necesario don de la paciencia. No toque la bocina, es en vano, no insulte, nos están haciendo un favor esos dos camiones municipales que en paralelo y simultáneamente se estacionaron para recoger hojas en la estrechez de la calle. Su auto no pasa, tampoco los de la mano contraria. En fin, si llega tarde habrá aprendido la lección: Chacras es un pueblo tranquilo, no tengas apuros, conduce precavidamente, si conduces no tomes, mantén tus reflejos alertas. Todo por tu bienestar y el de tus vehículos.

Muchas gracias a todos los que anónima y desinteresadamente se preocupan para que en este pueblo hermoso la vida cotidiana nos sea más cómoda y placentera.

Gabriel Gallar

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Visitamos la casa-taller de Silvia Mechulán -->

Visitamos la casa-taller de Silvia Mechulán

Por Victoria Alfonso

Ya en el aire, está ella. Cada espacio, cada objeto la presenta y representa. Su interior nos rodea. Inmensas, generosas, coloridas, eclécticas, nos esperan las dos: la artista plástica Silvia Mechulán y su casa-taller. Rodeado de cactus, un antiguo baúl, alfombras tejidas, máscaras africanas y hasta una mariposa de tul y  lentejuelas, nos recibe un Cristo tallado en madera, traído por la dueña de casa de uno de sus viajes al México que ama.

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