A falta de pan…
Los vecinos del ex Barrio Willrri, hoy Casa Grande, cansados de pedir el arreglo del asfalto de su calle, decidieron enripiarlas. Cómo los movilizó la experiencia de dotar de cloacas a su predio por motu proprio.
Por Adriana Sayavedra
Todo empezó cuando el viejo y permanente problema sin resolver de las cloacas de este barrio comenzó a destrabarse. Varios gobiernos municipales pasaron, cada uno con su promesa incumplida, hasta que finalmente los vecinos decidieron tomar cartas en el asunto y resolver el asunto ellos solos por su voluntad.
Durante la última gestión demócrata -¿o justicialista?- de Omar Parisi, les habían prometido solucionar el tema, sostenido por el entonces intendente en varios actos públicos. Pero ante las cada vez más prolongadas dilaciones, optaron por encargarse de proveer este servicio por su propia gestión, sin esperar nada más de las autoridades municipales.
Mucho esfuerzo y complicaciones después -más de un año transcurrido entre trámites entre municipio y Aysam para la autorización, según nos cuenta Sebastián Modón de la Unión Vecinal del barrio-, desde el 2010 este antiguo barrrio chacrense cuenta con este servicio público imprescindible.
Como consecuencia indirecta de estas obras, los vecinos aprendieron que podían arreglar varias cosas pendientes de su lugar, y fueron por el asfalto.
Cabe recordar que circular por las calles de este barrio se había convertido en una verdadera odisea debido al pésimo estado del pavimento, que aparecía ya casi como inexistente por la gran cantidad de pozos y roturas que presentaba. Un dechado de decidia gubernamental.
Es así que, al tener que romper lo poco de asfalto que quedaba para la obra de las cloacas, y ante la falta de respuesta del municipio sobre este tema, desidieron cubrir las calles con ripio grueso, como solución transitoria pero muy creativa para poder circular por sus calles sin mayores riesgos de rotura de vehículos.
Esta vez el municipio sí colaboró, aportando la mitad del ripio utilizado y el resto fue solventado por el resto del dinero recaudado para la construcción de las cloacas y por algunos vecinos que se encargaron de enripiar sus propios frentes.
“De esta manera, será más fácil despejar las calles el día que vayamos a asfaltar, un tema que sigue pendiente con el municipio”, explica Modón, quien asegura que se lo prometió el intendente López Puelles en ocasión de su reunión con las uniones vecinales de nuestro distrito en la sede social del Club de Chacras, en plena campaña.