Archivo | abril 21st, 2014

¿Quién fue Nerina Capredoni de Marianetti? -->

¿Quién fue Nerina Capredoni de Marianetti?

Vecina de la calle Cubillos de Chacras durante mucho tiempo, fue la esposa de Benito Marianetti y madre de sus hijos, Nerina y José Enrique. Conocida es la labor política que don Benito desarrolló en nuestra provincia, pero poco se recuerda la de su compañera de vida. En el mes de la Mujer, es nuestro firme colaborador, el doctor José Enrique Marianetti, quien recuerda a su madre y, a través de ella, rinde homenaje a las representantes del género femenino.

El querido doctor Marianetti en la puerta del Correveidile.

“Mi madre fue Nerina Margarita María Ángela Capredoni Rossi, nacida en Génova, Italia, el 27 de julio de 1901 y llegó a Argentina en 1906, embarcada en el vapor Aurora. Primero, sus padres residieron en

Rosario, pero pronto viajaron a Mendoza, en la búsqueda de mejores horizontes laborales.

Como gente de clase media, mis abuelos prestaron especial atención y cuidado en la esmerada educación de sus hijos Nerina y Pedro y así, sus avanzadas ideas para la época, mi madre fue una de las tres primeras mujeres que cursó su nivel secundario en una escuela de varones tradicional, el Colegio Nacional Agustín Álvarez, del cual egresó, por promedio, con Medalla de oro, en 1920.

Condiscípula de mi padre, Benito Marianetti; del Dr.Humberto Notti, del ingeniero Francisco J. Gabrielli, de los hermanos Aguinaga y otros notables mendocinos. Viajó a Buenos Aires y cursó la carrera de Filosofía y Letras, mientras papá cursaba Derecho. También allí egresó con Medalla de oro. Su Doctorado versó sobre Materialismo Histórico.

Empapada como estaba del Positivismo de Auguste Comte, había leído a los socialistas utópicos y luego, siguiendo a Hegel, terminó estudiando a Marx. Gran lectora de los clásicos: Homero, Virgilio, Dante, Petrarca, Bocaccio, Voltaire, Montesquieu, Maquiavelo, Rabelais, Balzac, Tolstoy, Schopenauer, Nietsche, Dostoievsky, Gogol, Pushkin, las hermanas Bronté, eran de su habitual lectura. Yo me enteré de la existencia de los filósofos Sócrates, Platón y Aristóteles, mientras ella preparaba sus clases gratuitas a las chicas llamadas Visitadoras Sociales, mientras que de reojo,  ella vigilaba mis tareas escolares. Como siempre fui curioso, preguntaba y ella, como el resto familiar, no me dejaron lugar para tener vacíos o dudas. Por el contrario, los conocimientos fluían a raudales, por todos lados y, para mayor abundamiento, con el apoyo bibliográfico que su mano cariñosa dejaba sobre mi mesa de noche.

Menuda, de ojos profundamente escudriñadores, bellos y movedizos cuya mirada  penetrante llegaba muy hondo, reflejando su atención.

Tenía una elegancia natural relevante. Su exquisita sensibilidad no era señal de debilidad.

Poseía una vitalidad y energía envidiables y su carácter era firme e incorruptible. Su tez trigueña y su cabello fino y castaño claro y gran sencillez. En el escritorio de papá hay una foto suya a él dedicada, que dice: “Soy una débil caña, pero puedes apoyarte en mí”. Parecía haber hecho suyo uno de los tantos refranes latinos.”Suaviter in modo, fortium in res” (Suave en el modo, fuerte en las cosas).

Su sensibilidad también tomó relevancia en la ejecución pianística. Estudió el instrumento desde temprana edad en el Conservatorio Resta hasta ser preparada como concertista. Era tal la pasión, la fuerza, la energía con que ejecutaba, que mi emoción y la de los vecinos arrancaba aplausos y aún ahora, al reescuchar alguna grabación que conservamos por fortuna tecnológica, cuando solía acompañar mi canto, adorno que me regaló la naturaleza y me quitó el tabaco.

Siempre se ha dicho que detrás de un gran hombre, hay una mujer excepcional. Nada más acertado para mi padre y para nosotros, sus hijos.

No fue, como  se   diría, una militante política. Sí formó parte, durante la guerra civil española de un comité que se llamó de Lucha antiguerrera.

Excelente ama de casa, nuestro hogar brillaba por su limpieza y orden.

Disfrutaba de la naturaleza y sus colores y las flores que prefería eran los nardos, las fresias, las rosas, los jazmines y los juncos de la paja.

Aprendimos de ella y con ella el idioma materno y nunca dejamos de practicarlo corrientemente con mi hermana, como rico legado. Dominaba el latín y también el francés y algo de griego.

Durante toda su vida junto a mi padre, soportó la marginación estúpida de la ignorancia y el miedo de los otros, la inquina y la maledicencia, la imposibilidad de trabajar simplemente por la portación de apellido, la soledad en largos períodos de terrorismo de estado y de miedo por la suerte de mi padre.

Pese a todo, amaba la Argentina y se nacionalizó, plenamente consciente de los deberes que asumía como ciudadana, pero también de los derechos adquiridos.

