Por Patricio Pina* – Especial para Correveidile
Los festivales son el paraíso de todo amante del cine: una amplia oferta de películas con pocas chances de ser vistas en las salas comerciales, con entradas muy por debajo del precio de mercado. La conjunción de ambos factores puede derivar en una experiencia que une el goce cinéfilo con la desmesura y, porqué no, la angustia:muchas películas para ver, poco tiempo para hacerlo.
De izquierda a derecha: Alicia Sosa, Carolina Peralta, Federico Cardone, Patricio Pina y Alejandro Alonso. Foto: Unidiversidad
¿Qué ver? ¿Qué sacrificar? Aceptemos lo inevitable: jamás podremos ver todo lo que deseamos, pero siempre tendremos más cine del que soñábamos. Resuelto el dilema, estudiemos la grilla de programación,compremos un buen colirio que nos alivie la previsible fatiga ocular y sentémonos en nuestra butaca, dispuestos a empacharnos de películas.
Del 14 al 18 de este mes se lleva adelante la segunda edición del GRABA, organizado principalmente por la UNCuyo. Su sede central es la Nave Universitaria y la Nave Cultural, pero también hay proyecciones en otros espacios audiovisuales dela provincia. Las entradas cuestan 30 pesos.
Tras un exitoso inicio el año pasado, el GRABA ha ampliado sus secciones en competencia: largometrajes latinoamericanos, largometrajes argentinos, series de TV y Web y cortometrajes de escuelas de cine. La oferta es amplia y dará visibilidad a producciones que normalmente no pasan por los circuitos comerciales de exhibición. Imposible reseñar la totalidad de las películas en competencia. Y hacer recomendaciones es siempre tarea ingrata, dado lo opinable de los gustos.
De todos modos, no se puede soslayar la presencia importante de films donde las mujeres son eje de la historia, ya sea frente a cuestiones como la maternidad (las argentinas “Una especie de familia” e “Invisible”, la costarricense “Medea”; el recomenzar tras la muerte de un ser querido (“Vergel”) o la violencia que se ensaña en los cuerpos (el documental “Primas”) o lo que condiciona fuertemente el entorno social (la brasileña“Baronesa”). En todas ellas se elude lo femenino como arquetipo de género y se ofrecen miradas y opciones renovadoras y poderosas, no exentas de dureza. También hay lugar para mirarla realidad con ojos experimentales, incluso al límite de poder advertir en qué momento comenzamos a pisar el terreno de la ficción.
Allí están “BAP” (el ensueño de nuestra patria ferroviaria), “Al centro de la tierra” (su director la llama “una ficción documental”) o la extraordinaria película chilena“Rey” (la increíble historia de Orllie – Antoine de Tounens, autoproclamado rey de la Araucania a mediados del siglo XIX). No faltará un panorama internacional fuera de competencia ni un foco de cine chileno.
Será cuestión de instalarse en las salas y seguir el ejemplo de las hermosas damas de “Las cinéphilas” (documental argentino en competencia): apasionarse por el cine y entregarse a su magia sin límites, vivir el festival hasta el tuétano y darnos un corto pero merecido respiro de la realidad cotidiana. Las películas no hacen la felicidad, pero por unos días quizá podamos coquetear con ella.
*El autor es rector de la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video. Junto a Claudia Nazar dan el Taller de Cine “Clásicos no tan clásicos”, en la Biblioteca Popular de Chacras de Coria, todos los sábados a las 19 hs. El costo del curso-taller es de $400. Informes: 4962985 o en Viamonte 5191.
