El cambio de orientación responde al peso de las circunstancias
Después de décadas de entrega de nuestros recursos naturales y del petróleo, impulsada por el menemismo con acompañamiento de los K y de años de continuidad de esa política durante estos últimos ocho, pensar que estamos frente a un cambio de fondo en lo que respecta a la política energética y a nuestra soberanía, es poco menos que creer en los reyes magos.
En primer lugar, estamos hablando de protagonistas políticos cómplices del saqueo y del vaciamiento de la empresa nacional. Después de décadas de entrega, se dan cuenta, entre otras cuestiones, que tienen que controlar el petróleo que se saca de los pozos.
En segundo lugar, se trata de los mismos corresponsables del desabastecimiento de las naftas y combustibles con destino a la producción y al consumo popular de estos tiempos.
No les quedaba otra alternativa. O revertían la situación o el descontento popular a consecuencia de la especulación y la voracidad de quienes se llevan todo a cambio de nada, ponía en muy difícil situación al gobierno. Se trataba de su propia subsistencia. Jaqueada crecientemente por el reclamo social con potencial manifestación electoral.
Está en manos del Parlamento ahora, lo que de por si es muy positivo, el debate a fondo.
Llegó el momento de sentar las bases legislativas que efectivamente posibiliten soberanía energética, de ventilar públicamente tanta corrupción y entrega y de impulsar el castigo a tantos funcionarios obsecuentes que posibilitaron que los españoles se llevaran todas las ganancias sin invertir un centavo.
Sin perder de vista que no tan curiosamente, el 25% en manos de los Eskenazi no ha sido tocado. En sintonía con unos cuantos bolsillos de connacionales abultados escandalosamente.
Se impone un debate parlamentario en el que la objetividad y energía en defensa del interés público y nacional prevalezca.
Roberto Velez