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Cumplir años es siempre, o casi siempre, un motivo de celebración, de alegría y también de reflexión. Al parecer, es una fecha que nos invita a hacer un balance, a repasar lo transcurrido y a proyectar lo que se viene. Hablan el intendente y nuestra Reina Giuliana.
¿En qué cambian las cosas cuando quien está de cumpleaños no es una persona sino un pueblo? Es probable que haya motivos para festejar. También es una posibilidad que no todos tengan el ánimo para hacerlo. Seguramente muchos pensarán en el origen, los comienzos. Otros preferirán concentrarse en lo que falta recorrer para estar mejor. Lo cierto es que con cada aniversario completamos una página más de nuestra historia como comunidad y aunque a veces parezcan fechas vacías o meramente simbólicas, nos hemos propuesto poner en valor estos 161 años que ha cumplido Luján este último 11 de mayo.
Nacer de una promesa
Si pensamos en el nombre de nuestro departamento, es rigor recordar que está asociado a la advocación de la Virgen de Luján, reconocida como Patrona de la República Argentina. Pero, ¿por qué un paraje tan distante de Buenos Aires resultó llamándose igual? Podríamos decir que fue una promesa de fe lo que permitió que hoy nuestro departamento se llame Luján. Si hay que nombrar un personaje protagónico en este relato, será el de Don Pedro Molina de Vasconcelos, un tropero que allá por el siglo XVIII viajaba a la capital en carreta y en una de esas giras comerciales cayó gravemente enfermo. Su deseo más ferviente era regresar a Mendoza, aunque sólo fuera para morir en su tierra natal. Sin embargo, como había oído hablar de los favores y milagros de la Virgen de Luján se encomendó a ella y le hizo una promesa: si sanaba sería un apóstol fiel, pregonero de su devoción en los pagos cuyanos.
El tropero mejoró y regresó a Mendoza con una imagen de la Virgen de Luján, como primer paso en el cumplimiento de su promesa. Su apostolado empezó entonces contando el milagro recibido a familiares y vecinos; y así más mendocinos veneraron a aquella María de Luján, llegada de Buenos Aires, pero decidida a quedarse con sus nuevos fieles. Ese improvisado oratorio donde los primeros devotos le rezaban a la virgencita fue quedando chico y ya en el siglo XIX comenzó a edificarse una capilla, que se ubicó donde actualmente está emplazado el edificio de la municipalidad de Luján.
La Villa de Luján
En torno a la capilla nacida de la fe de Molina de Vasconcelos y de los fieles del lugar, se fue gestando un pueblo. Lugar de descanso para arrieros y refugio para quienes luego continuaban su camino al sur o al oeste.
Oficialmente, nos constituimos como “Villa de Luján” un 11 de mayo de 1855 durante el gobierno de Don Pedro Pascual Segura. Adquirimos el rango de municipio en 1872 y recién fue en 1949 cuando dejamos de ser “villa” para convertirnos en la Ciudad de Luján. Algunos años más tarde, en el ’64 y conforme a la Ley 3.075, queda establecido nuestro nombre actual: Luján de Cuyo, anexo que se agregó para diferenciarnos de otras ciudades argentinas con similar denominación.
Somos la tierra del Malbec
Con el paso de los años, fuimos forjando una identidad, que tiene raíces ancestrales y aportes foráneos que también nos constituyen. Somos las acequias que idearon los huarpes y el sistema de riego que aportó el ingeniero César Cipolletti. Somos viña, frutal, olivo, petróleo y montaña. Por aquí pasó el ferrocarril, nacieron celebridades, exportamos talentos.
De todos los signos de nuestra esencia elegimos al Malbec para identificarnos ante la provincia, el país y el mundo. Será porque el 25% de todo el Malbec que se cultiva en Mendoza se encuentra en Luján. O porque aquí existen viñedos muy antiguos que dan cuenta de un patrimonio vitícola y cultural inigualable. O por las características sobresalientes de los Malbec lujaninos, que nos siguen llenando de orgullo.
Ojalá estos logros no sean pura vidriera, o un elemento de marketing sólo pensado para los turistas, porque somos la tierra del Malbec, una tierra bendecida por Nuestra Madre de Luján, que este mes alza su copa para decir: ¡Felices 161 años Luján!
“Me imagino un Luján ordenado, eficiente y con lo básico resuelto”
En este aniversario 161, el intendente de Luján Omar De Marchi eligió pararse en un lugar diferente al de la queja por la herencia recibida y pensar en lo que imagina para el departamento en los próximos meses y años. “Me imagino un Luján ordenado, y para eso estamos avanzando en el Plan de Ordenamiento territorial en cuya etapa inicial está el distrito de Chacras de Coria”, empieza señalando el intendente. Su proyección avanza cuando dice: “me imagino a Luján con una municipalidad eficiente, con el gasto ordenado y con una obra pública para la cual se destine el 20% del total del presupuesto municipal”.
Y el mandatario no se detuvo allí sino que agregó: “me imagino una municipalidad extremadamente atenta a los problemas vecinales, con una estructura eficiente y a su vez con lo básico resuelto, que significa pavimentos sanos, vías transitables, un servicio de iluminación funcionando y un sistema de limpieza a pleno”.
Hacia el final, completa su proyección diciendo: “me imagino un Luján brillante, donde se respire mucha actividad cultural, donde el vecino recupere los espacios públicos, gane la calle, las plazas y avancemos en el territorio con actividades culturales que inviten a la participación de todos los lujaninos”.
Durante todo mayo, Luján celebra sus 161 años con un centenar de actividades que combinaron presentación de obras y proyectos oficiales, con teatro, conciertos, cortos cinematográficos, visitas a bodegas entre otras propuestas.
“Elegiría una y mil veces más a Luján”
Giuliana Lucoski, nuestra Reina Nacional de la Vendimia, saludó al departamento con este mensajes: “En este mes de aniversario de Luján de Cuyo, quisiera dedicarle unas pocas pero no por ello menos valiosas palabras a mi querido departamento. Somos una tierra plagada de tesoros naturales, donde se respira aire puro, y nos deleitan sus distritos que ofrecen abundantes ofertas turísticas y patrimonios culturales, es definitivamente un departamento maravilloso del cual me siento inmensamente agradecida de representar. Puedo afirmar que estoy donde quiero estar, elegiría una y mil veces más este departamento para plantar mis raíces y cultivar mi futuro. Gracias Luján. ¡Feliz aniversario! ¡Y feliz cumpleaños para todos los lujaninos!”
Así lucía el edificio municipal de Luján hacia 1940.
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