Por Fabiana Diaz.
Todo empezó unos días antes del 2 de abril. En mi condición de maestra y aprovechando de ese gran beneficio que tenemos de transmitir a los niños conocimientos y sentimientos por nuestra Patria, comencé a contarles lo que ocurrió en esos días, 30 años atrás.
Felizmente llegué a sus corazones más que a su entendimiento, se interesaron más de lo que creí que podrían, sólo tienen cinco años. Comenzaron las preguntas, trajeron material, Sofia con su familia pegó recortes de la nota que apareció en Correveidile el mes pasado. Y aquí comienza esta linda historia.
E n la foto estaba nuestro querido vecino Daniel Guiñazu, ex combatiente de Malvinas, también había una foto del cementerio con los chicos que no volvieron. Jeremías pregunto: -¿Ese soldado está ahí en el cementerio Seño? -¡Noooooo!-les dije con alegría, ese soldado vive muy cerca nuestro y la seño lo conoce. Desde ese mismo instante durante dos semanas, hasta que vino a vernos no dejaron de pregutarme por él ni un solo día.
Si para todos el dos de abril es un día inolvidable, para estos 28 pequeños lo será el 17 de abril cuando Daniel vino a la Escuela a vernos.
No faltó nadie. El registro es la prueba, asistencia perfecta. Josco estaba enfermo y se hizo traer por su mamá por ese rato. Salí a buscar a Daniel, ellos esperaban sentaditos en sus alfombras. Desde la vereda se escuchaba a coro: ¡Dani, Dani, Dani!. Digo ¿se necesita prueba más pura de amor de argentinitos!!??.
Lo saludaron con una canción, él quiso empezar a contarles lo vivido allá en las Islas, pero las preguntas e inquietudes de ellos no lo dejaron mucho. El orden que habíamos planeado casi no pudo concretarse. Se paraban, lo acariciaban, le tocaban las medallas. Sacaban de sus bolsillos dibujos que le habían traído de casa. Yo trataba de conciliar el silencio, cuando Macarena interrumpe con voz fuerte, segura e inocente -Dani, que suerte que no te moriste, así pudiste venir a visitarnos- Los dos nos sonreímos y seguro pensamos lo mismo, si, realmente qué suerte.
Después nos sacamos fotos, merendamos, la charla seguía pero ya tenía que irse, y nadie quería que llegara ese momento.
Dani, hablo por mis alumnos y por mi: ¡gracias!, gracias por cuidarnos y defendernos. ¡nunca te vamos a olvidar! ¡ya estás en nuestros corazones!
Fe de erratas
Cementerio de Darwin
En nuestra edición anterior, en la entrevista al ex – combatiente de Malvinas, Daniel Darío Guiñazú, se señaló erróneamente que el cementerio que recuerda a los héroes caídos en la guerra se encuentra en Puerto Argentino, cuando fueron enterrados en Puerto Darwin, el escenario de las más cruentas batallas. Del mismo modo, debemos señalar, como aclaró Guiñazú, que en el barco donde viajaban en cumplimiento de distintas misiones, dormían sobre cajones en la bodega y no en la cubierta y que en ningún momento vieron a las tropas inglesas descender en paracaídas en las zonas que él y sus jóvenes soldados defendieron con tanto heroísmo y patriotismo.