Categoría | Cultura

Motivo de divorcio

Tuve que atender un día a  un matrimonio compuesto por una anciana pareja, ligada desde siempre a las actividades agrícolas, que vivía allá por calle Terrada, del otro lado del río, como contratistas.

Habían vivido juntos por más de medio siglo originando una familia con más de una docena de nietos y otros tantos bisnietos, sin contar a los once hijos. Habían sufrido heladas, pedradas, fríós glaciales y calores insoportables, pero no había faltado el pan en la gigantesca mesa del comedor. Ahora, en ambos, existía un compendio de Reumatología, además de otras ñañas propias de la vejez

Eran los mismos que unos veinte años antes habían consultado a papá en su estudio. Habían llegado allí callados, ensimismados, estados que se disiparon pronto, al hacerlos pasar al escritorio. Conocidos de años por mi abuelo y mi padre, dada la cercanía entre su propiedad y la nuestra, mi padre, un tanto sorprendido,  preguntó por el motivo de la visita

“Ma, Dottore, é un asunto muy grave” , contestó el peninsular en simpático cocoliche.”Me quiero divorziare,” terminó rotundo.

¡Pero Don N, ¿Cómo se va a divorciar! Llevan unidos más de medio siglo, han poblado Perdrie, no hubo nunca entre ustedes ni un sí ni un no, que, por lo demás, son un ejemplo para todos de lo que debe ser una familia…

“Eh, sí….ma ¡insisto!, Ud. conoce lu mosquitto?

“Pero cómo no los voy a conocer!, contestó  papá” Y bué…, ¡No é nada la picadura….

L´ asunto é il zumbido!!!!

Cuento ésta anécdota porque además de ser graciosa, encierra verdades cotidianas….¿O no?

¿Cuántas veces usted tuvo ganas de decirle a su esposa ¡Cállate!

Joé Enrique Marianetti

Deje su comentario