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Traslasierra y la maravillosa Feria de Villa de Las Rosas

Cada jueves y sábado, desde las 10 de la mañana, la plaza de esta villa cordobesa se llena de colores, música, aromas y sabores. Y es que la ya tradicional feria de arte, artesanías y gastronomía convoca a propios y extraños, convirtiéndose en uno de los grandes atractivos del valle de Traslasierra. Producciones orgánicas, terapias alternativas, recetas serranas ancestrales o de remotos lugares; quesos de cabra, salames y cervezas caseras entre otras muchas ofertas más invitan a relajarse con el sólo mandato de disfrutar. A 35 km de Mina Clavero, y a los pies de Cerro Champaquí, este pueblo encantador también es conocido como “la Capital del senderismo”, más el plus que le otorgan los dos lagos cercanos: el Dique La Viña y Boca del Río.

El mercado informal de la lana en Villa de las Rosas es otro de los atractivos de la feria que se realiza todos los sábados. Productores de distintos puntos de Córdoba -incluso de la ciudad capital- llegan hasta allí para ofrecer el producto a particulares o a los artesanos que hacen maravillas con lanas crudas hiladas y teñidas con raíces y otros productos preparados por ellos mismos. El colorido y la alegría que estos puestos ofrecen, más la calidad y la posibilidad de regatear precios directamente con los productores, le pone a la feria una dinámica especial, divertida y generadora de amistad.

El mundo oriental se mete en la feria. Jóvenes cocineros apuestan al shushi japonés y entonces ofrecen este arroz cocido adobado con vinagre de arroz, azúcar, sal y otros ingredientes, como verduras, pescados o mariscos. Este reconocido plato de la gastronomía japonesa se ha convertido en uno de los más populares internacionalmente. Y claro, en semejante feria no puede estar ausente.

Un clásico: la vereda alta. Podríamos llamarla “foto fuera de contexto”. Es que esta esquina de la plaza de Villa de las rosas se aparece casi como la única testigo viva de lo que fue el centro de un antiguo poblado. Mirando por sobre el hombro al resto de las construcciones, la vereda alta de la Villa se convierte en un atractivo natural, sobre todo para los lugareños que encuentran allí un sosiego condensado, entre medias sombras naturales y sencillez pueblerina; esa sencillez que es la mejor oferta turística de estos lugares.

Mezclados entre los puestos que ofrecen comidas, jóvenes agricultores y huerteros de Traslasierra ofrecen sus productos frescos cada sábado en la plaza. Han elegido una forma de la felicidad que es el autoabastecimiento a partir de pequeños emprendimientos “escondidos” en los pliegues de las sierras grandes. Los sábados bajan y enriquecen el paisaje de la feria con sus frescos zapallos, verduras de hoja, remolachas y hasta brotecitos de soja.

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