Avionazo conmovedor

La calle Viamonte y las avionetas caídas

El 1º de marzo pasado un extraño incidente  conmovió el calmo mediodía chacrense.

Una avioneta se precipitó unos minutos después de las 12 directamente hasta la copa de un plátano de la calle Viamonte al 4200, casi enfrente de la Piedra Pintada. Segunda vez que esta calle es escenario de un hecho como éste.

La avioneta, de la empresa Aerotec, estaba contratada y afectada por el ISCAMEN al programa de lucha contra la mosca del Mediterráneo.

Se trataba de un monomotor Cessna 170 -uno de los modelos más populares- que había partido desde Rivadavia a eso de las 11:30 hs y, luego de un poco más de media hora de vuelo, fue a parar a la copa de un plátano de calle Viamonte casi intersección con Medrano, a 600 metros de la plaza de Chacras.

A pesar de que es una zona muy poblada de nuestro pueblo, en ese instante no circulaba nadie por allí, ni peatones ni vehículos, afortunadamente.

Se desconocen aún las causas del accidente, que están siendo investigadas por la Fuerza Aérea Argentina.

Claudio Agustín, dueño del lavadero aledaño y testigo privilegiado del hecho, nos relata lo siguiente: “Escuché una frenada y un ruido muy violento y salgo corriendo a ver qué pasaba, pensando que era un choque de autos. Al salir a la calle, cuando miro en esa dirección me pareció ver un karting o lo que sería una parte de él. Justo en ese momento alguien cae desde el árbol y sale corriendo hasta la mitad de la calle gritando desesperadamente “mi amigo, mi amigo”. Hasta ese momento era muy difícil comprender qué estaba pasando. Al acercarme al “karting” me doy cuenta que es una parte de un avión y que hay alguien dentro de los restos del fuselaje, y justo en ese momento se produce una exploción.  Carlos Zalloco, dueño del taller mecánico de al lado mío, corrió a buscar el matafuegos. Después junto con mi hijo Franco sacan al piloto, todo quemado y lo acomodan en el medio de la calle. En ese momento llega un móvil policial que se hizo cargo de la situación”

Según lo que vieron Zalloco y un mecánico de su taller desde el techo de la bodega vecina, donde casualmente se encontraban, la avioneta venía en picada y así, de punta, cayó en medio de la copa del plátano.

También esto fue observado por una señora que circulaba por Viamonte en su vehículo y al ver que algo caía desde el cielo, frenó abruptamente. Esa fue la frenada que escuchó Agustín mientras se encontraba en su lavadero.

Tal como relata Claudio Agustín, el fuego se produjo al precipitarse lo que quedaba del Cessna al suelo, desde la copa del árbol. Grande fue el asombre de todos quienes presenciaban la situación cuando uno de los tripulantes, el copiloto, salió caminando por sus propios medios gritando que el piloto estaba atrapado y malherido.

Advertida por los vecinos, una patrulla policíal llegó rápidamente y comenzó las tareas de rescate, que luego quedaron en manos de los Bomberos y los médicos del SEC (Sistema de Emergencias Coordinado).

Hay que destacar  que los propios agentes policiales que comenzaron a sacar a las víctimas del fuselaje sufrieron algunas lesiones por lo que también debieron ser trasladadas al hospital.

Los pilotos

Enzo Ceballos (37, casado, dos hijos), el piloto de la aeronave, falleció a escasas horas del accidente en el hospital Lagomaggiore. No pudo superar la gravedad de las heridas sufridas.

Por su parte, el copiloto, Raúl Alcaráz (40, casado, 4 hijos), a pesar de que desde el primer instante se encontraba fuera de peligro, estuvo internado en el mismo nosocomio y fue dado de alta al poco tiempo.

El antecedente

Al precipitarse al suelo, la aeronave comenzó a prenderse fuego por lo que los vecinos Carlos Zalloco y Franco Agustín,  acudieron con matafuegos para socorrer a los tripulantes que se encontraban en el interiro d elos que quedaba del Cessna.

Uno de ellos, el copiloto, salió caminando por sus propios medios y rápidamente advirtió que el piloto estaba atrapado y malherido.

Una patrulla policía llegó rápidamente, advertida por los vecinos, y comenzó las tareas d erescate, que quedaron en manos d elos Bomberos y los médicos del SEC (Sistema de Emergencias Coordinado), que llegaron minutos más tarde.

Otro mediodía de aviones caídos

Fue el del 10 de febrero de 1960.

En la pileta de la familia Merlo, en calle Pueyrredón, los niños disfrutaban de sus vacaciones. Tirados de espaldas, tomaban sol mirando al cielo, cuando de pronto, apareció una avioneta en su campo visual con el piloto asomándose fuera de la ventanilla “con la mitad del cuerpo salido”, nos cuenta Silvia Garguir, una de los testigos privilegiados de aquel hecho que, al igual del recientemente acaecido, fue comentario obligado por un tiempo entre los vecinos de este pueblo.

La avioneta era piloteada por don Barnabó –hermano  de Coca Piccione- y venía difundiendo un homenaje para la Virgen de Lourdes, cuando inesperadamente comenzó a fallar y fue a parar al espaldero y cerezos de la casa de Juan Cruz Vera, en la esquina sureste de Pueyrredón y Viamonte, en la actual propiedad de la familia Rodríguez. Inmediatamente comenzó el incendio.

En ese momento se encontraban estudiando en la casa la hija de Juan Cruz, Morna Vera y una de sus vecinas Frare, hija de Ángela Dorigo, la reina de la Vendimia de Chacras que llegó al reinado nacional en 1938.

Los primeros que llegaron en auxilio fueron don Silvestre Dottori y Pancho Messina, contratista de la viña de los Merlo, además de nuestra informante y todos los jóvenes de la pileta, más los vecinos cercanos.

Aparentemente, la avioneta se quedó sin combustible, “teniendo en cuenta que el incendio fue mínimo” recuerda Silvia.