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Por José Félix Suárez
El descenso en bicicleta, actividad conocida como Downhill (DH), es un deporte de alta técnica y extremo riesgo que consiste en bajar por una pendiente todo terreno, por lo general de tres kilómetros de extensión, con saltos y obstáculos naturales y artificiales -huecos, piedras, troncos, ramas, etc.- lo más rápido posible.
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Las acequias de piedra mendocinas
Lamentablemente he visto que en las obras de remodelación de la calle Boulogne Sur Mer han seguido con los planes originales en lo referente a las acequias, rompiendo la tradición de las acequias mendocinas “bordeadas de piedra”.
Llama la atención que no se tenga en cuenta este detalle que tipifica y da carácter al paisaje urbano de Mendoza. Sí, las acequias de Mendoza tienen características únicas y son comentadas por doquier como una novedad absolutamente distinta y tradicional, valga la contradicción. Las revisten con cemento dejando una ventana frente a cada árbol y sin el “cribado” en su base o fondo tal como lo indica la ordenanza del Municipio de la Ciudad de Mendoza Nº2085 – 12540/86, en su artículo 20.
Sí, novedad para quienes las descubren por primera vez y con asombro! Y tradición… son típicas de Mendoza!
Por un lado se habla de “Mendoza maravillosa” y por el otro se pierden oportunidades de realizar obras tendientes a hacer de tales palabras una hermosa realidad.
Un comentario más. El cemento es un producto que desde el punto de vista ambiental tiene muchas objeciones, no hay duda de ello. Las piedras son parte de nuestro paisaje, ¿costo ambiental? se acerca a cero, pues solo se requiere un poco de combustible para el transporte. El uso de piedras para revestir las acequias sería un buen ejemplo de buena conducta ambiental y siguiendo la ordenanza mencionada se aseguraría el desarrollo saludable del arbolado.
Aún es posible no perder la oportunidad de modificar las obras.
Se necesitan voces que ayuden en este intento.
Dardo Roberto Mur
La historia es de todos
Ya pasó. Ya va pasando. Eternos días donde el tema era uno solo se van escurriendo y van dejando espacios para otras noticias en la prensa mundial, tan ocupada en la Argentina, en el flamante Papa Francisco I.
Claro, era importante escudriñar las razones de tan sorpresiva elección, las internas del cónclave, el perfil del nuevo líder religioso. También a muchos les pareció trascendente referirse a la línea del metro que utilizaba el padre Jorge, a sus preferencias culinarias, a su equipo de fútbol y al modo en que le gustaba cebar el mate.
Mucho más importante sin duda era informar acerca de los cuestionamientos que asediaron al otrora cardenal Bergoglio, a raíz de su ortodoxia en materia de derecho de familia, y en numerosos puntos que hacen a la cotidianeidad de los católicos (y de los no católicos, en un país fuertemente católico).
Uno de esos puntos por demás importantes, fue y sigue siendo, reflexionar sobre las críticas que siempre existieron, acerca de su posición y posible colaboración (activa u omisiva) durante la dictadura militar argentina de 1976/1983. Es un tema entre tantos que, lejos de ser un tabú, merece, sin dudas, un análisis.
Lo cierto es que me ha tocado vivir este relevo papal, lejos de mi país y un tanto distanciado y desacostumbrado a la dinámica política y mediática que vivimos los argentinos. Pero no tardé en recordarla cuando advertí que, cualquier cuestionamiento, reflexión crítica o aunque más no sea duda que se deslizara en medios de comunicación o en redes sociales, sobre Bergoglio, era absorbida inmediatamente por esa visión dual y encarnizada que nos caracteriza desde hace tiempo: el que no está CON nosotros, está CONTRA nosotros. “Nosotros” frente al otro, que es, siempre, el enemigo. Así resulta que una posición crítica sobre el proceso que atraviesa el Vaticano, es en el acto leída como una adhesión al gobierno, como si éste fuese el único que tuviera el derecho y la responsabilidad de encargarse del asunto. Es que no se trata solamente de una cuestión interna reservada sólo para católicos; estamos ante un hecho de alto impacto en la esfera política interna y en el plano internacional. Pero resulta que, para muchos, las referencias a algunos temas “sensibles” son un pase directo al campo donde se libra esta guerra estrábica que enfrenta a dos bandos, sin dejar lugar a nadie más. “Oficialismo” y “oposición” son las banderas vagas e imprecisas que pueden agitarse. Y aquí no se quieren locos que vengan a la contienda sin estandarte.
