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Editorial: Códigos y Anomia

Toda sociedad organizada está regida por diferentes normas indispensables para vivir en paz y armonía. En todos los casos damos por supuesto que los legisladores obran en pos del bien común y que, por lo tanto, nunca harían leyes que atenten contra las personas y sus derechos fundamentales.

Foto: Diario Los Andes

Émile Durkheim sostiene que la sociedad es la encargada de integrar a los individuos que la forman y de regular sus conductas a partir del establecimiento de normas. Afirma que, si la sociedad cumple adecuadamente, tanto la colectividad como cada uno de sus miembros, lograrán un orden estable que les permita desarrollarse plenamente. Cuando esto no ocurre, y la sociedad cae en una situación de anomia, pierde su fuerza para regular e integrar a los individuos, pudiendo producirse consecuencias adversas.

La anomia se define como “estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales”.

Cuando en el seno de una familia no existen normas claras y cada uno de sus integrantes actúa sin límites establecidos, los niños pierden de vista a un referente claro y vive aprendiendo sólo lo que hacen sus mayores.

Necesariamente los códigos deben adecuarse a los cambios que la sociedad va produciendo y, por lo tanto, se tienen que renovar. Por eso hoy están prohibidas conductas que antes eran permitidas, como por ejemplo fumar en los colectivos. Inversamente hoy están permitidas situaciones antes prohibidas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El mes pasado se aprobó en Mendoza el nuevo Código de Faltas que remplaza al anterior de 1965. El proyecto original enviado por el gobernador a la legislatura trajo un sinfín de polémicas. Fueron retirados por los legisladores varios artículos, algunos realmente absurdos.

Recordemos que para su aprobación definitiva en la Cámara de Diputados hacía falta mayoría simple, es decir la mitad más uno de los votos del total. La oposición no asistió al recinto, el oficialismo no tenía la mayoría, pero apareció un diputado ‘opositor’ para que finalmente, se aprobase el nuevo Código

El nuevo Código prevé distintos tipos de contravenciones: contra la autoridad, contra el orden público, contra la moralidad, buenas costumbres y educación, contra la fe pública y la propiedad, contra la salud, sanidad e higiene y contra el medio ambiente y la salud de los animales.

Existen diferentes códigos para regular diversas conductas. El Código Civil, el Comercial, el Penal, etc.

El Poder Judicial debe velar para que los que infrinjan alguna de las prohibiciones previstas reciba el castigo adecuado según la ley. Los jueces de las diferentes jurisdicciones deben dar el ejemplo a la sociedad de rectitud y honorabilidad. Si la Justicia no funciona, los códigos se desvirtúan.

Hace pocos días se conoció que el expresidente Menem fue absuelto por la venta ilegal de armas. Ya había sido condenado a 7 años y medio de prisión. La Cámara Federal de Casación Penal adujo que “se quebró el plazo razonable” para un acusado con condena firme ya que habían pasado 23 años…

Al respecto el fiscal Stornelli citó una frase del famoso jurista brasilero, Rui Barbosa de Oliveira. La frase es contundente. “De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto agigantarse los poderes en manos de los malos, el hombre llega a desanimarse, de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto”

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