Alberto López Pájaro llegó a este pueblo cuando tenía 20 años, allá cuando la década del ’60 finalizaba y la televisión mendocina daba sus primeros pasos. Precisamente para este medio Alberto creó un personaje entrañable para los niños mendocinos de los setenta, el popular payaso Cococho, creado a semejanza del Capitán Piluso del recordado Alberto Olmedo.

Más tarde, convertido en productor profesional, trajo al Gordo Porcel a la que fuera la última retreta organizada en nuestra plaza. Y también instaló a Sandro por unos días en Chacras. “Con Sandro fue algo especial -nos cuenta Alberto-, era otro payaso natural, muy bueno y espontáneo. Nos divertíamos mucho juntos, especialmente cuando lo llevaba de gira a General Alvear, San Rafael, de recorrida por los clubes o en las siestas compartidas a pura charla. Lo que pasaba era que cuando cantaba a la noche, no quería dormir a la tarde,  porque decía que se le secaba la garganta. Entonces charlábamos y tomábamos whisky o champagne con caviar”.

“Una vez nos pasamos unos días acá en Chacras, en El Cortijo. Se lo pedí a Lamicela, cuya hija era fan mía, y nos instaló allí como reyes. Allí grabamos Cococho con Sandro, filmada en 16 mm. Pero lamentablemente ese material se perdió cuando se llevaron cosas del Canal” (el viejo Canal 7 de calle Garibaldi)”.

Por aquella época fue el romance de Sandro con Tita Rouss, la mujer de Alberto Olmedo. Cuenta Alberto que “una vez la esperó a la salida del teatro y se la llevó en una avioneta llena de flores y champagne a Punta del Este. Tenía un metejón impresionante con ella”. Esto último va a colación para que nuestros lectores varones vean lo que es un verdadero romántico. Lo que les gusta a las mujeres. Y lo contamos en homenaje al Gitano, nuestro Sandro de América, que el pasado 19 de agosto hubiera cumplido 68 años. En su honor se ha propuesto que el 19 de agosto se celebre en la Argentina el Día del Hombre.