Nota  de opinión

Por los barrios

Por Viviana Costábile

Concejal PD

Dicen las malas lenguas que hay barrios encantados y que, aunque la gente se va, nunca se va del todo. Por eso al hacer la encuesta de qué nombre iba a llevar la plaza del Barrio Parque Drummond, numerosas generaciones votaron por distintas propuestas. Estuvieron los más viejos, esos que vieron crecer a sus hijos jugando a la pelota en la canchita de fútbol del barrio, hoy plaza.  Y fue Jorge Carosio, por los inicios de los ‘80 el que salió del barrio para jugar en un club muy importante, descubierto por un pescador de talentos. En esa canchita el arquero del barrio se llamaba Guillermo Arias, y las familias que vivían alrededor de la cancha fueron las fundadoras de un barrio rodeado de viñas, calles de tierra, y la seguridad de que entre los pocos vecinos que habían se cuidaban.

Entre los nombres propuestos por los familiares de los vecinos fundadores surgieron: Miguel Ángel Herrera, enólogo de numerosas bodegas de Luján, hijo de Miguel Lino Herrera, el intendente que le ganó la pulseada a Maipú para instalar la destilería de YPF en el departamento. Hubo un tercer Miguel Antonio Herrera que llevó el título de campeón argentino de boxeo al barrio.

La señora Rosa de Guardia, quien quedó viuda muy joven y se hizo cargo de sus dos niños, instaló el primer almacén del barrio y a partir de allí trabajó hasta el último día de su vida y atendió durante más de 50 años al vecindario. En su velorio los vecinos salieron desde la casa hasta la puerta del barrio aplaudiéndola. Nunca se vio algo así.

El ingeniero Matías Torrontegui, que murió de 40 años, fue uno de los científicos que trabajaba en el INTA, como así también tuvieron que abandonar el barrio en la época militar -vivía el coronel Sosa en el barrio- la ingeniera agrónoma Carmen Lis, que trabajaba en la Facultad de Ciencias Agrónomas, que quedaba casi frente al barrio.

El listado de fundadores del barrio es inmenso: Armani, Bustamante, López, Cerroni, Guerrero, Santos, López Herrera, Ferreyra, Girala, Chalub, Lucchini, Spadella, Peroni (cirujano cardiovascular), Gonzalez- Zuch (el primer gimnasio), Goncalvez (la primera peluquería), Arias, Evans, Boccanera, Bettio, Estrella, Scacia, Morgani, Figueroa, Ventureira, Ricco, Kemnitz, Díaz Constantini, Carral, Solanes, Cajal, entre otros.

Por eso, con gran dificultad, decidimos tomar al último de los luchadores por seguir el legado de los fundadores: Luis Carrillo, nombre que a partir de ahora tendrá la plaza.
Este vecino, desaparecido hace poco, tuvo la visión de ser un propulsor de las reuniones, actitud que lo llevó a que fuera secretario de la Unión Vecinal y en él queremos condensar y agradecer a todos los vecinos que con sus aportes consiguieron el pavimento,  la barrera de seguridad, etc….  aunque como empecé la nota… dicen las malas lenguas que la gente nunca se va de ese lugar encantado y que por las ramas de los árboles de la plaza se sienten las voces de las hinchadas de chicos de diez años y también música de esos “bailecitos” inolvidables que se hacían en la canchita.