Categoría | Destacados, Vecinales

¿Un oasis de calma? No destruyamos lo que queda de Chacras de Coria

Hay una cuestión que tiene que ver con no entender a qué se deben los problemas de tránsito en el distrito. No son por falta de espacio sino por un modo inconveniente de resolver los viajes. Hay que procurar que la gente llegue al centro sin el auto.

Por Verónica Escudero*

Las estrategias tienen que estar orientadas a generar espacios donde uno pueda dejar el vehículo y seguir a pie con veredas de calidad, que es lo que pidieron los habitantes del distrito en las distintas reuniones realizadas con motivo del plan municipal de ordenamiento territorial. Las personas pidieron veredas y ciclovías como modos alternativos al auto para resolver las necesidades en este microcentro tan pequeño que tenemos, pero que justamente es parte de su encanto.

Si ponemos al auto en el medio de la escena vamos a destruir a este pueblo con características periurbanas. Ha perdido su encanto en distintas intervenciones y esto ya sería matar lo poco que queda. La falta de continuidad de una calle no debe verse como un obstáculo sino como una oportunidad para generar un oasis de calma que le permita a la gente caminar con tranquilidad, conversar o interactuar en las veredas. En la medida en que ponemos a los vehículos particulares y al tránsito como protagonistas todo lo demás se muere por inseguridad, riesgo de accidentes y porque la gente abandona estos lugares.

La velocidad empieza a protagonizar la escena en vez de su detención, que es lo que necesitamos para encontrarnos, mirar una vidriera o detenernos a comprar una cosa. La circulación empieza a ser la actividad predominante del lugar. Esto le cambia su carácter e impacta sobre su lógica y los elementos que lo caracterizaron y que son el principal atractivo de los visitantes y quienes lo eligieron para vivir.

En tránsito hay que diferenciar lo que es el “de paso” del “local”. El tránsito local, que es el que tiene por destino el microcentro de Chacras, debe ser circulado a baja velocidad y si es posible, dejar el auto antes de entrar a este espacio. No deberíamos impedir que la gente ingrese a Chacras porque los locales comerciales necesitan de estos consumidores y el espacio urbano del microcentro cobra dinamismo con estas personas, pero no en auto. Poner todo al servicio del auto es olvidarse de la dimensión humana que tienen los espacios urbanos. Entonces los problemas de congestión están más ligados a no haber resuelto estos viajes por un modo alternativo.

La ciudad capital es una clara muestra de las consecuencias que tiene el exceso de tránsito vehicular sobre el uso residencial y sobre el uso comercial. No destruyamos Chacras de Coria. Necesitamos un oasis de calma para vivir, compartir, conocer y comprar con tranquilidad y acompañados de nuestros niños. El trazado intrincado de Chacras de Coria nos protege, y preserva la intimidad de algunos vecindarios.

El acierto de haber conectado la calle Paso con el Corredor Cuatro, de haber mejorado y espero que se continúen las obras sobre Almirante Brown, son los ejes que deben canalizar el tránsito de paso en caso de que fuera necesario, porque el flujo entre el Acceso Sur y la Panamericana es inevitable.

La calle Mitre es el corazón de Chacras de Coria. Deberían mejorar los espacios abandonados, invertir para mejorar la fluidez peatonal, incluso entre la calle detrás de la estación de servicio (Pannocchia) y Viamonte, para dejar el auto en esa calle de borde y acercarse caminando hacia Mitre o Viamonte.

Es una estrategia muy buena la que hizo Jebbs, abriendo su local comercial hacia los dos frentes que tiene, porque permite el tránsito peatonal dejando el auto afuera. Así deberían trabajarse los predios donde termina la calle Mitre, que deberían posibilitar la circulación de peatones entre Pannocchia y Viamonte.

Se podrían dejar los autos ahí para llegar a pie, pero no han hecho una sola vereda ni quitado las de piedra bola. Lo único que han hecho es poner todo el sistema de Chacras a favor del auto y a al servicio del tránsito y este no es un espacio para circular sino para ser vivido.

Debemos recuperar la dimensión humana que tienen los espacios urbanos para que no sean inseguros: la gente abandona los lugares que protagoniza el auto. Lo que han generado en calle Loria, de haber mandado el tránsito con una rotonda que no funciona y con tachas, produce la venta de propiedades para muchos. ¿A quién se le ocurrió hacer eso? No sé si habrá sido planteado en función del colegio San Nicolás, pero la ciudad no puede organizarse en base a un problema de tránsito que genera un colegio.

Los problemas de tránsito deberían haber sido abordados en un estudio de impacto ambiental, esos colegios necesitan un estudio serio que deben resolver en el interior de ese predio o con propuestas por parte del emprendimiento. El lugar a su vez fue habilitado por el municipio, y esas consideraciones las debe tener el municipio.

*Vecina de Chacras de Coria. Arquitecta. Especialista en Planeamiento Regional.


Deje su comentario