…el proyecto ecológico de la Escuela Teresa O’Connor?

Lamentablemente, cansada de esperar la autorización de la Dirección General de Escuelas para comenzar a construir el salón de usos múltiples de la escuela Teresa O’Connor, la dirección del establecimiento tuvo que erradicar la gran cantidad de botellas de plástico que iban a utilizarse en la construcción, apiladas en un sector del edificio escolar por casi dos años, el tiempo que se tomó el organismo provincial para nunca dar una respuesta.

El proyecto -un tipo de construcción alternativa que reemplaza los ladrillos por las botellas pet rellenas con arena- ha sido declarado de Interés Departamental por el Concejo Deliberante, e implicó el compromiso de varios vecinos de Chacras: de los arquitectos del Estudio Mallea que donaron el proyecto e iban a dirigir los trabajos de los “albañiles” –madres y padres de los alumnos-; la donación de los pallets para la estructura que hizo Hipercerámico, a través del vecino Diego Pérez Collmann; la donación de la arena por parte de una madre de la escuela y la gran cantidad de horas de trabajo por parte de las madres que se juntaban los sábados a la mañana a rellenar botellas.

Obviamente, los tiempos de la Administración Pública no son los mismos que los del común de la gente, pero lamentablemente así –como en este caso-, por no atender las demandas comunitarias con un poco más de interés hacia las necesidades de las personas –destinatarias al fin de cuentas de su  razón de ser, además de donde salen sus sueldos- se pierden buenos proyectos como este.

“Sólo le pedimos a la Dirección de Escuelas una autorización por escrito para que pudiéramos construir, sólo una firma, por que ya habían supervisado el proyecto en el lugar. No tenían que poner ni un solo peso, ya que la misma comunidad se iba a encargar de los trabajos y de los materiales. Pero dos años para firmar un documento es algo excesivo”, se lamentó una de las madres, iniciadora del proyecto y quien suscribe esta nota.

Adriana Sayavedra.