Archivo | abril 29th, 2014

En homenaje al investigador científico -->

En homenaje al investigador científico

En conmemoración al nacimiento del Dr. Bernardo Houssay, segundo argentino en recibir el Premio Nobel, el 10 de abril se celebró el día del Investigador Científico.

Un investigador científico es aquél que disfruta buscando e intentando resolver preguntas mediante el método sistemático; es un ser creativo, inquieto, soñador  y preguntón,  a veces perfeccionista en búsqueda de verdades; también es de alguna manera un comunicador de ideas y descubrimientos, difunde la ciencia entre sus pares y al resto de la población. Los investigadores científicos además de investigar, forman permanentemente a otros jóvenes ansiosos por aprender ese camino apasionante. Según Diego Golombec en “Ciencia que ladra” los científicos se ríen, se divierten y  comen”, en definitiva son igual de humanos que cualquier terrestre, además observan, miden, representan…

¿Cuál es su función  en la sociedad?

En esta época, es crítica la función de los científicos, dados los avances de la tecnología para mejorar la vida de las personas en un mundo en constante cambio. Idealmente, el rol de un científico es desarrollar conocimientos que beneficien a la humanidad, al medio ambiente y que sean útiles para vivir mejor y solucionar problemas sociales y porqué no económicos también. Su función es trasmitir principios éticos en el desarrollo de los avances, o sea “no se puede hacer cualquier cosa” porque sea científicamente válido, tiene que ser además éticamente adecuado.

El Dr. Houssay, farmacéutico y médico argentino, fue el primer premio Nobel de Argentina, en el año 1947. Fue, según cuentan quienes lo conocieron, un hombre simple, humilde y muy capaz. El decía “los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico y tecnológico, los pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”. Houssay fue el primer presidente del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) que congrega a un gran número de científicos de diferentes áreas del conocimiento. También hay muchos de ellos trabajando para las industrias y grandes empresas privadas de todo el mundo.

Hoy, en nuestro país se trabaja mucho y con escasos recursos económicos. Los salarios son bajos pero no hay paros en este sector. La verdad es que ¿a quién le importa si un científico no va a trabajar? Esto es cómico quizás, pero gravísimo a la vez, ya que deteniendo un día la maquinaria productiva de pensamiento y creatividad en ciencia, se genera un vacío y un gran daño silencioso.

El buen científico es como una máquina de producir preguntas que responde él mismo o que generan caminos abiertos para que los jóvenes en formación busquen las respuestas y generen más preguntas. Así jamás se agotan las ideas. La labor diaria es buscar la verdad de los procesos, discutir y compartir los conocimientos con el resto de la comunidad científica en reuniones nacionales e internacionales, publicar los hallazgos y ponerlos al servicio del bien público y casi siempre trabajar en docencia de grado y de post-grado en universidades de gestión pública o privada que son la fuente o semillero de nuevos científicos.

En los últimos tiempos ¿cuáles son los temas de mayor interés en ciencia?

Es bien conocido que el cambio climático y sus consecuencias son uno de los principales temas que involucra a biólogos, meteorólogos, geólogos y muchos profesionales más. Nuestro país está representado en los grupos de discusión mundial por científicos de primera calidad, varios de ellos mendocinos. Enfermedades crónicas como el cáncer, las adicciones, entre otras, ocupan a muchos investigadores y los dejan sin sueño en búsqueda de cura para las mismas.

La robótica y el desarrollo de dispositivos electrónicos difíciles de imaginar ocupan a otros tantos ingenieros, bioingenieros y biotecnólogos. Al igual que variadas temáticas de la realidad socio-económica nacional y regional como, por ejemplo, las relativas a energías renovables, nanotecnología, también temáticas propias de las Ciencias Sociales y otras áreas del conocimiento.

La ciencia es apasionante, divertida, una fuente inagotable de sueños e ideas. La mente del investigador es como un volcán donde hacen ebullición los pensamientos y algunos se vuelven una realidad concreta, salvan vidas, ahorran tiempo y energía. En el camino del científico hay que sortear muchos obstáculos, el desafío es diario, pero es una elección de vida maravillosa.

Dra. Myriam R. Laconi

Bióloga – Investigadora de IMBECU- CONICET

INBIOMED – Universidad de Mendoza

Aclaración que corre por nuestra cuenta: Carlos Saavedra Lamas fue el primer argentino en recibir un Nobel, el de la Paz, en 1936.

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