Archivo | abril 25th, 2014

Vecinos hacendosos: Gury Salgado, maestro heladero -->

Vecinos hacendosos: Gury Salgado, maestro heladero

Primero fue distribuidor y más tarde montó su propia empresa, que con el tiempo se volvió un clásico de Chacras. Su heladería emblemática figura en los Caminos del Vino por su helado de malbec, y su sabor es un gusto deseado por quienes descubren las recetas cremosas de elaboración artesanal.

Gury con pala extractora y una máquina antigua que dice, hace milagros.


Por Andrea Calderón

Tenía 26 o 27 años cuando dejó atrás la vida en la ciudad y su trabajo como distribuidor de una marca de helados industriales. Gury Salgado emprendió el desembarco en Chacras de Coria en 1981, cuando las viñas ocupaban los terrenos inhabitados del pueblo y el paisaje era una realidad soñada para iniciar el cambio.

“En Chacras no había nada, era un lugar bucólico. Yo venía con mucho ritmo y quería bajar un cambio”, dice. Alquiló entonces la casa desde donde hace 34 años recibe a la clientela, en Darragueira y Los Ranchos, y con “cero pesos” dio los primeros pasos en la heladería artesanal.

Luego de un año de experimentación, Helados de Chacras abrió sus puertas el 9 de octubre de 1982 en una tarde de poca convocatoria. Lo que aprendió fue gracias a su curiosidad, la experiencia y las enseñanzas de dos maestros heladeros: Angel y Ramón Rodríguez. De cremas frías Gury nada sabía. Sus conocimientos estaban asociados a la música, la contabilidad y luego la sociología, carrera que estudió y sólo le resta la tesis, y la chocolatería.

“El primer helado que hice fue de banana y me salió muy rico. Empezamos de a poco, yo había puesto sucursales en otros lugares y en ningún momento pensamos que el lugar definitivo fuera a ser este. Al principio teníamos seis o siete gustos y a la inauguración vinieron los amigos. Unos de los primeros clientes fueron los hermanos Beto y Cacano Cabanillas. Ellos me vendieron esta bandeja”, recuerda.

El nombre sus nietas para la línea premium y la bandeja que les vendieron hace años, los por entonces pequeños hermanos Cabanillas.



- ¿Por qué una heladería?

- Yo quería estudiar y no podía hacerlo con un trabajo “normal”. Con el helado podía trabajar seis meses y seis no. Cuando comencé, los helados me atraparon. La necesidad nos llevó a preparar los primeros gustos a mano. Empezamos sin guita: si vendíamos un barquillo íbamos hasta Salcedo a comprar azúcar, banana y una barrita de chocolate. Hacíamos el helado con lo que vendíamos. El primer mes no había plata para carteles, así es que lo hicimos a mano y nos excusamos con los clientes diciéndoles que aún no lo habían entregado. Pasó el primer año, el segundo y no tuvimos cartel durante 28 años. Aunque podía, esta era una casa y yo no quería cartel en Chacras. Después terminó siendo lo que es hoy.

Un clásico de Chacras de Coria



En invierno la heladería se viste de café y recibe a los fanáticos de este postre artesanal que contiene ingredientes naturales como lácteos, cremas, frutas frescas, frutos secos, azúcar, huevo o chocolate. “No usamos productos químicos, hacemos helados naturales y eso la gente lo reconoce. Nos diferenciamos por el sabor, tratamos de no usar colorantes y si lo hacemos avisamos”, asegura Gury, que en los ’90 resistió a los sustitutos de materia prima para continuar con su línea saludable que incorpora gustos tan insólitos como flores, verdura, malbec, aceite de oliva, té verde, camarones, tomate o una combinación de pimiento y aceto balsámico.

La textura, la cremosidad y la variedad de sabores sumada a su rica historia, vuelven los Helados de Chacras un clásico de Mendoza. Durante todo el año, el lugar ofrece postres y helados artesanales en su línea premium, que lleva el nombre de sus nietas, y de autor, además de la opción light y para celíacos.

El equipo completo!

Escrito en Destacados, Historias de ChacrasComentarios (1)