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Vinos

“Los costos que hoy maneja Argentina no tienen sentido”

Michel Rolland, el prestigioso enólogo francés, consultor de empresas, asesor de vinos y  propietario de bodegas en Francia y Argentina, dictó la primera clase del Programa de Management Vitivinícola de ADEN Business School. Ante una importante audiencia, entre bodegueros, enólogos, expertos en comercio exterior, emprendedores y personalidades de la política, la charla de Rolland se centró en el “Panorama Global del Negocio del Vino”.

“Hoy el mundo está revolucionado y los países realizan muchas acciones para sorprender” -afirmó Rolland-.

Comentó que al principio, el mercado de vinos de exportación se desarrolló en Europa: primero Francia y luego Italia, especialmente a través del Reino Unido, que son muy buenos consumidores. Más tarde llegó Estados Unidos demandando vinos que modificaron el gusto que hasta ese momento tenían los ingleses. “El gusto inglés se transformó en gusto americano -vinos más potentes- y con la modernidad, los vinos empezaron a cambiar. Hubo una nueva generación que aprovechó la materia prima y logró llevar a la botella una mayor concentración. El gusto mejoró, aunque los ingleses lo criticaron mucho. Pero Robert Parker empezó a puntuarlos y comenzaron a cambiar las percepciones de los vinos. Los vinos de alta gama modificaron su precio y los grandes vinos subieron mucho. Con el tiempo, Estados Unidos fue número uno del mercado mundial -desde 1975 hasta 2008- y fue muy importante a nivel de producción, precio y valor, constituyéndose en el mercado más grande para Argentina”.

Rolland explicó que durante la crisis del 2008 bajó la compra de vinos caros en Estados Unidos y también hubo una crisis en su producción ya que sus vinos caros no se pudieron exportar.  Al mismo tiempo Francia, con sus grandes vinos, no pudo alcanzar precios muy altos. Allí es donde China hizo su aparición, con compradores millonarios que adquieren vino a cualquier precio. “La demanda de un mercado hace que vinos de 250 Euros hoy se paguen a 800 Euros”, manifestó el especialista.

Los problemas que enfrenta Argentina

“Cuando en 1988 llegó el vino argentino al mundo, era un producto sin calidad, un vino argentino típico, que no se correspondía con los buenos vinos del mundo. En 23 años Argentina logró un nivel de producción fantástico. Desde el 2001 al 2007, pasó de tener 150 a 370 vinos de muy buen nivel”, afirmó el enólogo, destacando la progresión que mostró el país, nunca vista antes en el mundo.

El especialista se explayó en las características que hoy definen a EEUU -que enfrenta problemas de imagen mundial al no poder exportar-; a Chile -con su concentración de empresas y política nacional de exportación-, y Australia -cuyo Syrah afronta también serios problemas de venta y consumo-.

En su exposición, Rolland se encargó de aclarar que él es enólogo y no economista; y que su  especialidad es hacer vino, pero que actualmente Argentina atraviesa un momento de problemas y es necesario hacer algo en materia de vinos argentinos, los que “han andado bastante bien, pero si no hacemos algo rápidamente, el panorama para ellos puede  ser malo”. El experto se refirió específicamente a los costos internos que hoy enfrentan las empresas, que no deberían, a su entender, trasladarse a los precios internacionales. “Hoy exportamos bien, pero el margen de los productores está bajando mucho y es difícil hacer vino con precios competitivos si cada año tenemos un aumento del 25 0 30 % de los sueldos; es una forma de ir directamente a una muralla”, aseguró, “los costos internos pueden subir siempre, los costos del mercado no pueden subir sin fin”. Ante una situación como la actual, un empresario opta por bajar costos y bajar calidad. Esta decisión implica que el mercado internacional se cierre, debido a la competencia que hay en el mundo. Según Rolland, “hoy Argentina exportando funciona bien porque los vinos son buenos, pero si toma la decisión que tomó Australia con el Syrah o Estados Unidos con el Merlot -cuyas calidades bajaron por situaciones similares-, su futuro será muy complicado”.

“Argentina tiene un buen mercado interno pero que no es suficiente, por lo que debe seguir exportando”, dijo Rolland, “pero tener una bodega y empleados es una inversión enorme”. El consultor afirmó que los costos que hoy maneja Argentina no tienen sentido y que es el único país donde un turista paga dos veces y medio más por un vino que si lo comprara en EEUU. “Esto no es normal y un día la gente no podrá pagar el precio del mercado interno”. Esto, aseguró el especialista, es consecuencia de una economía que no funciona bien. Implica recortar costos, empleados, asesores, en definitiva: se baja la calidad, disminuye la imagen del país en el exterior y de esta manera el Malbec no podrá seguir teniendo el éxito que tiene hoy.

Finalmente alegó “Argentina y el Malbec hoy conocen un éxito fantástico. Si quieren sobrevivir deben quedarse en el mismo nivel, de lo contrario los vamos a matar. Desde ya que se pueden hacer buenos vinos también con otras variedades, pero definitivamente este país tiene una imagen asociada al Malbec y sería estúpido cambiar de camino. El desafío es mantener calidad y precios competitivos”.

El enólogo consideró sin embargo, que estamos ante el final de la época varietal y que “los vinos que se vienen son los vinos de corte (blends) y aquellos que provienen de distintos terroirs, más que los que  poseen denominación de origen. “El terroir es una pequeña zona, con un nombre y el trabajo de un hombre detrás”.

Rolland se despidió afirmando que “la clave del futuro es China; que actualmente ofrece una increíble oportunidad a los países ya que compra vinos caros. Este mercado tiene un mercado potencial muy grande y comprará vinos de todos los países ya que quiere elaborar vinos propios que cortarán con vinos de Chile, Sudáfrica y Argentina; en una segunda etapa preferirán el español y el italiano.

Michel Rolland es considerado como uno de los enólogos más importantes del planeta y un referente mundial en la enología. Consultor de Burdeos, asesora a más de 100 bodegas en más de 12 países de todo el mundo desde California, Italia, Chile, Argentina, España, hasta la India. Se crió en una finca en Château Le Bon Pasteur en Pomerol, Francia. Se formó en la Rolland Tour Blanche Vitícolas y Enológicas la escuela de Burdeos, donde se destacó notablemente. Durante su época de formación, estudió bajo la tutela de reconocidos enólogos como Pierre Sudraud, Pascal Ribéreau-Gayon, Jean Ribéreau-Gayon y Émile Peynaud, “padres de la moderna Enología”.

Marcelo Pelleriti (director del Programa), Sandra Castellano (directora ejecutiva de ADEN), Michel Rolland y Ricardo Greco Guiñazú (presidente de ADEN).

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