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Rodolfo Zanetti: “El tango no es grandilocuencia, es intimidad”

Joven, talentoso, el bandoneón de Rodolfo Zanetti es una evidencia del buen tango en Mendoza. Presentamos en La Vitrola, una conversación con este músico para quien “lo épico, lo melancólico y la picardía definen, sin dudas, al tango”.

Por Nicolás Sosa Baccarelli

Rodolfo Zanetti ya es, con sus  treinta y pico de años a cuestas, uno de los músicos de tango de renombre en nuestra provincia. Pertenece a una joven generación musical que muestra que el género respira y crece, y, como si esto fuera poco, lo hace desde el interior del país.

Como solista, en tríos, cuartetos… y hasta en la Pan American Symphony Orchestra de Washington D. C. ha mostrado su talento y su buen gusto.

Primeros acordes, primeros maestros

-Rodolfo ¿Cómo y cuándo fue tu primer acercamiento al tango?

-En mi niñez, claro. Pasaba veranos enteros en casa de una de mis abuelas. Era común en aquel entonces que en la casa de los mayores, el tango siguiese respirándose, sea a modo de historias, anécdotas, viejos discos o algún célebre programa de televisión de la época.

Consultado sobre sus maestros, Zanetti nombra con afecto al primero: el bandoneonista Carlos Caro. “Un hombre muy afectuoso, simple y generoso”. También recuerda con enorme cariño a Jorge Puebla, primer bandoneón de la Orquesta Mancifesta. Y no duda en referirse a él como “una de las personas más extraordinarias, talentosas y bondadosas de nuestra provincia”. Luego llegó al maestro Alberto Hilario Iribarne. “A ellos les debo todo lo que sé del fueye, en una deuda que va más allá de los conocimientos. Ambos venían a mi casa a darme clases, y nunca me cobraron un mango”.

Desde los trece hasta los veintidós años estudió piano en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo, con Mónica Rizzo, a quien alude como “una especie de segunda mamá que además tenía un gusto sublime para todo en la vida”; y con el maestro cubano Roberto Urbay, “que está entre los mejores pianistas y docentes que ha tenido Mendoza”.

Un niño, Don Puebla y los Mancifesta

Cuando  conoció a Jorge Puebla, Zanetti contaba con doce años, aproximadamente.

Sus estudios progresaban día a día. “Un día don Puebla me invitó a ensayar con la orquesta un par de tangos, y al poco tiempo los toqué con ellos en una cena de una cooperativa de transportes. Todavía me acuerdo la sensación de tener que ponerme un traje gris y subirme a tocar esos dos tangos: Felicia y Canaro en París. De ahí en más, cada vez que tocaban me invitaban a participar aunque no tocara todo el repertorio. Eso sí, me pagaban como a un músico más, aunque sólo hiciera cinco tangos”.

De esos años Rodolfo guarda imborrables recuerdos: “La bonhomía de los Mancifesta y el permanente estímulo de todos los músicos de la orquesta fue algo que me impresionó de ellos…” Se reconoce como un privilegiado. “Hoy me doy cuenta que fui testigo del fin de una época dorada; de los últimos bailes en clubes sociales, con mesas impecablemente vestidas de blanco y centenares de personas que esperaban el momento en que la orquesta hiciera los primeros acordes para lanzarse a la pista a entreverarse como en sus mejores años”.

Ese bicho rezongón

-Rodolfo, ¿Por qué el bandoneón? ¿Cómo es ese instrumento? ¿Cómo es tu trato íntimo con él?

-Mi trato con el fueye es así: íntimo. Debe ser uno de los instrumentos que mejor transmite el estado de uno mismo, hasta la misma respiración. Por eso no creo casual que el bandoneón haya definido al tango, porque cuando suena, habla, respira, es elocuente. Es un sujeto de este mundo, sin dudas, pero con la memoria de los paraísos perdidos… tiene algo de ángel caído que se nota en su nostálgica libertad.

Entre los variados conjuntos que integró, y los proyectos que llevó adelante destacamos el grupo Tango&Punto, su exitosa puesta en escena de la operita “María de Buenos Aires”, de Piazzolla y Ferrer, el Quinteto Bandó, entre otros. Luego vino el célebre trío “El Despunte Tango Club”. Con El Despunte, el repertorio era variado, había tangos más demagógicos, por supuesto, porque si no, no nos escuchaba ni el gato. Pero entre medio nos dábamos algunos gustos y desafíos musicales, como tangos de Rovira, Salgán (de los menos conocidos, como Grillito), etc.”

Actualmente Zanetti se ha centrado en los solos de bandoneón, teniendo en mente grabar un disco. Por estos días ensaya con la orquesta integrada para interpretar la música del Acto Central de la Fiesta de la Vendimia. También compone sus tangos, al parecer más de los que da a conocer.

Asimismo está tramando una propuesta por demás jugosa: una futura escuela o cátedra de bandoneón en Mendoza. “Ya hemos formado un pequeño círculo de estudios del fueye. Es una idea aún incipiente, pero creo que es fundamental para Mendoza, que supo tener muchos de los mejores bandoneonistas de Argentina. Hay que retomar esa sana tradición… En esta tierra árida por excelencia, todo cuesta el doble y las formaciones no son muy constantes. Una pena, porque músicos de talento sobran”.

Casi todos los años Zanetti viaja a Washington D. C. para integrar la Pan American Symphony Orchestra en su festival de tango, dirigida por el rosarino Sergio Buslje. En la asunción del nuevo mandato de Obama, fue la orquesta que acompañó los eventos latinos.

