Categoría | Vecinales

Preservemos nuestras acequias

Las acequias son el sustento del arbolado y complemento de una identidad cultural. Las obras de cordón cuneta y banquina condenan al arbolado a una lenta agonía por falta de agua. De esta manera, se obliga al árbol a modificar sus hábitos de crecimiento (geotropismo radical positivo) y a luchar por su sobrevivencia, lo que lo transforma en una molestia para el vecino al levantar veredas, puentes, invadir cañerías de cloacas, desagües, etc.

Las acequias deben ser preservadas a cielo abierto, para así facilitar la limpieza permanente. Si se cubren, se transforman en “autopistas de pericotes” y fuentes de mal olor e insalubridad.

Hay que romper el fondo de todos los cursos de agua secundarios y acequias forestados. Se deben hacer trampas de agua a los efectos de lograr que haya infiltración y que ésta llegue a las raíces.

Deje su comentario