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Natalia Brito: la lujanina del TC Junior

Automovilismo

A los 31 años de edad, la lujanina Natalia Brito hizo realidad el sueño de su vida al participar en el Gran Premio Vendimia de Automovilismo en la categoría TC Junior del Zonal Cuyano, campeonato organizado por el Automóvil Club Mendoza.  Se convirtió así en el nuevo rostro del automovilismo deportivo en la Provincia, aunque todavía no está asegurada su continuidad pese a que su íntimo deseo es continuar corriendo.

La presencia de Natalia resultó toda una sorpresa el 15 de mayo pasado en el autódromo Jorge Angel Pena del departamento de San Martín cuando apareció al volante de un Dodge 1.500, el mismo auto que su marido Ricardo Moreno -experimentado piloto local- manejó en la primera competencia del año.

Además de su enorme pasión tuerca, de sus estudios de sicología en la Universidad de Congreso y de su trabajo habitual en la atención del negocio familiar, Natalia es mamá de  tres niños –Julieta, Candela y Juan Pablo– y siempre se hace tiempo para llevarlos a la escuela y para organizar las diarias tareas del hogar. Toda la familia fue testigo del debut de la brava lujanense, incluso Gabriel Castillo, un amigo incondicional del matrimonio, permanente consejero, que fuera un destacado volante en el medio local en las décadas del ‘80 y del ‘90.

Natalia, quien tomó la decisión de competir apenas una semana antes, dio muy pocas vueltas en los ensayos previos y después no pudo clasificar porque tuvo problemas con la batería de su auto y debió largar en la última posición. El día de la carrera tuvo una partida normal pero debió abandonar prematuramente porque siguió de largo en la curva del “gancho” y se quedó sin posibilidades de continuar sobre un costado del circuito.

Sueño cumplido

“Desde  niña me sentí atraída por la actividad tuerca, mucho más cuando conocí a Ricardo que era un excelente corredor de motocross y que después se volcó al automovilismo en El Zonal y las Tradicionales del TC. Ahora hice realidad un sueño largamente esperado y me gustaría volver a competir. Sé que todavía me falta mucho porque aun tengo cosas que aprender y corregir. Tampoco tengo decidida la fecha de un posible retorno y si tuviera la posibilidad de elegir lo haría en el Turismo Pista 1.100 al volante de un Fiat 147. Sé que he provocado un gran revuelo a mi alrededor por mi condición de mujer por lo que no quiero crear falsas expectativas sobre mi futuro. Por ahora solo puedo afirmar que me gustaría tener otra oportunidad”.

Natalia comentó además que “si bien no pude completar el recorrido porque tuve que abandonar apenas en la tercera vuelta, para mi resultó una experiencia inolvidable. Solo me había subido a un coche de carrera siete años antes cuando Ricardo me pidió que fuera su acompañante en el TC de las Tradicionales. Me dio mucha alegría recibir el apoyo de la gente y de los demás pilotos. He sido muy bien recibida y la gente que me reconoce todavía me felicita. Por ahora solo hice realidad un sueño que me puso muy feliz”.

Otras heroínas del volante

Pedro Castro Díaz, quien durante décadas ha ejercido con probada profesionalidad la actividad de locutor, animador y periodista, y que aún continúa ligado a la organización de espectáculos y al automovilismo deportivo, recordó a Correveidile la singular experiencia de otras jóvenes damas que en otras épocas también se destacaron arriba de un auto de carrera. Entre las precursoras mencionó a Susana Ferré, Viviana Manzano y María del Carmen Izquierdo, las que llegaron a participar en la vieja “Copa de Damas” que la marca Nissan hacía correr en el país en los 80.

Castro Díaz nombró a la sanrafaelina Ferré como “la chica 100 del speedway” en la década del ‘80 cuando organizaba esas competencias en el Club Sportivo Independiente Rivadavia. Contó que Susana reside en su San Rafael natal donde maneja un taxi.  De Izquierdo dijo que fue otra de las figuras del speedway, muy recordada porque piloteaba un arenero con motor Renault 18. Luego se sumó a las Tradicionales del TC en el Zonal Cuyano con un Renualt 850 muy bien preparado. En cuanto a Manzano es hija de Carlos, actual vicepresidente del Automóvil Club Mendoza, que fuera gran protagonista del Zonal y del Turismo Nacional en las décadas del ‘60 y del ‘70. Además Viviana está casada con el ex – piloto del TC 2.000, Rogelio Mitri, con quien tuvo tres hijos.

Para Castro Díaz la presencia de Natalia Brito en el Gran Premio Vendimia del 15 de mayo pasado en el Jorge Angel Pena de San Martín resultó una agradable sorpresa, propia de una mujer de agallas que demostró su gran amor por el automovilismo deportivo.

Por José Félix Suárez.

Especial para Correveidile

Foto gentileza de Pasión Fierrera.

La nueva heroína del deporte tuerca piloteó la máquina Nº 28

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