Ante la adversidad siempre se mantuvo serena y su estado de ánimo, siempre optimista y alegre, fueron rasgos predominantes en su personalidad.

Murió en su lecho, mientras almorzaba, sin nosotros percatarnos, serena e imprevistamente con más de 91 años el 1 de noviembre de 1992.

Coloqué grabada en el mármol de su lápida esta frase: “Su vida fue delicadeza y esperanza”.

José Enrique Marianetti Capredoni

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Correveidile de vendimia -->

Correveidile de vendimia

Estuvimos en el último Carrusel y además de desfilar representando a nuestro periódico nos encontramos con vecinos y amigos de la casa. Esta es la galería que armamos para el tiempo de cosecha, que también incluye reuniones familiares y cumpleaños super concurridos.

El vecino Alberto Cruz, de la Federación Gaucha de Mendoza, fue el encargado de llevar a la Virgen de la Carrodilla.

Correveidile también estuvo presente: Alberto Cabanillas, María Ignacia y Adriana Sayavedra.

Un amigo del Corre, quien acercó unas copas de espumante para brindar con la familia.

Cachilo Púrpura en posición, listo para la foto.

Cristina y el Puna Funes, entre el público asistente a la fiesta del mediodía sabatino de la Vendimia.


Elías Carió y Tomás Cabanillas, atrás del break de Correveidile. Zoe Argerich se bajó justo en el momento de la foto.

Ahora sí, con Zoe!

La jueza Elsa Galera, disfruta del festejo y lo documenta para la posteridad.

La familia correveidilera esperaba feliz el paso de su gente. Elsa Galera, Diego Sayavedra y Chachi Armani.

Ernesto Suárez, el gran actor y formador de actores mendocino, disfruta de nuestra fiesta popular.

Patricia Girotti y Verónica Zanitá, las madres que acompañaron en el desfile de sus hijos en el break de Correveidile.

Gustavo Aporta listo para salir al desfile.

El vecino Manuel Pavés apresta su montura para el desfile.

Otra que también lo disfrutó, Julieta Titina Gargiulo.

Anduvo de cumple el compadre y editorialista Gabriel Gallar y lo festejó en su casa con empanas y vino junto a Adriana, Silvia, Mary, Alberto, el ahijado Tomás, Pedro, el hermano Javier, Mario Peccia, Amanda García y Mariana.

Festejó año nuevo el Pety junto a sus amigos de toda la vida.

Cumplió años Oscar Baldin y lo disfrutó con la familia a pleno.

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Factores a considerar para elegir el armazón para niños -->

Factores a considerar para elegir el armazón para niños

Principalmente, para lograr que el niño se sienta a gusto con sus anteojos y motivado a usarlos, hay que dejar que los elijan ellos en la medida de lo posible, y hacer de este momento algo especial y sobre todo divertido!!!!!!, recalcando la importancia de ver bien, de sentirse libres al movimiento pudiendo observar y disfrutar del mundo que los rodea.

La óptica contactolóloga Mariana Duci


Hay que tener en consideración lo siguiente:

- aspecto: el aspecto de la montura debe favorecer al niño para que él se sienta bien al usarlas, a los chicos les importa su aspecto exterior tanto como a los adultos. Cada niño tiene una cara particular y los armazones deben ser elegidos para que calcen correctamente.

- calce: el armazón no debe limitar la libertad de movimiento del niño. El tamaño de los anteojos depende del tamaño de los ojos y la distancia entre ellos, y debe ser proporcional al tamaño de la cara del niño. No deben ser más altas que las cejas ni más anchas que la cara. También no deben apoyarse sobre las mejillas para no dejar marcas de presión y causar molestias. La parte central de los anteojos debe ajustarse a la parte central de las pupilas.

- materiales: los anteojos deben ser resistentes para soportar los movimientos de los niños (correr, saltar, hacer deportes, etc.), que soporten roturas y golpes, idealmente con materiales flexibles y sin partes metálicas ت(material de silicona). Para chicos de 7 años para arriba se pueden usar también otros materiales como el acetato, nylon, grilamid o metal.

- puente: debe apoyarse correctamente sobre la nariz del pequeño para que no se resbale (si es muy grande) o lastime (si es muy chica).

- patilla: no debe presionar la cara del niño y es importante que tenga la medida correcta: si es larga se deslizará sobre la nariz, si es corta, el lente se pegará a ت ت las pestañas. Deben contar con bisagras resistentes, para que en caso de que se tuerzan no se rompan (los chicos no son muy cuidadosos a la hora de sacarse o ponerse los lentes). Una tira elástica que va alrededor de la cabeza es un buen complemento para fijar el anteojo a la cabeza, muchos modelos lo incluyen como parte del armazón.

- cristales: lo fundamental es tener en cuenta la seguridad, recomendamos el policarbonato, altamente resistente a los golpes, otra alternativa mas económica es el material orgánico.

Es importante contar con el apoyo de un experto durante todo el proceso de elegir anteojos para un bebé o niño, por eso te invitamos a Ópticas DUCI donde contás con el asesoramiento de nuestros profesionales. Te esperamos!

No olvides de consultar a tu médico oculista.

Lic. Marisa Duci

Óptica Contactolóloga

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