Categoría | Arquitectura

Abandono sistemático de nuestras arboledas

Que alguien haga algo. Ante la mirada indiferente de los políticos y la poca presión de los vecinos, este preciado bien se encuentra en franco peligro de extinción.

Por Sonia Fioretti y Eugenia Videla

La estética del paisaje urbano es una disciplina poco percibida y muchas veces descuidada por gran parte de los habitantes de este pueblo. Como parte importante de nuestro entorno cotidiano, el arbolado de calles merece una urgente consideración.

Ritmo, textura, contraste de luz y sombra, exuberancia y vacío, apertura y contención espacial… Con su disposición, paralela a cursos de agua, en calles y callejones, su alineación en segmentos continuos y discontinuos, con su despliegue vertical,  homogeneidad o heterogeneidad en las tramas, el árbol  es la potente clave de nuestra imagen urbana y rural.

Más allá de lo estético e identitario, en la actualidad el arbolado es también fuertemente valorado desde el punto de vista ambiental. La gestión ambiental se transforma en una nueva dimensión para medir la competitividad de las ciudades, evaluada a partir de una combinación de atributos entre los que figura tanto la presencia de áreas verdes como la percepción de sus habitantes. El arbolado apreciado por su capacidad de modificar favorablemente el confort de la ciudad, y hacerla “vivible”, participa de este modo en el  índice de sustentabilidad urbana.

En Mendoza, luego del terremoto de 1861, se habla por primera vez de forestación. Aparece, en los trazados de la “nueva ciudad”, la incorporación del arbolado de calles de manera planificada como parte del equipamiento urbano. Según algunos como elementos de contención para posibles derrumbes de los frentes de las viviendas; según otros surge, desde el diseño, con la importación de soluciones urbanísticas implantadas en diversas ciudades europeas  y americanas que propiciaban concebir a la calle como el símbolo fundamental de la vida finisecular moderna.

Como resultado de largas luchas políticas, a favor y en contra del arbolado, a partir de 1910 comienza la eliminación de los álamos carolinos (aquellos, los implantados en la “Mendoza de fin de siglo”) que previamente habían sido abandonados, dejados de regar o mutilados para que dejaran de existir y pudieran ser erradicados. El arbolado de reemplazo fueron los plátanos que hoy constituyen nuestras famosas arboledas.

“La evidencia histórica demuestra la construcción social de este patrimonio cultural y ambiental”. En aquella primera crisis del arbolado, tanto la población como las autoridades tomaron conciencia que la arboleda callejera se trataba de un bien público. Actualmente, ante la mirada indiferente de los políticos y la poca presión de los vecinos, este preciado bien se encuentra en franco peligro de extinción.

Hoy se agregan nuevos argumentos a la conservación de este patrimonio histórico-cultural. Entre ellos, podemos mencionar  los beneficios comunitarios en cuanto a la calidad de vida y el bienestar de la población a través de un paisaje placentero y agradable que aumenta las oportunidades de recreación en un contexto de desierto. El valor estético y ambiental se refleja en el aumento del valor de las propiedades, ofrece ventajas comparativas en los ingresos por turismo y convenciones, asimismo, contribuye a la disminución de los costos energéticos.

Dada  la importancia de nuestro arbolado y sus beneficios, existen leyes que lo protegen (ley Nº 7873, Nº 7874, Nº 7875 y su decreto reglamentario). Nuestro deber es informarnos en relación a esta temática para poder ser partícipes y, con fundamento, controlar que las mismas se cumplan para proteger este preciado capital.

El “Consejo Provincial de Defensa del Arbolado Público”, creado en 1996, conformado por profesionales de diversas instituciones, especialistas en la temática, eleva anualmente un informe al gobierno de la provincia. En el último informe, se describe la alarmante situación del arbolado y, en general, del sistema de espacios verdes  públicos, principalmente por falta de riego o cuidados.

Deje su comentario