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La Parroquia está de vuelta

Luego de meses de reparación, algunos más de los previstos, la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro reabrió sus puertas con la presencia del arzobispo, vecinos y autoridades municipales.

Sobre la pared Este del edificio se abrieron tres puertas y se adjuntó una pérgola de madera.

Fue a comienzos de mayo cuando comenzaron las obras de remodelación y puesta en valor del templo de la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, frente a la Plaza de Chacras de Coria. Como bien informamos en su momento, el compromiso de muchos vecinos hizo que existieran reuniones previas con los responsables de la tarea para consensuar en algunos puntos vinculados a este bien patrimonial, sobre todo en lo relativo a su fisonomía.

Si bien la inauguración estaba prevista para fines de agosto, el edificio permaneció cerrado hasta el pasado 26 de noviembre, cuando autoridades municipales y el arzobispo Carlos María Francini reabrieron las puertas del lugar.

El proceso inicial pasó por el reconocimiento del sistema constructivo en relación al suelo para una posterior evaluación de la estructura en la que se agujerearon cimientos de piedra, se detectó el hormigón presente en las columnas y se descubrió la profundidad de las capas del piso. Luego se continuó con el trabajo por sectores tanto en el interior como en el exterior del lugar.

Entre las necesidades urgentes que en su momento manifestó el arquitecto a cargo de la obra, Fernando Raganato, se planteó la importancia de realizar arreglos estructurales en el lugar, debido a las consecuencias que sufrió el edificio a raíz del sismo de 2012 y de contener los problemas de contingencia que existirían ante una emergencia, teniendo en cuenta que la iglesia no poseía más que una sola vía de escape.

Nuevamente en comunicación con Raganato le consultamos acerca del proyecto y el resultado de su ejecución, quien sostuvo que la intención fue “respetar el estilo de la Iglesia en cuanto a su forma y su sencillez”. Además agregó: “Buscamos no hacer demasiadas innovaciones aunque sí nos ocupamos de su estructura y el refuerzo de los muros con la implementación de las aberturas previstas. Es una alegría ver los avances y es cierto que quedan aspectos por terminar en los que no se avanzará hasta no disponer de los recursos necesarios”.

Para el vecino y arquitecto Adolfo Mallea, uno de los responsables del estudio que ganó el concurso para remodelar la plaza de Chacras -Gerónimo Espejo- y que siguió muy de cerca las obras en la parroquia, éstas han sido un éxito, y explica: “Intervenir un edificio patrimonial es un verdadero desafío y conlleva una gran responsabilidad en pos de preservar valores y símbolos arraigados culturalmente.

En la restauración de la Iglesia de Chacras de Coria, a mi entender, se optó por el camino más adecuado y, a su vez, más difícil de transitar hoy: hacer arquitectura con “levedad”. El resultado se percibe tanto en los espacios interiores como en los exteriores”. Y agrega “sin embargo, la verdadera evaluación de esta intervención, en su conjunto y en sus particularidades, recae en los usuarios, en los vecinos y en toda la sociedad como última destinataria de toda obra de arquitectura, en especial cuando lo público trasciende a lo privado”.

La puesta a punto del templo, una nueva sacristía, el mejoramiento de la carpintería, la rectificación de pisos y niveles fueron algunas de las obras que se llevaron a cabo. “No se hizo una galería sino una pérgola en el Este por razones estructurales, y falta completar otras áreas del espacio exterior”, agregó el arquitecto Raganato. Así es como algunos detalles del patio y el salón comunitario quedarán pendientes para una segunda etapa, cuando se disponga del presupuesto necesario. Es que al no contar con subsidios, la Iglesia se abasteció de lo recaudado por donaciones de particulares, acciones como la maratón, la subasta de obras de arte y la venta de bonos. Como lo obtenido no fue suficiente, la posibilidad de colaborar continúa abierta y los profesionales involucrados agradecen a la empresa constructora por no haber detenido la obra.

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