Canto a Mendoza
Nicolás Sosa Baccarelli
I
Mendoza piel de hoja viva,
desierto que gime y canta,
volviendo a tu tierra en tierra
he vuelto a tus manos largas.
Provincia del canto fresco
del silbo que trae el agua,
no me dejes morir solo
si nací con tus montañas.
Sarmientos de viñas viejas,
piquillín, junco y retamas,
tu vida entre tarde y tarde
la brisa les anunciaba.
Desde cuándo está ese río
con margen de piedra y llama.
Desde cuándo esa luna antigua
por su lecho sube y baja.
II
Un filo en cresta rompe
de repente el paisaje de llanura.
Y crece en tierra lo que en tierra nace:
lo que antes fue aridez… y quemadura.
Árida espalda de guanaco,
tu ladera dura, pedregosa.
Fatídica fuerza la del viento,
heroica actitud la de la rosa
silvestre, que se agarra firme
sobre el peñasco o sobre el monte.
Y alambres que destejen horizontes.
Y tardes de plaza y mariposas.
Mendoza piel de hoja viva,
desierto que gime y canta,
volviendo a tu tierra en tierra
he vuelto a tus manos anchas.
en viña, de madrugada,
quiero dormirme en silencio
con tu noche y sin más nada.