Cuando nada siempre saca pecho
Por José Félix Suárez
Especial para Correveidile
“Cariñosamente los llamo mis atunes, porque viven como pescados todo el día en el agua” señala con una sonrisa Magdalena Correa cuando comenta que sus cuatro hijos practican natación con tanta pasión y dedicación que pasan más horas en la pileta que en casa. “Soy como la mujer pulpo” agrega también con la misma expresividad para graficar de alguna manera como cuida y protege a sus pequeños cachorros a los que aconseja y estimula con su amor de madre: Juan (16) compite en pecho, Vicente (14) también en pecho, Andrés (12) es el único que lo hace en distancias largas (fondista) y María (8) que todavía no tiene un estilo definido. Muy feliz y orgullosa de los progresos constantes de Juancito quien, además de los numerosos títulos alcanzados en el ámbito local, en julio de este año se clasificó sub-campeón argentino en los 200 metros estilo pecho en Mar del Plata. Su especialidad, aunque también compite en crol, espalda y mariposa en distancias cortas de 50 y 100 metros.
Los Heiremans son una familia de nacionalidad chilena muy respetada en nuestro departamento, radicada desde hace diez años en Mendoza, más precisamente en Chacras, donde llegaron para trabajar en la industria del vino. Andrés, el padre, es gerente de la Bodega Cruzat, de Luján de Cuyo, administrada por capitales chilenos y argentinos, y reconocida por la calidad de su línea de espumantes. Magdalena nos presenta a Juancito no sin antes aclarar: “además de mamá también soy ama de casa y hago algunos trámites para la empresa”.
Juan, nacido el 15 de mayo de 1996, reside en Mendoza desde los seis años y practica natación desde los 10, representa a la Escuela de Natación Javier Beinat que funciona en el ex club Obras Sanitarias de Godoy Cruz y por estos días se prepara, bajo la dirección de su profesor Alejandro Beinat, para participar en los Campeonatos Binacionales que se realizarán en Santiago de Chile y que le permitirán regresar a su país para reencontrarse seguramente con las raíces y afectos de su infancia. Aunque la exigencia más importante será en el próximo mes de enero de 2013 cuando tenga que intervenir en las pruebas clasificatorias para el Sudamericano de Colombia que es uno de los objetivos que se ha fijado. Hace tiempo que dejó de ser una promesa y se convirtió en una palpable realidad, como que su meta son los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Otros tres jóvenes chacrenses y lujanenses como Lucas Mesa en equitación, que acaba de tomar parte en el Campeonato Americano 2012 de Saltos en Passo Fundo en Brasil que se desarrolló entre el 18 y el 23 de setiembre; Francisco Panchito Bahamonde que actualmente participa en un circuito internacional de tenis en España acumulando experiencia en Europa y Diego Nicolás Lara que acaba de ser convocado a la Selección Argentina de Hockey Sobre Césped Masculino y ya entrena en el CENARD en Buenos Aires, son al igual que Juancito algunas de las grandes esperanzas del deporte mendocino a nivel nacional e internacional que nuestro periódico sigue muy de cerca apoyándolos de un modo permanente.
Voluntad y disciplina
Juancito no descuida sus estudios y después de haber completado el nivel primario y secundario cursa el primer año del polimodal que es un pre-universitario en el Colegio Los Olivos de Godoy Cruz. Nos cuenta que aún no ha decidido qué carrera continuará en el futuro aunque quizás lo haga en Chile. Volviendo a la natación tiene palabras de agradecimiento no solo para sus padres y sus profesores por el apoyo que le brindan sino también para algunos de sus compañeros con los que practica diariamente: Agustín Rodríguez al que considera su mejor amigo, Agustín Furtado y Agustina Perbach.
También explica: “me levanto bien temprano para ir a entrenar entre las cinco y las siete de la mañana. Nos reunimos en el club con los otros chicos donde tenemos planificado el trabajo diario; son 11 entrenamientos por semana. Durante dos horas hacemos solo piletas, nadamos lo más que podemos. Luego voy al colegio y por la tarde regreso para trabajar otras dos horas entre las cinco y las siete de la tarde pero solo en la parte física. Hacemos pesas para fortalecer los músculos y tener más resistencia en el agua. Soy consciente de que una buena preparación es fundamental para lograr el mejor rendimiento posible el día de la competencia. Toda actividad deportiva tiene su cuota de esfuerzo y sacrificio lo que se suple con una gran voluntad y una férrea disciplina. Por otra parte me siento bien, muy cómodo, satisfecho, porque hago lo que me gusta”.
En la familia de Juan el tío Bernardo Heiremans fue campeón sudamericano de lanzamiento del disco en atletismo. Entre sus modelos, espejos en los que se mira, que toma como referentes en la natación, sobresalen el japonés Kitajima y el estadounidense Hamsen a los que considera “dos pechistas excelentes”. Finalmente, mientras su mamá asiente con esa mirada protectora de siempre, con un sentimiento muy noble que demuestra su gratitud, Juancito le dice a Correveidile: “vivo en Mendoza desde los 6 años de edad y al igual que mi familia soy un agradecido de este país. Por esa razón me gustaría representar a la Argentina en alguna prueba internacional lo que es posible porque tengo la residencia permanente. Me voy a sentir muy feliz cuando tenga esa oportunidad y esa gran responsabilidad”. Juan Heiremans, un buen chico, que deportivamente progresa día a día, que ya llegó a Sub-Campeón Argentino y que cuando nada siempre saca pecho.