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Economía: Carencias del sistema salarial en el mundo productivo

Anacrónico y contrario al desarrollo del trabajo y sus beneficios, el modo en que funciona la rueda debería ligar el ingreso al resultado de la actividad.

Por Cont. Roberto Luis Villalon

El sistema es mentiroso, porque todos los beneficios que se adjudica, como  el aporte jubilatorio por parte del empleador, el sueldo anual complementario, las vacaciones pagas y los feriados pagos, los paga el trabajador. Estos supuestos beneficios forman parte del costo final del trabajador y como nadie puede pagar por lo que el trabajador no produce, es él quien debe cubrir todos estos costos con su trabajo productivo.

El sistema es injusto, porque el que cobra piensa que a él no le pagan lo que vale (y tiene razón). No le pagan lo que vale porque su salario es fijo y siempre cobra lo mismo. Es decir, el sistema no lo alienta a producir más porque no le pagan por eso. El que paga, piensa que no puede pagar más porque el trabajador no  produce eso por lo que él le podría pagar (y tiene razón): el trabajador no produce más, porque no hay nada que lo incentive, ya que siempre cobra lo mismo, haga lo que haga.

Entonces, si ambos tienen razón, el equivocado es el sistema.

El sistema es inequitativo, porque desalienta al que quiere producir y no alienta al que no quiere producir. La lógica debería premiar la mayor producción con mayor ingreso. Es empobrecedor, porque su propia rigidez no incentiva a producir, y más en un contexto inflacionario como el nuestro, donde todo sube, contra un salario fijo que reduce su poder de compra y genera pobreza y recesión.

El sistema es conflictivo, porque nunca satisface a ambas partes y naturaliza el enfrentamiento para resolver las diferencias. Es absurdo, porque al aumentar los salarios, mejorando transitoriamente la situación de los trabajadores, aumenta los costos y estos los precios, para volver a la misma situación inicial de empobrecimiento y repetir el mismo proceso.

Es desnaturalizado, porque no reconoce la realidad de la economía, que  gana por producir, frente al sistema, que no paga por producir sino por estar, contraponiendo el pensamiento y el lógico interés de las partes por interactuar para producir más y ganar más. Así, el sistema desnaturaliza los puntos de vista que debería unir. Es regresivo, porque en lugar de alentar, frena la capacidad productiva tanto individual como colectiva, perjudicando con ello toda la economía.

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