Turismo: Machu Picchu

Monumento esplendoroso de ingieneria civil, símbolo de la gran cultura americana.

Esta es la foto que todos anhelamos tener. Hay que apurarse a tenerla, ya que se comenta que no pasará mucho tiempo más antes de que este monumento histórico patrimonio de la Humanidad sea cerrado al turismo masivo, debido al gran impacto negativo que éste le causa a su frágil ecosistema. Aunque se trata de una desición política difícil de tomar, teniendo en cuenta el alto ingreso de divisas que el turismo internacional aporta.

Ubicado a 130 km de la ciudad de Cusco, en la cresta del Cerro Machu Picchu, y franqueado por el caudaloso y bello Río Urubamba, el monumento histórico Machu Picchu y su infraestructura, está considerado obra maestra por su ubicación, planificacion urbana, diseño y construcción de senderos, edificios, andenes y el canal de agua con muchas fuentes. Todo ello ilustra los avanzados conocimientos en ingenieria civil, hidráulica y geotérmica del pueblo incaico.

El Camino del Inca, fue una vía de comunicación extraordinaria para la época, pasa por seis países y en sus tiempos vinculó a diversas tribus. Fue un medio de expansión, de interacción y posibilitó el intercambio de mercancías entre las tribus que lo frecuentaban.

La Ciudadela, fue construida en el Siglo XV, más exactamente en 1450, por orden del emperador Pachacutec, en plena expansión del Imperio Inca. Las causas de su final son aún un misterio, aunque las teorías más firmes aseguran que fue abandonada por sus propios habitantes antes  de caer en manos de sus enemigos: por ese entonces el hermano y enemigo de Atahualpa, ambos hijos de Pachacutec, quien se preparaba para invadir el sitio. Sucede que a la muerte de Pachacutec, su heredero Atahualpa, descuidó el mantenimiento del baluarte y eso, asociado a los mencionados enfrentamientos políticos entre tribus, precipitaron el fin del imperio Inca. Así la Ciudadela quedó despoblada y lentamente fue “devorada” por la selva.

Sus empinados andenes, sólidas paredes de piedra, el drenaje superficial y el subterráneo y las tomas de sus manantiales son ejemplos de la ingeniería civil incaica.

Descubrimiento científico

E1 24 de julio de 1911, el  historiador estadounidense Hiram Bingham, gracias a la información proporcionada por el arriero peruano Melchor Artegada –quien habitaba en la zona junto a otras familias vecinas- la “re descubrió” para el mundo. Debido a la frondosidad de su vegetación y a su estratégica ubicación entre cerros, los españoles desconocían su existencia, ya que en su campañas conquistadoras, sólo llegaron hasta el valle de Oyantaytambo, bastantes kilómetros antes de Machu Pichu.

Luego de que Birgham informara sobre la existencia de este maravilloso y mágico lugar, este antiguo centro ceremonial -“una verdadera universidad donde los Incas –la elite- se educaban”, según la definen los guías turísticos- lentamente fue volviendo a la vida….

Fue y es motivo de estudios, desde varios ámbitos: religiosos y ceremoniales, arquitectónicos, históricos, científicos.

Después del día agotador de subidas y bajadas al Machu Picchu, nada mejor que terminarlo con la exquisita cocina peruana, en el pueblo de Aguas Calientes. Pisco sour, anticuchos, papas a la huancaína, ceviches diversos, rocotos rellenos y de postre un suspiro limeño. La delicia a granel.

Hay que explicar que Machu Picchu tiene aéreas perfectamente delimitadas:

La agrícola, formada por las terrazas de cultivo, en la ladera de la montaña, amuradas con piedras y rellenas con materiales que facilitan el drenaje y hacen apto el cultivo.

La urbana, formada  por un eje en forma de cruz que atraviesa las ruinas de este a oeste y hacía las veces de calle principal.

El sector alto, formado por la Puerta del Sol, el Templo del Sol, la Residencia Real, y la Plaza Sagrada.

El sector bajo, cuyos principales monumentos son la Roca Sagrada y el Grupo del Cóndor.

Un sitio difícil de describir, hay que descubrirlo  y deleitarse con su magnificencia, su magia y su misterio.

Perú lo espera. Para maravillarlo y gozarlo. ¡No se lo pierda!!!

Alberto Cabanillas y Adriana Sayavedra disfrutan de la majestuosidad del Macchu Picchu con el Huayna Picchu, como fiel custodio de tanta belleza.

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