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Chacras y sus raíces: La Casa Guldberg

En el año 1888, Don Jacobo Enemark, un agrimensor danés que llegó a estos lares una década antes, junto con su esposa Tekla Nyholm terminó de construir esta casa chorizo, de corte colonial inglés, en cuyos alrededores se encontraban parte de las chacras cultivadas por el Capitán Coria.

Vista de la casa rodeada del parque. Al fondo viñas y en primer plano Hans Christian Guldberg.

Don Jacobo Enemark y su esposa llegaron por recomendación de su tío, un Capitán de barco también apellidado Enemark, cuyos viajes lo llevaban habitualmente al puerto de Valparaíso.

Tekla sufría de una afección pulmonar y el Capitán Enemark sugirió a su sobrino trasladarse a Mendoza. Una vez acá, Jacobo adquirió parte -aproximadamente veinte hectáreas- de la propiedad que originalmente perteneciera al Capitán Coria, quién con mano de obra indígena se dedicaba al cultivo de chacras.

Con el paso del tiempo y por diferentes razones, los Guldberg fueron perdiendo parte de la propiedad.  Ya fuera porque cedieron una parcela donde vivirían las maestras de Sarmiento o por la venta de otras parcelas por urgencias económicas debido a, por ejemplo, un ataque de langostas.

La familia se dedicó a la chacra, al cultivo de frutales y por supuesto de viña. Contaban, como la mayoría de los inmigrantes de la época, con su propia bodega en la que procesaban sus uvas.

Don Jacobo Enemark su hija María con su esposo Hans Christian Guldberg y sus siete hijos.

El parque que rodea a la casa pone de manifiesto el paso de los años. Robles y cedros gigantes dan un marco antiguo y apacible al lugar. Los naranjos, nogales,  castaños, cerezos dejan ver la herencia del pensamiento familiar de cultivar para el propio consumo. Los bisnietos de Jacobo recuerdan que su abuela María les contaba cómo colgaban, en un membrillero del jardín la heladera de moda, que consistía en una caja con tela mosquitera donde guardaban la carne que consumirían en el día.

Inés Kammer, esposa de Roberto Preben Guldberg, nieto de Jacobo, junto con su hijo Olaf y su sobrina Sonia destacan la perfecta construcción de esta casa de adobe con muros  de ochenta centímetros que ha resistido el paso de más ciento veinte años sin manifestar ninguna decadencia.

Al fallecer Jacobo, quien sobrevivió a Tekla y crió solo a las cuatro hijas del matrimonio, la propiedad quedó en manos de María, la menor.

María, se casó con Hans Christian Guldberg, un maltero -productor de malta- también danés atraído por la colectividad que se había formado en esta zona. El matrimonio  tuvo siete hijos entre los que se dividió la propiedad. Actualmente viven en la casa uno de aquellos hijos, Sven e Inés la viuda de otro de ellos, Roberto Preben Guldberg.

Los bisnietos de Jacobo y Tekla proponen que el callejón comunero que comunica todas las parcelas en que se dividió la propiedad sea llamado Callejón Guldberg-Enemark.

El living del lugar, rodeado de una gran biblioteca, objetos decorativos y obras de arte.

Vista de la casa rodeada del parque. Al fondo viñas y en primer plano Hans Christian Guldberg.

La familia Guldberg.

3 Comentar este artculo

  1. [Willie Tregea Dijo:

    Fabuloso relato, de un lugar el que disfrute mucho de niño, pues mis padres frecuentaban todos los findes. Tengo muy lindos recuerdos y chivateadas con Christian que ya no está con nosotros, Olaf, Martín, Sonia, Irene, Sandra y demás purretes.
    Gracias por tan linda nota
    Willie

  2. Cristobal Sola Dijo:

    Donde esta ubicada esta propiedad?.

  3. Janet Bruce Dijo:

    Yo también, al igual que Willie, estoy encantada de ver esta casona y sus alrededores porque también viví parte de mi niñez acá, con la familia de Sven y Puzzy Guldberg. De hecho una de sus hijas, Irene, se convirtió años más tarde en mi cuñada!

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