Mi pena tan grande por mi amiga, compañera, vecina Pilar
Cuando todas las noches Pilar se sacaba de encima el personaje y se iba a llevar a su perrito a la Plaza Biritos, donde nos juntábamos “el grupo de amigos de la plaza” con nuestras mascotas, nos dábamos el lujo de reir de cosas triviales y dejaba de lado el rol de periodista incisiva para poder hablar de su marido, de las vicisitudes de nuestros bichitos con el veterinario de la vuelta…
Vivimos a dos cuadras. La amistad comenzó en el ‘85 cuando abrió la facultad estatal de Comunicación Social y ella, junto a Sandra Farías (hoy en Canadá) me prestaban las carpetas de las materias más difíciles.
A ella le costó más que a mí recibirse. Ya estaba con mucho trabajo cuando se decidió a rendir las últimas materias. Además, cuando yo me fui de radio Nihuil ella ingresó e inmediatamente comenzó a hacer móvil y eso le llevaba mucho tiempo y energía.
Todos tenemos anécdotas con Pilar. Con la Pilar amiga, compañera de facultad, vecina…
Pero hoy despedimos a la gran periodista, comprometida hasta los huesos por la defensa del más débil, de las mujeres, de la verdad. Si hay que elegir una palabra para definirla fue una gran luchadora.
Fue también co-autora del libro “Mendocinas Crónicas” con la historia del periodismo mendocino que escribimos entre todas, para que quedaran plasmadas las historias de las mujeres que hicieron de la comunicación su vida.
Y en esas páginas, querida Pilar, quedarás para siempre.
Como quedarás para siempre en la memoria de todos los que te han amado, de todos los que te admiramos. De tu familia. Dejás abierto un camino a seguir: el del periodismo honesto, el de no doblegarse ante el poderoso. Has prestigiado al periodismo de Mendoza, como has prestigiado el sentido de la solidaridad y de la amistad.
No llegué a contarte que tuve que sacrificar a mi ovejera, mi Annia, hace quince días. Te lo oculté porque sabía que estabas mal y que eso no te iba a hacer bien, vos tan generosa con todas las mascotas del barrio. ¡Pensar que vos te preocupabas tanto por mis perras!
También te voy a ocultar que te vamos a extrañar tanto, tanto. Fuiste la mejor de una generación de periodistas, entre las que me encuentro. Lejos, la mejor.
Gracias por lo profesional y lo humano.
Gracias, querida Pilar por tu coraje y por tu ejemplo.
Hasta pronto, amiga.
Gabriela Figueroa