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Octubre: Más bicis, menos autos

Octubre es, seguramente, el mes más bello y agradable para disfrutar de Chacras. El invierno está en franca retirada y los fuertes calores veraniegos aún deben esperar su merecido turno. Sentimos deseos de recorrer las callecitas del pueblo pedaleando en la bicicleta, caminado o trotando tranquilamente. Parece algo tan sencillo, tan elemental pero cada día se torna en una odisea cada vez más compleja.

Gente en bicicleta. Guillermo Breccia es de los que prefieren circular en bici, apostando por la salud propia y del medio ambiente.

Chacras es el pueblo ideal para recorrerlo sin apuros, sin innecesarias prisas. Sus callecitas, callejones, sus arboledas y jardines nos invitan a un sencillo disfrute… Pero no,  es que cada día que transcurre hace más complicado y casi hasta imposible gozar del fundamental derecho de un paseo tranquilo por nuestras calles. Los automóviles, las imponentes camionetas y hasta los camiones intimidan tanto a ciclistas como a transeúntes. Pareciera que estamos sujetos a la ley de la selva: los grandotes y poderosos se apropiaron del terreno y usan y abusan de él a su antojo.

Esta situación la venimos padeciendo desde hace muchos años. De igual modo, desde este espacio la venimos criticando y denunciando permanentemente. Y lo seguiremos haciendo sin bajar jamás los brazos, aunque para algunos sea una quijotada.

Con cierta tristeza, sentimos que este caos que invadió al pueblo se pudo haber evitado hace muchos años. No era tan difícil. Y lo más grave es que era bastante previsible lo que hoy padecemos. Cualquier arquitecto, cualquier urbanista se hubiera dado cuenta fácilmente que el crecimiento comercial y urbanístico que experimentó Chacras en los últimos quince años era insostenible en el tiempo.

De ninguna manera nos oponemos a las buenas intenciones de esta gestión municipal que tuvo la iniciativa de comunicar y consultar a los vecinos sobre los cambios posibles para intentar alguna solución para esta compleja situación. Pero tampoco son suficientes las buenas intenciones. A grandes males grandes soluciones. Hace falta una decisión política seria.

El actual proyecto de ordenamiento territorial no podrá solucionar males de fondo, si no se le imprime esa voluntad a las acciones a implementar. Este es el momento ideal de producir el gran cambio paradigmático y atender con ideas innovadoras una problemática que nos sobrepasa a la comunidad y a las mismas autoridades. Pero es imposible esperar nuevas soluciones si seguimos atacando los viejos problemas con las mismas viejas y perimidas herramientas de siempre. Se debe dejar de legislar para el vehículo y en cambio diseñar la nueva ciudad poniendo al peatón y al ciclista en el foco de la atención. Es el paradigma urbanístico vigente y al que todas las ciudades del mundo que eligieron salvarse del ocaso están adhiriendo.

Cambiar el sentido de marcha de las dos principales arterias de acceso a Chacras de norte a sur y viceversa no arreglaría prácticamente nada. Es más, va a repetir en calle Loria el error cometido por falta de previsión en calle Italia, donde prácticamente ya no hay viviendas familiares, sólo comercios. En cambio en calle Loria sólo hay viviendas familiares y algún comercio. El sólo hecho de que los colectivos transiten por la, hasta ahora, tranquila calle, fastidiará a más de uno y le cambiará la vida para siempre, ya que de ahí a que se declare calle comercial hay sólo un paso. La historia de calle Italia se repite.

Se sabe también de un proyecto que consiste en abrir una calle -o callejón- que conecte Loria con Delhez a través de las vías donde hoy hay un espacio verde. Apelemos al sentido común. Si no desalentamos el uso del automóvil -hay muchas formas de hacerlo-, si se sigue permitiendo estacionar en cualquier lado de la calle, si de una buena vez por todas no habilitan las tan promocionadas ciclovías, si nadie controla el límite de velocidad nada va a cambiar.

Pero no hay que bajar los brazos. Usemos más la bici, caminemos hasta la verdulería y dejemos el auto bien guardado.

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