Vecinos organizados en pos de una solución sustentable. Apoyan la construcción de la planta pero en otra localización, que no afecte ambientalmente a ninguna población. Proponen alternativas superadoras, pero hasta ahora sólo cuentan con la postergación de la licitación y la palabra del ministro Baldaso de buscar otro lugar.
Por Adriana Sayavedra
No les cayó muy bien a los vecinos de Perdriel Este la novedad anunciada por el intendente de Luján de Cuyo, Carlos López Puelles, en su discurso del acto del 9 de Julio pasado, sobre la próxima construcción de una planta de tratamiento de residuos cloacales en los terrenos del Vivero provincial de calle Terrada, que serviría a la zona de Agrelo y Perdriel-Oeste. Rápidamente se organizaron para resistir tal iniciativa, a la que consideran errónea “porque ocasionaría un grave daño al entorno”.
Los vecinos consultados dejaron bien en claro que no se oponen a la construcción de dicha obra, a la que consideran de suma necesidad. A lo que sí se niegan es al lugar elegido, ya que se trata de una zona donde se ubican fincas y emprendimientos turísticos, casas de familia y de fin de semana, declarada por el Concejo Deliberante como zona “agroturística” y que viene experimentando un importante crecimiento demográfico.
Quienquiera que circule a lo largo de calle Terrada comprobará que se trata de un paisaje tradicional mendocino, de añosas arboledas, campos cultivados y viñedos, con un microclima especial. “Preferimos que esta zona se consolide como un lugar de paisajes tradicionales de Mendoza y fuente de turismo y no como una zona de desecho”, aducen los vecinos en su reclamo.
Para ellos se ha escogido la “alternativa más económica y de coyuntura” de las cuatro que se proponen en el pliego, con una visión cortoplacista muy lejos de los enfoques de largo plazo que deben manejar quienes toman las decisiones políticas, especialmente en materia de medio ambiente. Y es que solamente actuando desde la planificación y la prevención puede evitarse el daño ambiental.
“Se están basando en un estudio realizado en el año 2009, por una universidad privada y cuando la realidad de la zona era otra. Una obra de esa naturaleza implica graves daños ambientales: problemas de olores, contaminación, vectores de enfermedad, etcétera” sostiene preocupado Roberto Stocco, activo vecino de la zona.
Para Gustavo Graña, de calle Terrada, “el reclamo social se apoya en lo técnico. No es un capricho. Hablamos de una zona agrícola, que crece también turísticamente. Además, el pozo de suministro del agua que bebemos está ubicado al lado de la posible planta. Por otro parte, tampoco da la superficie del terreno del Vivero para la cantidad de gente que quiere servir esta obra”.
Los Vecinos Autoconvocados de Perdriel han recorrido varias reparticiones con su reclamo. Fueron recibidos por el ministro de Infraestructura Rolando Baldaso en dos oportunidades, la primera en la sede municipal lujanina y como resultado de ésta en el Ministerio, donde se debatió con los técnicos delproyecto. También se presentaron ante la Comisión de Derechos y Garantías de la Cámara de Diputados, cuyo presidente, el diputado Fernando Barrigón junto a Teresa Maza, adelantaron que harán las consultas pertinentes sobre el tema a la Secretaría de Ambiente de la provincia.
Propuestas superadoras
En un primer momento los vecinos propusieron como solución sustentable ubicar la planta de residuos cloacales en la zona de los pozos abandonados de YPF Barrancas, detrás del Santuario de la Virgen de Carrodilla, donde existe terreno suficiente “y no perjudica a nadie”, explica Marcelo Biritos, otro integrante de los autoconvocados.
Otra propuesta viable es la que explica el ingeniero químico y sanitario Eduardo Barbeito, con larga experiencia y conocimientos en esta materia, quien se ha desempeñado como consultor de la Organización Interamericana de la Salud en el reúso de líquidos cloacales y actualmente actúa como asesor técnico del grupo de vecinos, ya que también es parte de los damnificados.
El primer problema que plantea el especialista es, justamente, que tanto el Estudio de Impacto Ambiental y el proyecto a utilizar ahora, data del 2009, cuando las condiciones demográficas eran otras. “Hoy viven allí 750 familias, hablamos de instalar una planta en medio de una población”. Según sostiene Barbeito los EIA no pueden durar más de dos años, especialmente en lugares que reciben importantes migraciones de gente, como en este caso, “ya que cambian las estadísticas y hay que reformular todo”.
Su propuesta consiste en no realizar ninguna planta nueva, y unir atravesando el Río Mendoza las cañerías existentes de Terrada Sur con Terrada Norte. Serían 1420 metros de caño “soterrado, encamisado, que cumpla con todos los requisitos” y que se conecte con la planta de Paramillos, una de las dos plantas del norte de Mendoza (La otra es Campo Espejo, donde Barbeito vivió y se desempeñó como jefe técnico varios años).
Para el gobierno el inconveniente de esta alternativa es que la planta de Paramillo se encuentra colapsada. “Pero es fácilmente solucionable- argumenta Barbeito -realizando un by pass en el sifón del canal de fuga, que incluso está estudiado por Aysam e Irrigación”. El dinero que se ahorraría en hacer la planta de Perdriel, varios millones de pesos provenientes del Fondo Nacional de la Soja, podría aportar una parte de los fondos necesarios para optimizar la planta del norte mendocino.
Otro grave inconveniente que destaca Barbeito de ubicar la planta en el Vivero, es el riesgo de mezclar las aguas de reuso y de riego, algo que técnica y sanitariamente no se puede hacer. En este sentido “existe el riesgo de que eso ocurra teniendo en cuenta dos proyectos contradictorios anunciados por las autoridades: la instalación de la planta y la plantación de álamos en el mismo emplazamiento y, además, porque es una zona de riesgo aluvional, cuando llueve mucho se inunda”.
Por ahora los vecinos siguen atentos, esperando que las autoridades se expidan formalmente sobre los resultados de los nuevos planteos.
La voz oficial
La planta de tratamiento de residuos cloacales es una obra municipal realizada con fondos nacionales derivados a los municipios a través de las provincias. Por lo tanto, es el Ministerio el encargado de llamar a licitación. Consultado al respecto al ministro de Infraestructura Rolando Baldaso, aseguró a Correveidile que la planta no se hará en el Vivero y que actualmente se encuentran evaluando con el municipio una nueva localización que sería en los terrenos cercanos al Santuario de la Virgen de la Carrodilla. Teniendo en cuenta que es una obra municipal, intentamos obtener la palabra oficial a través del departamento de prensa del municipio, pero al cierre de esta edición no recibimos respuesta alguna.