Por Eduardo Martinez Wurster

“Adriana:

Muy bonito tu relato sobre la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria.

Como sabrás, por otros relatos escritos en este mismo periódico, esta Iglesia y su historia está muy vinculada al quehacer de mi abuela Encarnación Rosell Boher de Martínez para la comunidad, desde su casamiento con don Bernardo Martínez Martínez en 1905 y la formación de la familia en la vieja casona junto a la bodega en la calle Pueyrredón 1216, hasta su fallecimiento acaecido en el año 1931.

Sin lugar a dudas la historia de esta Iglesia está ligada a la acción benefactora y a la dedicación desinteresada de muchos vecinos de Chacras de Coria. Las crónicas del Diario Los Andes de esas épocas dan testimonio de ello. También, esta Iglesia está íntimamente arraigada en los recuerdos de los “parroquianos”. Todos ellos (no creo equivocarme en esta afirmación) atesoran historias de vida de los pobladores de Chacras y de sus descendientes, y son historias que “nacieron” con la construcción misma de la sacristía a principios del siglo XX y de la Plaza, y que continúan hasta nuestros días en cada misa dominical y en todo evento religioso allí celebrado.

En uno de mis viajes a Mendoza (en cada uno de ellos reservo uno o dos días de mi estadía para recorrer Chacras de Coria y fotografiarla una vez más), estaba haciendo lo propio con la fachada y los detalles arquitectónicos de la Iglesia. En un momento se me acercó una señora a quien no conocía, y en pocas palabras me dijo: “Bella Iglesia… Aquí me casé yo…”. Y yo le respondí, para no sentirme “foráneo del lugar”: “¿Sabe usted que mi abuela formó parte activa de la comisión que construyó la sacristía y luego la Iglesia?”. Y la respuesta de la señora no pudo ser otra que: “¿Quién fue su Abuela?”.

Y así, la conversación se transformó en un “ir y venir” de preguntas y respuestas cortas para luego transformarse en conversación improvisada que continuaría por casi dos horas, departiendo una picada en un agradable café junto al que fue el “Cine Splendid”, frente a la plaza y junto a la Iglesia. La Señora continuó los relatos de sus historias de vida asociadas con la Iglesia, con la plaza y con los bailes y retretas que en ella se hacía los fines de semana de verano. Yo, en cada oportunidad que pude interrumpirla (cosa que no fue fácil), pude “mechar” mis recuerdos de mi Familia, y así, entre los recuerdos de esta señora y los míos, fueron surgiendo nombres de personas conocidas y muchas historias de vida ocurridas muchos pero muchos años atrás.

Así las cosas, creo, Adriana, que es un acto de justicia histórica que la Iglesia de Chacras sea declarada Patrimonio Cultural (y yo agrego, también, Patrimonio Histórico) de Mendoza, pues siento que es un acto de justicia histórica para todos aquellos “parroquianos” y gente de bien que participaron en su gestación, construcción y conservación hasta el presente.

Yo no sé si entre los requisitos burocráticos que necesariamente debe reunir un sitio para ser declarado Patrimonio Cultural y Patrimonio Histórico de Mendoza, están los propios de la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras, pero siento que, por justo homenaje a todos los “hacedores”, correspondería que tal pronunciamiento se concrete.

Recibas mis saludos, Eduardo”.