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Cine: Almodóvar y sus laberintos de pasiones

Cuando estas líneas lleguen a sus ojos, una nueva película de Pedro Almodóvar estará a nuestra disposición en los cines argentinos. El director español de mayor trascendencia en los últimos 40 años se habrá hecho presente con “Dolor y gloria”, 21° largometraje de su prolífica carrera y quizás el más autobiográfico de todos.


Por Patricio Pina*

Las películas de Almodóvar han tenido buena distribución en nuestro país, de modo que cualquier interesado en su cine puede presumir (con una pequeña ayudita de los viejos VHS en los ochentas) de haber visto todas. No es difícil entonces reseñar algunas constantes de su cine, que certifican su cualidad de autor y a la vez funcionan como pequeñas estanterías kantianas para ordenar una mirada sobre su cine.

MUJERES: Que Pedro nos lo diga: “Estoy mucho más interesado en los personajes femeninos. Creo que tienen menos sentido del ridículo y son más espontáneas. En mis películas son muy fuertes, con una enorme independencia y llenas de energía”. Hasta Joaquín Sabina quiere ser una chica Almodóvar.

EL DESEO: “… la necesidad de que alguien esté por tus huesos, que de todos los manjares posibles tu cuerpo sea su plato favorito…”, pero además “uno desea poseer el alma del otro”. Almodóvar describe con sus propias palabras la pulsión que agita y desasosiega a sus personajes, quienes usualmente desean ser deseados, con un complejo subtexto plagado de ausencias, temor a la soledad y variantes diversas de amour fou. Por cierto, la productora de los hermanos Almodóvar se llama El Deseo.

MOVIDA: La catarsis social de la sociedad post franquista aparece prácticamente documentada en sus primeros films, rebosantes de anarquía, exceso, sexo libertario y humor desquiciado. Estas películas moldearon la primera percepción del cine almodovariano, que a principios de los noventa viró hacia formas más sobrias. Una coda cercana a aquellas propuestas es “Los amantes pasajeros”, injustamente mal recibida.

MELODRAMA: Quintaesencia del registro cinematográfico del realizador, hoy parece ser el género donde estableció su residencia. Lejos quedan sus comedias alocadas, que no por graciosas desmienten la pasión de Almodóvar por conectar a sus personajes con nuestros sentimientos, ya sea para la risa o, de habitual, el llanto. Que miremos sus películas con cierta distancia lúdica se debe a la inigualable artificialidad de la puesta en escena, estallada de colores y meandros argumentales, consiguiendo, en sus mejores momentos (“Tacones lejanos”, “Carne trémula”, “Volver”, “La piel que habito”, entre varias), nuestra hipnosis, nuestra fascinación por su cine.

*Rector de la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video. Junto a Claudia Nazar brindan el Taller de Cine “La juventud no tiene edad”, todos los sábados a las 18 hs. en la Biblioteca Popular de Chacras de Coria.

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