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Del rincón demócrata al caballo del peronismo conservador

Panorama Político


Para los lujaninos el dato de la coyuntura política es el involucramiento del jefe comunal en la candidatura a intendente del contador del Partido Justicialista, Carlos López Puelles. Se comparta o no la decisión de Omar Parisi de dejar el PD y saltar al PJ, ésta es una situación que no sorprende, más bien blanquea una ruptura que ya existía con Omar De Marchi y los representantes del PD en el Concejo Deliberante. Eso sí, si bien es preanunciada, ha levantado polvareda.

La acusación de Уtrasvestismo políticoФ parece muy pesada, dadas las circunstancias. Si algo se le criticaba a Parisi era que teniendo afinidad ideológica con el peronismo, siguiera dentro del proyecto político que gobierna el departamento desde 1999. Hay que decir que ya en la época en que Parisi era diputado –finales del menemismo- mantuvo posiciones cercanas al FREPASO y la Alianza. Luego, al asumir responsabilidades ejecutivas en Luján, trabó una buena relación con la gestión de Celso Jaque, consolidando todo lo relativo a una gestión cuyas obras son mayormente financiadas gracias a los recursos aportados por la Nación.

Para Correveidile, el profesor e investigador de la Universidad Nacional de Cuyo, Walter Cueto, aportó una reflexión tendiente a dibujar un cuadro de situación más allá de la cáscara ruidosa de la vida política.

En primer lugar, para Cueto, más importante que la decisión de Parisi es la corrida cada vez más marcada de muchos dirigentes hacia posiciones conservadoras, independientemente de la etiqueta política con la que juegan en cada elección. El pragmatismo conservador es el perfil ideológico que sigue desarrollándose en Mendoza de manera cada vez más acentuada. Comenzó a mediados de la década de los 80, cuando tanto el radicalismo en Capital como el justicialismo en el resto de la provincia asumieron características socioculturales que permitieron desplazar al Partido Demócrata, quedando éste partido arrinconado en algunos municipios y con dirigentes que cada vez más se fueron diluyendo en el perfil conservador que asumieron radicales y justicialistasФ.

En segundo lugar, todo lo sucedido se entiende mejor dentro de la lógica de los conflictos entre la clase política. Si bien la ciudadanía la rechaza, hay que ver que funciona y es implacable: УNo está  motivada en cuestiones de representación ni tiene nada que ver con el electorado, se trata de un conflicto básicamente por el control del aparato municipal. Dicho de otro modo: si Parisi fuera un simple dirigente –y no un cacique- o un afiliado común, nadie se hubiera enterado de su renuncia y su paseФ. ¿Involucra en principio alguna cuestión ética? Según Cueto, la respuesta es no, hasta que entran en juego las responsabilidades que supuestamente un dirigente asume al ser elegido para un cargo por la ciudadanía. Al respecto el titular de la cátedra de Estado, Sociedad y Política señaló: УQuizás lo ético es que esperen a terminar una función y luego en el llano cambiar de caballo, pero claro, entonces ya han perdido el control del aparato y quizás hasta la posibilidad de seguir en la política. En consecuencia el pragmatismo es la única visión que parece contar.Ф

Finalmente Cueto opinó que УLa dirigencia local cada vez más nos va acostumbrando a este juego de posiciones donde lo que cuenta es el interés personal del individuo por un cargo electivo. No juegan definiciones ideológicas, programáticas, de defensa del interés colectivo ni siquiera su imagen pública. Sólo juega el interés personal y las relaciones que permiten seguir sosteniendo el puro poder que da el manejo del aparato estatal…pareciera que hoy es posible gobernar sin partidos y en consecuencia la garantía para mantener el poder es sólo encontrar el modo de seguir manteniendo el cargo electivo con el cual se podrá negociar nuevas posiciones dentro de la corporación políticopartidariaФ.

1 Comentar este artculo

  1. Pedro López Azcuénaga Dijo:

    Teniendo en cuenta la situación política de Parisi, de acuerdo al proyecto financiado por la Nación, y que si bien se ejecutó, se llevó a a cabo en forma lenta, lo cual no quiere decir que no hubiera méritos, sino
    todo lo contrario: o sea, hubo una gestión.
    Desde el momento en que se produce un paso hacia otro partido, se produce
    también una ruptura con el votante, con la familia electoral, y con el país
    en general. Hay que traer a un idóneo para que se produzca una devolución
    del prestigio honrosamente demostrado hasta ese entonces.
    Yo comprendo con bastantes razones, que acaso sea muy bienvenido al
    conservadorismo peronista el dirigente, y que hacia buen puerto a ido, pero
    de ahí a recibirse en el “P.D.” y pasarse, no es una cosa ideal.
    A mi, personalmente, no me parece ideal que alguien se cambie sobre la
    marcha.
    Porque ha ganado como persona que pertenece al partido tal, y sólo tiene
    derecho -moralmente hablando-, a desempeñarse dentro de ese partido.
    O sea, está pésimo, “borocotearse”.Ф
    Se produce además, una falta de confianza con el pueblo, porque en él,
    o sea, en el hombre, se ha depostitado la confianza al momento de
    vérselas con la urna. .

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