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Hipismo: Entre saltos y el sueño olímpico

Por José Félix Suárez

A los 22 años, el jinete Lucas Agustín Mesa, formado en la Escuela de Equitación El Establo de Chacras de Coria, representante en el país del Club Hípico Mendoza, es  una de las grandes esperanzas del deporte argentino a nivel internacional. Se ilusiona con  los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en Brasil,  desafío que se ha fijado. Un sueño que llega entre saltos cada vez más altos después de un excelente tercer puesto en la Copa de Las Naciones en setiembre pasado en Passo Fundo, Brasil.

El joven deportista, quien heredó de su abuelo  Eduardo el interés por el fútbol y de su papá Sergio la pasión por el hipismo, es protagonista de una singular historia. Si bien es cierto que desde muy chico, entre los seis y siete años, se familiarizó con la equitación y aprendió a saltar, cuando creció hizo un pequeño paréntesis y se dedicó al fútbol en las divisiones  inferiores de Gimnasia y Esgrima. Favorecido por su excelente altura, su muy buen  físico y su potente remate de media distancia eligió el puesto de centro delantero para regocijo de su abuelo, quien en la década del 50 fue un incisivo puntero izquierdo en las filas de Leonardo Murialdo en Villa Nueva. Con los colores del Lobo del parque Lucas resultó goleador de la Copa de Oro 2009 de quinta división de la Liga Mendocina de Fútbol hasta que se incorporó a Chacras de Coria en la división del ascenso. Incluso estuvo a prueba en Rosario Central con la posibilidad de ser contratado por esa entidad. Sin embargo, pudo más el llamado de la sangre y Lucas decidió seguir los pasos de su papá, una de las grandes figuras de ese deporte en los 80, y de su mamá, Adriana Nancy Pérez, destacada amazona que en sus inicios se clasificó campeona mendocina de tercera categoría con su caballo “Ritmo”.

Los comienzos

En sus inicios Lucas logró sus primeros éxitos en novicios y menores. En 2004 alcanzó proyección internacional al clasificarse octavo en salto individual en el Sudamericano de Ecuador y primero por equipos en el Campeonato Americano de Chile ese mismo año.  En 2005 resultó Campeón Argentino Juvenil y Campeón Nacional Junior en 2006. A partir de 2010, luego de su experiencia futbolística, ahora como jinete de primera categoría, Lucas volvió a destacarse individualmente en varios concursos de saltos siempre a una altura de 1,40 m: campeón y ganador de la Copa Challenger Club del Oeste Junín, campeón Gran Premio Cordillerano y ganador de la Copa Challenger de San Juan, campeón del Concurso Distrito Militar Copa Campo Los Andes, campeón del Derby y ganador de la Copa Challenger Sierras Puntanas de San Luis, campeón del Concurso Día de la Bandera de San Rafael. Alcanzó además un meritorio segundo puesto en la categoría Junior en el Mundial de Petanca de Sedan, Francia, al que viajó en 2003 con su papá. En 2011 y 2012 mantuvo su nivel de excelencia con triunfos en los torneos Vendimia (Mendoza), Cordillerano (San Juan), Sierras Pintadas (San  Luis) y Centro de la República (Córdoba). En el último Campeonato Nacional, organizado por el Club Hípico Argentino, saltó las vallas colocadas a 1,55 metros de altura. Siempre saltando a “Moon Shadow” -“Sombra de Luna”-, su caballo preferido de 14 años de edad con el que ha logrado un perfecto grado de entendimiento. En ocasiones también ha montado a “Careletto Z”.

Sueño Olímpico

En la conversación con Correveidile, Lucas destacó el excelente nivel que alcanzó en 2012 y se mostró optimista del futuro que le espera. “He tenido un año excelente –cuenta-, con un muy buen nivel de saltos y un perfecto dominio de mi cabalgadura. Siempre estoy muy bien preparado, concentrado en mi trabajo, empeñado en mejorar cada día. Cuando salto me doy cuenta de que lo hago muy confiado, muy seguro de mis propias fuerzas y de la energía de mi caballo con quien me entiendo a la perfección. “Moon Shadow” es un caballo rápido, muy veloz, vigoroso y obediente. Hace todo fácil, sencillo y me siento muy cómodo a su lado. El tercer puesto logrado en la Copa de las Naciones en setiembre pasado en Brasil ha sido muy valioso en mi carrera, una gran experiencia a nivel internacional. En el podio festejé con la bandera argentina lo que me colmó de satisfacción. Ahora mi meta son los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Llegaría con  26 años, una edad ideal, en la plenitud de mi carrera hípica. Para ello tengo que entrenar duro, sin relajarme ni dejarme estar. Después me gustaría competir hasta los 40 años para dedicarme sólo a la enseñanza y al entrenamiento de caballos. Ya tengo algunos alumnos a los que les doy clases en la escuela de mi papá en Chacras o en el Club Hípico Mendoza”.

Familia de deportistas

Además de su abuelo Eduardo y  de sus padres Sergio y Adriana, tres de sus primos se destacan en distintas disciplinas: Facundo Mesa (13) juega en las inferiores de Gimnasia y Esgrima; Joaquín Mesa (9) eligió el karate-do y ya logró un cinturón amarillo; y Gastón Mesa (6) que hace poco se incorporó al semillero del Lobo.

Son hijos de Gustavo – tío de Lucas – un apasionado del motociclismo y de Norma Noemí Mieras, quien en los 70  y 80 se destacó como jugadora de hóckey sobre césped en Murialdo y Los Tordos. En esa época integró la Selección Mendocina y fue convocada a la Selección Nacional para participar de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 a los  que no pudo concurrir.

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