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Cómo planificar y diseñar un jardín sustentable

Recordamos algunas de las tantas enseñanzas sobre nuestra tierra que nos dio el querido ingeniero agrónomo Rubén Oliva, de Vivero Silvestra, y la doctora Silvia Claver, del Centro Científico Tecnológico.

El Xeripaisajismo es una forma sustentable de hacer parques y jardines. Para el Xeripaisajismo práctico, el mejor jardín es aquel que logra un balance apropiado entre el paisaje natural de nuestro entorno -piense en algún rincón de la montaña- y el control humano.

La amplia mayoría de los jardines de nuestro medio se construyeron a partir de los conceptos tradicionales del excesivo -y dañino- control humano sobre la naturaleza. Los enfoques de paisajismo sustentable se orientan a permitir que la naturaleza se cuide a sí misma con una mínima intervención para que se adecue a nuestras necesidades.

Cuando el jardín es diseñado en armonía con el entorno se logra un espacio de gran estética, relajado, liviano y mucho más variado que cualquier otro tradicional. Construir un jardín bajo los conceptos del Xeripaisajismo requiere más elaboración de diseño pero disminuye mucho el costo de mantenimiento.

Definición de necesidades

Para crear el jardín deseado primero imagine por dónde quiere caminar, dónde necesita privacidad y dónde conservar las vistas. Otro factor fundamental es el tamaño y conformación de la familia.

Surgen así múltiples consideraciones: el área de césped para que jueguen las mascotas o los chicos; el lugar para la piscina; los espacios de  circulación; los rincones para alimentar y dar refugio a aves y mariposas; las áreas de sol y de sombra -la ubicación adecuada para las estructuras de sombra como galerías, glorietas y pérgolas; los árboles, los arbustos y las plantas cubresuelos,  es el factor individual de más importancia para lograr atemperar al clima extremo de Mendoza-.

También imagine la evolución de los acontecimientos para dejar planificada la transformación futura: un espacio de juegos para niños -por ejemplo un arenero-puede luego convertirse en una huerta orgánica.

Existen diversos temas o bases conceptuales sobre las que se puede construir el jardín soñado. Un ejemplo interesante es el del sistema envolvente -“building envelope”-. En este enfoque la casa no destruye el hábitat sino que está “envuelta” por él: se asienta gentilmente en el sitio y forma parte indisoluble con el paisaje natural.

Finalmente, habrá que ajustarse a un presupuesto.

Definición de necesidades: Usos, circulación, barrera visual,sonidos, necesidades sol, sombra, refugio de vida silvestre, tema y presupuesto.

Inventario y análisis: Para continuar con el plan necesitamos investigar el sitio, haciéndonos las preguntas y obteniendo las respuestas que permitan el diseño. Luego tenemos que ubicar en el plano, con la mayor exactitud posible, toda la información que juntemos.

  1. Construcciones y límites de la propiedad, ventanas, puertas, medidores de gas y luz, salidas de agua, servicios en subsuelo.
  2. Pendientes del terreno y de los techos, dirección del agua que escurre, zonas de drenaje o estancamiento.
  3. Paredes, cercas, vistas, ruidos, plantas existentes -todo lo que pueda afectar la belleza y posibilidades del diseño-. En este apartado tendremos en consideración cuál es el recorrido del sol en invierno y verano (zonas soleadas y sombrías), vientos predominantes. Observemos -o imaginemos- el sitio en distintas estaciones y a diferentes horas del día.
  4. Calidad y características del suelo del sitio.

Inventario y análisis: Uso actual del espacio, vegetación existente, topografía, drenaje, movimiento del sol, vientos, microclimas, sonidos, aromas, disponibilidad de agua para riego, suelos, vida silvestre y doméstica.

Zonificación: El plano de zonificación tiene por objetivo identificar las diferentes zonas en función de los requerimientos de agua de riego y de los usos a los cuales estarán destinadas y así ser capaces de seleccionar las plantas adecuadas para cada área. Con esto logramos saber con mayor exactitud qué tipo de paisaje podemos lograr en cada área de acuerdo a sus condiciones y usos: húmedas-secas-de transición; sombreadas-soleadas, con pendiente-planas. Existen una gran cantidad de pautas de diseño, citamos algunas:

  1. Sitio adecuado: si el terreno tiene mucha pendiente conviene modificarlo o aterrazarlo para evitar la erosión; buscar maximizar la eficiencia en el aprovechamiento de la energía solar (por ejemplo plantando árboles caducifolios al norte y noroeste de las viviendas y árboles perennifolios al sur, sureste y suroeste); preservar la mayor cantidad de vegetación preexistente posible.
  2. Reducir al máximo las superficies impermeables que aceleran el escurrimiento y crean anegamiento y erosión.
  3. Reducir el uso de césped y utilizarlo de forma eficaz: aplicarlo en áreas donde lo consideremos insustituíble (prado para que jueguen los chicos o las mascotas); ubicarlo en espacios cuadrados o circulares, evitando áreas angostas, aisladas o con pendientes; cuando se pueda, reemplazarlo por plantas tapizantes, cubresuelos o coberturas (mulching).
  4. Selección de plantas: según su función (barrera, bordura, focal o escultura, etc); su dimensión (cubresuelo, arbusto, árbol, etc); por su necesidad de agua (áreas de mediano, transición y bajo consumo); utilizar gran variedad de especies para atraer mayor diversidad de vida animal; conocer el tamaño de la planta adulta para plantarlas de tal forma que no se estorben al crecer.

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