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Los hechos de la Revolución de Mayo en Mendoza

Un brevísimo repaso por la historia para entender el incipiente proceso de surgimiento del Estado Argentino.

Por Carlos Campana

Los mendocinos recién nos enteramos de los hechos del 25 de Mayo de 1810 a principios de junio de ese año, ya que las noticias tardaban como mínimo 45 días en llegar, mientras que las más urgentes podían demorar unas 20 jornadas. Cabe destacar que la Junta de Gobierno formada en Buenos Aires surgió a favor del Rey Fernando VII y no como un gobierno independiente de España.

Rumores confirmados

Los primeros rumores acerca de la constitución en Buenos Aires de una Junta Provisional Gubernativa se conocieron los primeros días de junio, hecho que inquietó a las autoridades locales.

El 13 de junio de 1810 el comandante de frontera Manuel Corvalán confirmó la noticia de aquel hecho. Entonces Faustino Ansay, quien era el que gobernaba junto a Domingo Torres y Joaquín Gómez de Liaño los destinos de Cuyo, tomaron la decisión de esperar noticias y el sábado 23 de junio se convocó a un Cabildo Extraordinario.

Durante la reunión se resolvió tomar una posición a favor de la Junta de Buenos Aires. Esa misma noche un grupo de vecinos solicitó la destitución del comandante Ansay, quien fue reemplazado por Isidro Sáenz de la Maza. Luego de ese suceso, los mendocinos salieron a festejar con cintas blancas con el retrato de Fernando VII, al que le juraron lealtad.

En la madrugada del jueves 28 de junio, el destituido comandante Ansay y un grupo de seguidores, se rebelaron contra la decisión de los cabildantes -que apoyaban la Junta- y asaltaron el cuartel. Al enterarse de esta revuelta, el ayuntamiento decidió tomar medidas contra los sediciosos, listos para la confrontación armada. La intervención del presbítero Domingo García evitó el enfrentamiento entre ambos bandos y propuso un acuerdo que tendría lugar el 1° de julio en la sede del Cabildo.

Mendoza a favor de la Junta

El domingo 1 de julio se reunieron más de cincuenta vecinos en el Cabildo y todos reafirmaron el apoyo a la Junta de Buenos Aires.

Días después, en la provincia de Córdoba -que estaba en contra de la Junta- se solicitaron armas y tropas a Cuyo, pero desde Mendoza se contestó que no podían socorrerlos porque estaban a favor del gobierno de Buenos Aires.

El 23 de julio, las nuevas autoridades ocuparon sus cargos y fueron deportados a la metrópolis el comandante Faustino Ansay y otros funcionarios rebeldes.

La revolución había triunfado.

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