Más allá de la participación o no de Bergoglio en el proceso militar de 1976, me pregunto desde cuándo la reflexión acerca del papel de la Iglesia Católica como institución durante estos años, es un territorio privado y reservado a “kirchneristas”. Cómo ha operado esta especie de apropiación simbólica del estado de derecho, donde los ciudadanos vemos en riesgo la discusión crítica de los temas que son nuestros, es decir, de la sociedad entera.
La historia cimienta la coyuntura política, pero la trasciende, por muchos intentos que haya de evitarlo. En pocas palabras, la historia no es de nadie, porque es de todos. Interpelarla no es un privilegio político, es un derecho y un deber democrático.
Nicolás Sosa Baccarelli
Proyecto del gobierno de manipular la justicia
Detrás del título meramente retórico de “democratizar la justicia” se esconde un intento de suprimir la independencia de los jueces, modificando el régimen republicano que establece la Constitución, en perjuicio de las libertades y derechos de todos los ciudadanos argentinos.
Cuando la Presidenta decía: “Vamos por todo”, no mentía. Le toca ahora el turno al último resguardo de los derechos y garantías: la justicia.
Los cambios propuestos en el Consejo de la Magistratura transforman a este organismo en dependiente de mayorías circunstanciales, y persiguen la finalidad de que el gobierno pueda designar y remover a los jueces que desee, además de quitarle los recursos a la Corte Suprema de Justicia para controlarlos por otra vía.
Respecto de las cautelares, los ciudadanos quedan indefensos frente a los abusos de poder del Estado. Ello soslaya la asimetría de poder entre administración y administrado.
Con relación a las Cámaras de Casación se agrega una instancia judicial más, alargando los procesos en perjuicio de los ciudadanos. El ejemplo más palpable se da en los juicios de los jubilados que ya sufren por años la injusticia de demorar sus reclamos.
Al mismo tiempo, resulta paradójico que el oficialismo hable de “democratización de la Justicia” y apruebe los proyectos sin debate democrático en el Congreso.
Es que esta reforma no es para que haya una Justicia mejor, rápida y cercana a la gente, sino para ocuparla con jueces adeptos al Gobierno y preparar el terreno para la impunidad.
Es hora de actuar todos juntos con grandeza y generosidad, ya que se encuentra en juego la República y la Constitución. Cuando no hay justicia independiente no hay Constitución, no hay libertad ni hay derechos para los ciudadanos. No permitamos este atropello.
Senador Ernesto Sanz
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Grandes y chicos participan cada semana de esta bella práctica musical en las instalaciones del viejo y querido Salón Para Todos, bajo la batuta de Cecilia de Borbón.
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El revuelo cuando sale el Corre, día de elecciones internas radicales y las reliquias de los anticuarios en esta radiografía de los Sociales chacrenses.
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Los chacrenses se expresan con reclamos que consideran justos y necesarios para una mejor convivencia y cuidado de nuestro lugar: la Plaza, las calles y sus cruces, ejes de la cuestión.
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Motoqueros y periodistas en esta sección entrañable que le quita el polvo a instantáneas de otros tiempos.
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La Unión Vecinal Pasaje Nazar se encuentra tramitando ante el municipio (Nota 560/13) una solución a la falta de iluminación de las calles principales del nuevo bario Aldea de Chacras, ubicado entre el Colector Río Seco Liniers, frente al puente de calles Aguinaga y Jorge Newbery, y el Pasaje Nazar, que sale a calle Loria.
