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Rincón de Ciencia: Tratamiento de aguas y efluentes

El ingeniero Lucas Bianchini*, uno de los participantes de la Jornada de Edificios Sustentables que se realizó en el municipio, explica lo fundamental de este sistema alternativo que supone una estrategia de reducción y aprovechamiento del agua en los hogares.


Mendoza se encuentra en una zona árida y semiárida, con un marcado y progresivo déficit de agua. Además, es conocida la problemática que atraviesa la provincia con respecto a la escasez cada vez más pronunciada de agua dulce. Si bien esto es una problemática mundial, focalizado el problema en Mendoza podemos afirmar que se debe a tres causas sustanciales: el aumento creciente de la población, la urbanización y la consiguiente demanda de agua; la disminución en las precipitaciones níveas en la provincia, y la contaminación de las fuentes naturales de agua dulce.

Esta problemática se ve apuntalada en zonas urbanas donde las viviendas sin acceso a la red cloacal vierten los efluentes en los clásicos pozos sépticos que se convierten en una fuente permanente de contaminación de las napas. Por esta razón, resulta imperante la necesidad de coadyuvar a un uso más eficiente del agua generando un ahorro sustancial a través de la depuración del agua utilizada en cada domicilio o conjunto habitacional para el riego de jardines y arbolado, reúso interno y/o cultivos de huertas familiares.

Para lograr esto se debe tener en cuenta que los efluentes de una vivienda se diferencian en aguas negras y grises. Las aguas negras provienen de los inodoros y están conformados por las excretas y orina. Tienen una gran carga orgánica, contienen organismos patógenos y su tratamiento es complejo y requiere ciertos recaudos.

Las aguas grises provienen de los lavatorios, duchas, lavarropas y cocina. Contienen básicamente jabón, algunos residuos grasos de la cocina y detergentes biodegradables. Pueden ser tratadas y reutilizadas mediante sistemas naturales en forma sencilla y económica ya que estos sistemas no requieren del aporte de energía externa para su funcionamiento.

Una alternativa de tratamiento por sus bajos costos de instalación y operación son los denominados humedales artificiales. Su objeto es emular las mismas condiciones de depuración que se producen en los ecosistemas naturales. Todos estos sistemas naturales se componen de un canal impermeable relleno de pequeñas piedras y plantado con totoras, juncos, cyperus, lirios, calas. Al pasar el agua contaminada lentamente a través de este lecho poroso se elimina la materia orgánica, los nutrientes y los patógenos. La combinación de los efectos del filtro de grava, de las plantas y de la flora bacteriana que se asocia a ésta, produce la purificación del agua.

De esta forma el agua puede ser vertida en el terreno sin causar impacto en el ambiente y lo más importante: puede ser reutilizada para riego. Además, como su modo de circulación es por debajo de la superficie de ese sustrato poroso, no se generan malos olores ni proliferación de mosquitos. Estos sistemas son muy sencillos de construir, no requiere de elementos complejos de diseño ni de componentes especiales. Se integran completamente con el paisaje permitiendo adaptarse a cualquier forma y disposición de terreno y aportan un valor ornamental al jardín que los contiene.

También se puede depurar el agua gris con filtros especiales y reutilizar el agua tratada para alimentar la descarga de los inodoros o riego de espacios verdes. Estos sistemas se utilizan en viviendas sin espacios verdes o edificios y permiten un sustancial ahorro de agua.

*Para más información escribir a lucas.bianchini@depura.com.ar

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