Estudia, enseña, e  insiste en que “cada tanto hay que volver al rigor del estudio metódico…  Para dárselas de innovador, primero hay que tener mucho tango a cuesta, y eso implica estudio serio” sentencia Zanetti. Consecuentemente con su horizonte musical, y sus convicciones, responde Bach cuando se le piden nombres. “Pareciera que el hombre hubiera estado pensando en el bandoneón”. Responde Bach, pero también nombra a cinco más: Arolas, Maderna, Rovira, Salgán y Piazzolla.

Esos momentos inolvidables

Si se le pregunta por lugares inolvidables donde ha tocado…recuerda muchos, pero le vienen a la mente dos: “En el Ángel Bustelo, cuando terminamos el último número de María de Buenos Aires, que ciertamente no cierra la operita con bombos y platillos, sino con un lento apagarse de los instrumentos. La gente esperó que se apagara el último sonido, se escuchó un leve suspiro y estalló en aplausos. Ahí me di cuenta que habíamos llegado a la gente…” ¿El otro? Con Bandó, la primera vez que tocaron con la Pan American Symphony Orchestra en el Lisner Auditorium de la Universidad George Washington. “Era un lugar enorme, en un país exigente y nuestra primera experiencia con una sinfónica. Yo creo que nos temblaban las piernas, pero encaramos “Oblivion” de Astor Piazzolla, en uno de los mejores arreglos que he tocado, y personalmente pude abstraerme de todo y disfrutar como pocas veces lo he hecho. Para mi fue estar en el cielo”.

-Hablanos de un tema siempre inquietante: el arreglo y la orquestación. ¿Cómo crees que debe ser ese trabajo? ¿Cómo lo concebís? ¿Te parece justo hablar de una “ética” del arreglador?

-Bueno, es un tema polémico del que no tengo mayores derechos para hablar que desde la banca del intérprete. Indudablemente es indispensable tanto la experiencia como el estudio. El que arregla u orquesta en base a libros, sin haber nunca tocado en una orquesta con estilos definidos, termina haciendo cosas muy fuleras. A veces escucho sinfónicas alemanas que quieren hacer cosas así y a las que habría que recomendarles que siguieran interpretando a Wagner y no a Troilo. Pero el músico que sabe de yeites del tango pero que nunca ha estudiado seriamente, seguro no sabe escribir ni dos compases. Y eso uno lo percibe inmediatamente. Por otro lado, la orquestación tiene sus rigores”. Explica buscando  llegar a la médula misma del tango: “el género no está hecho para la grandilocuencia sino para la intimidad. Puede tener sus momentos extrovertidos, pero sistemáticamente uno vuelve al diálogo íntimo, melancólico, de barrio o ciudad nocturna. No está hecho para llenar estadios, sino para la intimidad de un café. Y creo que eso el orquestador y arreglador lo tiene que tener en claro y resignar el éxito masivo por uno más modesto, pero más pleno.

En el difícil juego entre innovación y la sencillez de lo clásico, Zanetti, propone un delicado equilibrio: “hay  arregladores, hoy en día, que ponen mucho acento en armonías cada vez más atrevidas que, si bien constituyen un progreso en muchos sentidos, a veces conspiran contra la sencillez de melodías exquisitas… El secreto será siempre el equilibrio”.

Nuestros días…

-¿Qué pensás del llamado “tango electrónico”?

-Que es como ponerle luces de neón al retrato del abuelo. Hay incluso cosas de calidad, pero su mérito no es más que ése.

Sobre el tango de hoy, el buen tango de nuestros días, propone algunos nombres: Bruno Cavallaro, “tango de vanguardia y buen gusto. Sabe lo que hace, y lo hace bien. En unos años no vamos a poder creer que haya estado entre nosotros”.  A Daniel Ruggiero, hijo del legendario bandoneonista del Sexteto Tango y de Pugliese, y a su conjunto, el “Quasimodo Trío”: “uno se da cuenta que la vanguardia y el buen gusto tienen un futuro promisorio”.  Música que anuncia, según Zanetti, que se vienen grandes épocas para el tango.

-Rodolfo, ¿qué es para vos, el tango?

-Eso que no se puede definir y que sólo puede intuir un argentino. Es el modo de ser, la tradición y el sentimiento sublime que supo forjar la genial idea de tener un país abierto a todas. Por eso no se puede definir, porque todavía está por venir. Me viene a la cabeza un tango, de algún modo profético: “Lo que vendrá”.

3 Comentar este artculo

  1. Valeria Gioia Dijo:

    Excelente nota y excelente músico y persona el entrevistado, sos un grande Rodo!!! me llenó de emoción la nota. Te quiero mucho.

  2. RODRIGO Dijo:

    Tanguero, poeta, no son más que dos palabras que son la substancia de este gran músico. Capaces de hacer lagrimear un camposanto entero, sus composiciones patean toda bravura, no hay yelmo útil ante tamaña muestra de sensibilidad.
    Un estudioso incansable, un rigorista empedernido, exige a los neófitos musicos hasta hacer desertar a varios (y quedarse con los mejores).Un caballero de otra época…época en que la solidaridad, el respeto, el estudio y la coherencia eran cosa común.
    Un hermano.
    Mil abrazos.

  3. Ale k0 Dijo:

    Simplemente un genio!!!!

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