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Nuestro pueblo, Chacras de Coria, hace mucho tiempo comenzó a adquirir un perfil turístico. Muchas personas que habitaban en forma permanente en la ciudad de Mendoza optaron por este paraje como lugar de veraneo o para sus fines de semana. En un entorno rodeado de pequeños viñedos, muy cerquita de la montaña, con un clima ideal en verano, con callecitas angostas pobladas de añosos árboles y, sobretodo, con la paz y amabilidad de sus pobladores. Era un pequeño paraíso muy próximo a la ciudad. Como todo pueblo de “las afueras” contaba con los servicios indispensables, un par de almacenes, un “boliche” donde los parroquianos saciaban el hambre y la sed al terminar sus faenas, la cancha de fútbol, la farmacia, la escuela, una cabina telefónica, el centro de salud, la comisaría, el registro civil y la parroquia. Y una plaza maravillosa como pocas hubo en Mendoza. Eso era prácticamente todo. No faltaba nada y nada sobraba. Había concordia, paz y seguridad. ¿Para qué más?
Pero el “avance del progreso” trajo lamentables modificaciones que aunque previsibles y hasta anunciadas hoy son ya irreversibles. Nuestro pueblo fue literalmente invadido en los últimos veinte años por los más variados emprendimientos económicos-comerciales. Gastronomía en primer lugar y una gran oferta de negocios comerciales con mayor o menor éxito. Obviamente este “progreso” impuso un severo cambio en la fisonomía pueblerina de Chacras. Nuestras callecitas angostas no fueron diseñadas para un flujo vehicular desmedido ni para que cientos de personas circularan por ellas desenfrenadamente.
Desde esta columna de Correveidile nos hemos ocupado y preocupado -y lo seguiremos haciendo- por el bien común de Chacras. En más de una ocasión solicitamos y advertimos a las autoridades municipales de turno que si no se tomaban medidas serias para controlar o regular el desmedido crecimiento comercial y el caos vehicular la situación de nuestro turístico casco histórico iba a colapsar. Y esto, muy lamentablemente, lo pudimos comprobar este fin de semana (20 y 21 de abril) cuando el municipio organizó un hermoso evento para festejar al Malbec. Una buena idea, con mucha concurrencia de público, un éxito tal vez, pero a nuestro parecer en el sitio equivocado.
Chacras ya no necesita promoción municipal para posicionarse como un hito turístico. Este galardón lo obtuvo hace muchas décadas y por mérito propio. Necesita un poco de sentido común por parte de las autoridades que se “encargan” de organizar este tipo de eventos. Seguramente, por desconocimiento, no previeron el caos vehicular que esto provocaría. Chacras no fue pensada para que simultáneamente arriben cientos de vehículos que no encuentren sitio donde estacionar -lo hicieron en doble fila sobre Viamonte y otras calles cometiendo “inadvertidas” infracciones-. Al mediodía del sábado 20 de abril se había cortado el tránsito por el acceso a la plaza y muchos conductores foráneos tomaban calles circulando en contramano. Amén de esto muchos comercios de los alrededores se vieron severamente afectados por el cierre de las calles al tránsito vehicular. Incluso la parroquia tuvo que cerrar las puertas del templo para que la misa pudiera ser escuchada por los fieles debido al alto volumen de la música que emanaba desde la plaza y que desde la organización del evento se negaron a bajarla.
En fin, si el municipio desea realizar este tipo de eventos en buena hora. Este tuvo mucha concurrencia. Pero hay otros lugares que necesitan ser promocionados como turísticos y que no traerían consecuencias negativas, por ejemplo la Plaza de Luján de Cuyo.
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La otra cara: Vecinos y comerciantes del casco histórico se quejan por la organización de ferias en la plaza de Chacras que impactan negativamente en nuestro pueblo. Posibles medidas cautelares para evitar que se repitan y propuestas de lugares alternativos.
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Es el único exponente del fileteo que perdura en Buenos Aires. Si bien sus obras no se pueden disfrutar en las calles de la Ciudad, su arte ya quedó plasmado en la historia de la literatura y la pintura popular.
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