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La vecina Florencia Linero fue becada en Europa

La joven científica chacrense, nieta de doña Ursula Jelasich, fue reconocida en La Sorbona, París, por sus investigaciones. Para los que no saben, doña Ursula fue dueña de uno de los bares más antiguos de nuestro pueblo, ubicado en calles Viamonte y Mitre.

Por José Félix Suárez

La científica mendocina, Florencia Linero, nacida en Luján de Cuyo hace 31 años, doctora en Biología Molecular, especializada en el tema de la Fiebre Hemorrágica Argentina – FGH – enfermedad viral endemoepidémica, popularmente conocida como “Mal de los Rastrojos”, quien en la actualidad se desempeña en el Laboratorio de Virología de la UBA –Universidad de Buenos Aires- fue distinguida con el otorgamiento de la beca L’Oréal Unesco destinada a las mujeres que en distintas partes del mundo se dedican  al estudio y la investigación en el campo de las ciencias. La joven lujanense, que concurrió acompañada por sus padres Roberto y Mirta y su novio, fue  galardonada junto a otras 14 investigadoras, entre ellas la colombiana Lina Gallego y la cubana Ariana Barbera en una formal y académica ceremonia que se realizó la noche del 28 de marzo pasado en la Universidad  La Sorbonne (La Sorbona) de Paris, Francia.

El premio otorgado a Florencia, novena argentina premiada en 15 años,  consiste en una beca de estudio equivalente a 40.000 dólares -20.000 por año-  que le permitirá  desarrollar su tarea  de investigación  en el Departamento de Investigación de Medicina Molecular de la  Universidad de Ghent, Bélgica, bajo la dirección del Dr. Xavier Saelens.  El plazo que tiene para el aprovechamiento de esta beca es hasta el 1ro. de marzo de 2014 con el compromiso de brindar una dedicación exclusiva. Florencia es además becaria de CONICET y cursa su pos-doctorado en el Laboratorio de Virología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

La viróloga lujanense, de personalidad inquieta y curiosa, ávida de conocimientos, completó sus estudios primarios en las escuelas Juan José Paso, María Auxiliadora y Emilio Jofré. En la época del secundario en el Liceo Agrícola y en el Colegio Juan Agustín Maza, descubrió su vocación por las ciencias y en una oportunidad obtuvo el primer premio en un concurso de Ciencias Naturales realizado en Luján de Cuyo. Posteriormente realizó el ciclo universitario en la Universidad Nacional de San Luis donde egresó como Licenciada en Biología Molecular, mientras que la tesis final sobre el “Mal de los Rastrojos”, también conocido como “El Virus de Junín”, la presentó  en la UBA. Su objetivo, según ha reconocido en varias oportunidades,  es desarrollar un enfoque mejorado para la cura y la prevención de la Fiebre Hemorrágica Argentina.

La enfermedad

La FHA se conoció en nuestro país en 1950 y afectaba principalmente a los trabajadores rurales en zonas agrícolas de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa. Al principio tenía una sintomatología clara pero de origen totalmente desconocido. Su agente causal recién fue aislado en 1958 a partir de sangre de enfermos y recibió el nombre de “Virus de Junín” en reconocimiento a los aportes para el estudio del mal de la comunidad de Junín, en la Provincia de Buenos Aires, epicentro justamente en 1958 del brote epidémico. El reservorio natural del virus es un roedor de campo denominado Caloomys musculinitis, conocido como laucha maicera, que elimina el virus a través de la sangre, la orina y la saliva. De ese modo contamina el medio ambiente y ocasionalmente el ser humano se puede contagiar ya sea por inhalación o a través de mucosas o heridas en la piel que entran en contacto con materiales contaminados con el virus. Los síntomas iniciales de la enfermedad son similares a la gripe y se agravan a partir de la segunda semana. El índice de mortalidad en las personas que no reciben un tratamiento específico de rehabilitación (reposo, hidratación) oscila entre el 15 al 30 % de los afectados. La terapia actual, según ha explicado la especialista mendocina, consiste en la transfusión temprana de suero de convalecientes, o sea de personas que padecieron el mal y se curaron, en razón de que su sangre contiene los anticuerpos necesarios para protegerse de la enfermedad.  Se estima que cinco millones de habitantes se encuentran en riesgo de contraer esa dolencia en las regiones mencionadas, de las que Mendoza se encuentra ausente por no figurar dentro del foco de  infección o del contagio.

Proyecto

De acuerdo a lo que ha anticipado la propia Florencia, su proyecto de investigación  se basa en la obtención de nanoanticuerpos, o “nanobodies”, que se encuentran en camélidos -camellos, llamas– porque presentan propiedades muy valiosas como una elevada resistencia al calor, resistencia al PH ácido del estómago y en razón de su pequeño tamaño pueden acceder a lugares a los que no llegan los anticuerpos comunes. Para la investigadora de Luján de Cuyo estos pequeños anticuerpos descubiertos en 1980 podrían ser una excelente herramienta terapéutica para el tratamiento del cáncer además de enfermedades inflamatorias o infecciosas. Como el causado por el “Virus de Junín” y trasmitido en zonas de trabajadores rurales por fluidos corporales aerosolizados de roedores de campo. La meta de Florencia es continuar  su trabajo eficiente y silencioso sobre terapias para el tratamiento de la Fiebre Hemorrágica Argentina consecuencia de una grave enfermedad: el Mal de los Rastrojos.

El Programa

Creado en 1998 el programa tiene como objetivo reconocer y apoyar a mujeres científicas en todos los continentes cada año. Se distingue a cinco investigadoras eméritas, una por región, cuyos logros hayan contribuído al progreso del conocimiento científico y beneficiado a la sociedad. El programa también identifica a 15 jóvenes científicas, tres por región, de alto potencial cuyos proyectos sean valiosos y viables, para atribuirles becas de investigación. La Argentina cuenta con dos investigadoras eméritas: la física Mariana Weissmann y la bióloga Belén Elgoyhen. Además, dos de las galardonadas mundialmente en 2008, Elizabeth Blackburn y Ada Yonath, fueron premios Nobel de Medicina y Química en 2009. Hay que destacar que en 15 años fueron distinguidas 1.729 científicas provenientes de 108 países.

Florencia Linero, la lujanina premiada

“PARA TODA LA VIDA”

Las Agencias de Noticias TELAM y EFE trasmitieron al día siguiente del acto  realizado el pasado 28 de marzo en La Sorbona las palabras de agradecimiento de Florencia Linero: “Compartir estos días con estas jóvenes colegas de distintos lugares y culturas, con realidades tan diferentes, fue una experiencia enriquecedora que jamás había imaginado. La ceremonia de entrega es un momento maravilloso y emotivo que quedará en mí para toda la vida. Agradezco enormemente a L’Oréal y a la UNESCO por haberme dado esta oportunidad y el reconocimiento a nuestra línea de investigación”.

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