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Charla con la Reina de Luján 2013: “No me gusta hacer las cosas a medias”

Lucía González Casale es enóloga con sueños de vino propio, campeona de hockey con camiseta argentina –y temporalmente la italiana-, amante de los viñedos y el paisaje mendocino: una reina con todas las de la ley para representar las esperanzas lujaninas a la corona nacional el próximo 2 de marzo, en la Gran Fiesta del Anfiteatro Frank Romero Day.

Por Adriana Sayavedra

La idea de presentarse como candidata a Reina de la Vendimia le surgió a Lucía González el año pasado, pero como aún le faltaba un año para terminar su carrera de enóloga, postergó el sueño para priorizar su objetivo profesional y concentrarse más tarde en reinados y demás. “Por suerte en la última mesa de examen de diciembre pasado lo logré” cuenta. Así fue que con apenas unos pocos días de diferencia, se presentó como candidata y ganó la corona del distrito de Las Compuertas, el mismo que alberga la finca de sus abuelos y en la que pasa largos días, ya sea trabajando o disfrutando del paisaje tan querido por ella.

Más tarde, la noche del 2 de febrero pasado se alzó –literalmente hablando ya que la diferencia con la Virreina fue de 32 votos- con el cetro lujanino.

Al principio su familia no parecía creerle cuando contó que pensaba presentarse para reina. Pero, ante la evidencia de la inscripción y conociéndola en su determinación y dedicación, terminaron apoyándola “y ahora lo viven y disfrutan a la par mía”, asegura Lucía.

¿Y tu novio?, le preguntamos, teniendo en cuenta que es una de las personas más importantes en la vida de Lucía desde hace más de siete años. “La verdad… es un grande también, porque ser reina es estar expuesta permanentemente y no cualquiera se lo banca. Pero cuando se lo comenté, me dijo que si era lo que yo quería hacer, le diera para adelante que él me apoyaba”.

Como mendocina orgullosa, vive la Vendimia como algo especial. Más aún lo es este año, en que la vive por dentro, portando capa y corona real. Pero, en el caso de Lucía, mucho mayor será la relevancia y la alegría de portar los atributos reales, ya que se trata de una soberana que ha vivido de cerca la verdadera vendimia, la que se celebra cuando el último camión de uva ingresa a la bodega: “desde chica estoy vinculada con la vendimia porque mi familia toda la vida ha tenido finca”. Y es también esa relación cercana a los viñedos y la bodega la que la llevó a decidirse por “la apasionante” carrera de enología.

-¿Qué expectativas o proyectos tenés para tu año de reinado en Luján?

-Expectativas y proyectos muchos. Sinceramente hay muchas cosas por hacer. Es uno de los departamentos con más potencial a nivel turístico: los paisajes en la zona de montaña, nuestras bodegas y viñedos, el dique Potrerillos; sin olvidar los deportes extremos, que también atraen muchos turistas. Me encantaría que se desarrolle aun más. Otro proyecto es fomentar  en los jóvenes el deporte en equipo, que como juego al hockey desde chica, conozco bien. Considero que sería una buena opción para disminuir la violencia que hoy en día no es un tema que pase desapercibido.

Por otro lado, también quisiera hacer campañas de concientización para que sea un departamento cada día más limpio.  Me gusta ser una mediadora entre el pueblo lujanino y el gobierno, tener la posibilidad de poderles responder a los ciudadanos de la mejor manera. Esto siempre y cuando tenga los recursos a mi alcance para satisfacer esas necesidades.

-¿Y si salís Reina Nacional?

-Y como reina nacional, sería un orgullo representar a todos los mendocinos. Sería un placer, siendo enóloga, ser la representante de una de las capitales internacionales del vino. Trabajaría para prestigiar el trabajo del viñatero, el trabajo más duro, que es quien se encarga de cuidar todo un año nuestros viñedos y en tan solo horas, por factores climáticos, puede llegar a perderlo todo. De todas maneras, lo que estoy viviendo lo estoy disfrutando muchísimo. Estoy  feliz en el día a día, es un momento inolvidable que me pone muy contenta y me hace disfrutar cada minuto. Por esto quiero agradecer el apoyo de mi familia, de mi novio, mi abuela, mis tíos y tías, del pueblo lujanino que tanto aprecio.

En su razón de ser, no hay lugar para la duda: hoy se trata de  “una etapa de cambios, crecimiento y maduración en muchos aspectos”. Y una vez que el sueño real acabe, Lucía retomará firmemente su proyecto de siempre: ser una mujer independiente y poder diseñar su propio vino. “Creo que si uno hace las cosas bien y le dedica el tiempo necesario al trabajo los resultados vienen solos”, sentencia convencida.

Perfil

  • 23 años – 1,70 m de altura-
  • Ojos marrones.
  • Estudió en el Colegio Padre Claret, en el San Jorge y se recibió de Enóloga en la Universidad Juan Agustín Maza.
  • Juega al hockey en la 1º de  Los Tordos y en el Seleccionado mendocino.
  • Habla inglés e italiano –Vivió unos meses en Italia  jugando al hockey, incluso en el seleccionado italiano. “¡Una experiencia inolvidable!”, recuerda.
  • Está de novia hace siete años y medio con Bruno Terrera, kinesiólogo de 26 años, que juega al rugby también en Los Tordos y, al igual que Lucía, forma parte del seleccionado mendocino mayor. “Lo conozco desde chica, era uno de los mejores amigos de mi hermano”, explica riendo. Con él comparte las salidas con amigos: “Soy una persona muy tranquila, me gusta salir a bailar pero muuuy de vez en cuando. Prefiero salir a comer o a tomar algo o juntarme en una casa con otras parejas, cocinar y charlar”.

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