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Editorial: El comienzo y el fin

Todos sabemos que nos es imposible modificar el pasado. Decimos frecuentemente ‘lo que pasó, pasó’. También sabemos que para construir un presente digno y fructífero debemos conocer nuestra historia. Para aprender tanto de los que hicieron las cosas bien como de todos los errores cometidos. Por un momento imaginemos que un personaje, como sucede en las películas de ficción, pudiera volver al pasado no para modificarlo, sino para mostrar las consecuencias de las decisiones que entonces tomaban nuestros ‘gobernantes’.

Entonces imaginemos que nuestro personaje viajara al pasado y llegara en marzo de 1976. El único ‘poder’ que posee es una serie de documentales que recopilan nuestra historia desde marzo de 1976 hasta hoy. Se encuentra con el general Videla y con el almirante Masera en una reunión secreta en la que se planificaba el golpe de Estado para derrocar a Isabel Martínez de Perón. Nuestro personaje los interrumpe y les comienza a pasar el documental. Detiene la imagen en el edificio de Escuela de la Armada Argentina (Esma). Se ven mujeres detenidas, están embarazadas. Al parir sus hijos desaparecen y son entregados a otras personas.

Luego se ve la Plaza de mayo, donde desafiando el estado de sitio, un grupo pequeño de mujeres, con pañuelos blancos, dan vueltas alrededor de la plaza pidiendo por sus hijos desaparecidos. Sigue mostrando algunos de los tantos lugares donde estaban los detenidos-secuestrados. Todos clandestinos. Ahí se torturaba y asesinaba. Luego el mundial de fútbol de 1978 donde Argentina se coronó campeón por primera vez. Un logro para distraer al pueblo. “Los argentinos somos derechos y humanos” fue el slogan preferido de la dictadura frente a los reclamos internacionales que investigaban las violaciones de los derechos humanos en nuestro país.

Sigue con todas las fábricas que cerraron por falta de apoyo a la industria nacional. Y el ministro Martínez de Hoz hablando sobre el progreso de nuestro bienestar…Como para no aburrirlos demasiado con lo que ellos estaban gestando y serían responsables, adelanta la película hasta 1982. Aparece el general Galtieri tomando wiski y fanfarroneando con otros colegas. La gente estaba harta. El 30 de marzo de 1982 la Confederación General del Trabajo organiza una marcha y concentración en Plaza de Mayo. En muchas provincias el pueblo se moviliza para protestar. La movilización fue reprimida violentamente. En Mendoza mataron al obrero Benedicto Ortiz. El 2 de abril, dos días después, la plaza estaba repleta de personas que agitaban banderas celestes y blancas. Desde el balcón, un eufórico Galtieri amenazaba: “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla” se dirigía al imperio británico.

La guerra de Malvinas trajo como resultado 649 muertos en batalla. Los soldados combatientes nunca fueron reconocidos cabalmente como héroes de la patria. Se los ocultó deliberadamente cuando regresaron al continente. Aún hoy los excombatientes siguen luchando por su reconocimiento. Pocos días atrás un grupo pequeño de familiares de soldados enterrados en el cementerio de nuestras Islas viajó para rendir su homenaje ante la tumba en la que antes solo decía. “Aquí yace un soldado sólo conocido por Dios”. Fue un gran consuelo. Pudieron sentirse un poco más cerca del hijo amado. Hoy el reclamo de soberanía sigue vigente. Pero aquella aventura bélica terminó mal. Y fue el final del gobierno dictatorial.

En la última escena del documental se ve el juicio a los integrantes de aquellas juntas que nos gobernaron. Escuchan impávidos las condenas por cientos de crímenes cometidos por sus órdenes. Finalmente, el electo presidente constitucional, Raúl Alfonsín recibe el informe de la CONADEP: NUNCA MÁS

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