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El mensaje del Papa en nuestra vida cotidiana

“Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes, ninguna necesidad de codicia o hambre, una hermandad del hombre, imagina a toda la gente compartiendo el mundo”. John Lennon (Imagine)

Esta estrofa de la hermosa canción “Imagine” la escuchó el Papa Francisco, en la sede de la ONU, entonada por Shakira.

Los últimos días de setiembre, la prensa mundial tanto radial, televisiva como escrita han dedicado todos sus titulares para referirse a la histórica visita que el argentino Jorge Bergoglio realizó a Cuba y a Estados Unidos. Uno de ellos titulaba: “Francisco con el mundo a sus pies”.

Por razones de convicción personal, Bergoglio, al ser ungido como Papa, eligió llamarse Francisco. Sin dudas quería continuar con la prédica y el ejemplo de Francisco de Asis.

En todas sus alocuciones invitó a reflexionar y sobre todo a practicar los valores del fundador de los franciscanos: la tolerancia, el respeto mutuo, la solidaridad con los desprotegidos, el cuidado del medio ambiente, la fraternidad, la paz…

En su discurso del Capitolio en EEUU nos dice: …tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros”

También se dio el gusto, como buen porteño y argentino de recitarle al mundo una estrofa del Martín Fierro invocando a la unión y fraternidad de los ‘hermanos’.

Tanto se ha dicho, opinado y publicitado sobre esta gira papal que ya no hay mucho que agregar. Desde este espacio deseamos colaborar con una simple reflexión. Todo el mundo acuerda con el mensaje de Francisco. El problema es que ‘el mundo’ es un concepto abstracto. Todos somos el mundo pero a la vez no lo es nadie en particular.

Si sólo asumiéramos como prácticas cotidianas algunas de sus propuestas para la vida cotidiana en nuestro pueblo -que sin duda es parte del mundo-, si dejáramos de lado las hipocresías y el ‘sálvese quien pueda’, si respetáramos a los demás como deseamos ser respetados, si pudiéramos cambiar la prepotencia por la cortesía, la arrogancia por la humildad, la  mezquindad por la solidaridad, la degradación por el cuidado del medio ambiente, seguramente la vida en nuestro pueblo sería mucho más bonita y llevadera.

Muchos han usado la popularidad de Francisco -aún sus sempiternos detractores-, él lo sabe y lo ha manifestado. Lo importante no es una foto con el Papa, sino pensar y asumir su mensaje. No es tan difícil ser buenas personas.

“Tú puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único, espero que algún día te nos unas, y el mundo vivirá como uno solo”. John Lennon (Imagine)

Para culminar nuestra reflexión y acorde con el tema, queremos brindar un homenaje a las madres en su día, el tercer domingo de octubre.

Los que ya no la tienen pueden honrarla siempre cumpliendo con sus consejos y buenos ejemplos. Los que aún tienen la dicha de disfrutarla no olviden nunca de brindarle una caricia, algún mimo o simplemente decirle: ‘Te quiero, viejita’. No esperen a octubre para amar a su madre.

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