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Acerca del funcionamiento del piedemonte

Señor Director de Correveidile:

Hay un tema que los habitantes de Chacras de Coria debemos abordar cuanto antes. Me refiero al perjuicio causado en nuestro pueblo por la situación del Piedemonte, del otro lado de la ruta Panamericana.

El perjuicio para Chacras consiste en que, dadas sus pequeñas dimensiones, la infraestructura no aguanta más. El crecimiento no planificado, desde hace casi 12 años, ya le hizo demasiado daño a este pueblito como para, encima, soportar más habitantes que, desde otro departamento, insisten en “ser Chacras”, complicando los servicios y congestionando el tránsito. No se trata de discriminación, se trata de saturación funcional.

Vivimos en Chacras por su paz, su vegetación, la temperatura, la humedad, su historia; y tanto habitantes como comerciantes, hoteleros y gastronómicos la cuidamos con mucho esmero. Los terrenos y la vida en Chacras son costosos, aunque conviven aquí todos los niveles socio-económicos; entonces: ¿por qué perder calidad de vida a causa de la saturación de servicios y de calles? ¿por qué estos amigos no aceptan su pertenencia a Las Heras y gestionan sucursales bancarias, escuelas, comercios, supermercados, plazas, estaciones de servicio, comisaría, centro de salud, consultorios médicos, centros culturales, biblioteca, correos, y otros beneficios juntamente con su intendente  y en su municipalidad? ¿acaso no es esto más razonable que colgarse de un  pueblito que ya no aguanta más?.

La explicación es clara: un terreno en el piedemonte lasherino  es económico; y revalorizarlo con la marca “Chacras” es un astuto truco inmobiliario. Ya lo hicieron los primeros propietarios de esa zona. Con respeto y amabilidad, considero más apropiado que ellos dejen de usar el nombre “Chacras” (“Lomas de Chacras”, “Pinar de Chacras”, “Granjas de Chacras”; y lo más osado: “Chacras Oeste”) y busquen un nombre que los identifique, sin sentirse menoscabados, porque, aunque estén “en litigio”, son Las Heras, no Chacras. El litigio no cambia la realidad histórica vigente. Tal vez logren independizarse, pero no se entiende la obstinación de pertenecer a Chacras. Pruebas al canto: hay un negocio de artículos regionales que envuelve sus productos en una bolsa que dice “Ruta Panamericana nº xxxx, Chacras de Coria, pero la boleta delata el truco: no dice Chacras de Coria, sino Las Heras. Todo podría aceptarse como un comprensible anhelo, si no fuera por el gran impacto ambiental en Chacras, donde se hacen grandes esfuerzos por proteger la paz en vistas a competir internacionalmente con la marca “Chacras” como centro turístico de descanso, gastronómico, histórico y vitivinícola. Lo más justo es que cada distrito haga SU esfuerzo en SU departamento, como lo hacemos los chacrenses.

El espíritu de esta nota es sencillo, a menos que alguien quiera tergiversarlo como discriminatorio, lo que, obviamente, no tiene fundamento. Se trata de poner las cosas en su lugar para no perjudicar a otros. Asumir la pertenencia a Las Heras, o independizarse, puede ser una gran oportunidad para el Piedemonte, en vez de llamarlo “Chacras Oeste”, picardía inmobiliaria evidente. Aceptar la pertenencia con identidad propia y con un buen nombre puede ser un hermoso desafío para los amigos de esa zona. El ordenamiento territorial traería, sin duda, el imprescindible desahogo a nuestra injustamente saturada Chacras de Coria. Y puede ser, por qué no, un desafío para el intendente de Las Heras, que podría demostrar su creatividad de gestión ante este conflicto de fácil resolución.

Codialmente: Rogelio José González Bellotti

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