Archivo | marzo 6th, 2014

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Micaela Anahí Pietrobon: “Quiero que se me recuerde por mi obra”

Un sábado de febrero, de cielo encapotado por empecinada lluvia; llega puntual y fresca, Micaela Anahí Pietrobon, quien representando al distrito de Perdriel, se convirtió en la Reina de la Vendimia de Lujan de Cuyo 2014.

Trae con ella a su mamá, a sus 19 años, a sus ojos de miel, a su pelo rebelde de humedad que le hace pedir un cepillo para las fotos y a una fuerza de la naturaleza donde conviven feroz intensidad con apacible ternura.

Fue elegida en la fiesta departamental “Vendimia: más cerca de los sueños de un pueblo”, en el predio José Humberto Ferri. “La fiesta me encantó, fui invitada a varias; todas me gustaron , pero la nuestra me encantó”.

“Siempre quise ser Reina, desde chiquita. Quise ser Reina Infantil, por mi prima Laura -Laura Dalvit- porque ella quería y como hacíamos todo juntas; yo quería también!” Se ríe del recuerdo y agrega: “Pero bueno… ¡recién se dio ahora!”.

Hija de Elizabeth Guadalupe Cuello y de Daniel Pietrobón -comerciantes- y hermana de Pablo, jugador de fútbol en la primera división del Lujan Sport Club. “Aunque ahora está lesionado de la rodilla, espero que no tengan que operarlo”.  Está de novia con Marcos Acuña -recibido de la Enet en tecnicatura electromecánica-, también de Perdriel y de 19 años como ella. “De novios llevamos dos años, pero nos conocemos hace cuatro”.

De chiquita, además de soñar con coronas y capas de reina, iba siempre que podía a ayudar a su papá. “El trabajó siempre en la viña con el Nono, eran contratistas, yo me la pasaba entre los surcos. Luego tuvieron chacra y según la plantación que hubiera, yo hacia: desgranaba ajos, cosechaba tomates, zanahorias…”.

Ahora tienen un almacén en la casa de la abuela materna, “¡tiene todas mis fotos pegadas en las ventanas del negocio!!” se ríe.

Hizo el colegio en Maria Auxiliadora de Luján, pasó a segundo año del profesorado de Educación Física. “Me encanta el deporte, de chica hacía volley; ahora todos los días a la tarde: al gimnasio y salgo a correr por la ciclovía de Perdirel. Está buenísima, porque siempre hay mucha gente; unos corren, otros caminan o van en bici. En vacaciones, algunas mañanas las paso en el almacén ayudando a mi mama, y durante el año, cursando la facu; pero por las tardes siempre trato de hacer gimnasia. Y de noche, en la semana me quedo en casa; los fines de semana vamos a bailar, hacemos juntadas con amigos en alguna casa o vamos a tomar algo a la Arístides”.

“Sueño con viajar, armar una mochila y partir a conocer el mundo; hasta ahora no pude porque no me dejan hacerlo sola, en casa son muy guardabosques” y mira cómplice entre risas a su mamá, sentada a su lado.

Es modelo y promotora en eventos empresariales de la agencia de Yamila Cassab; “hice varios desfiles: en el Bustelo, en el Polimeni, el Mendoza ayuda a sus niños, en las escalinatas de la Casa de Gobierno; entre otros”.

“Mis amigas se imaginaban que iba a presentarme para Reina; me apoyan desde siempre en todo, me van a ver a todos los desfiles, tienen antes que yo las fotos”. Las nombra a todas: “Mi mejor amiga es Julieta Copa; y tengo mis amigas de la facu: Majo Sanchez, Cecilia Rodriguez, Ailín Videla, Fernanda Morello y Marina Arroyo”.

“Quiero agradecerles a todos por estar acá. Sin público, esta fiesta es imposible. Bailarines, vestuario… ¡Qué fiesta increíble! No quiero dejar de decirle gracias a estas trece chicas, con las que formamos un grupo maravilloso. Es un honor tenerlas en mi corte. Gracias a todos los mendocinos que hacen que todos los años haya una vendimia más”. Asi hablando empezó Micaela su reinado, del que se le nota, está feliz.

“Todo es lindo, con las chicas de la corte, de verdad nos llevamos re bien, son todas divinas. Tengo muchas ganas de trabajar en lo social y para desarrollar el turismo. Hay un proyecto grande, pero todavía no puedo hablar de eso, es para más adelante. Trabajamos mucho en lo social, cada distrito ve cuales son las necesidades –armar una biblioteca pública, por ejemplo-, se ordenan por prioridades y se trabaja para lograrlos”.

Ama a su Luján, le encanta Potrerillos; lugar que lo sabe muy elegido por los turistas; Chacras por su hotelería; Cacheuta y el Carrizal “de chiquita íbamos a acampar con amigos y familia”.

Al preguntarle si ser reina le cambió mucho la vida nos dice que “no demasiado; sí tengo más responsabilidades por el cargo, pero sigo con mi vida de siempre. Sin dejar de ser yo; me cuido un poco más en el aspecto, lo que digo, etc; porque ahora tengo un deber público que quiero respetar, e incluye obviamente la imagen”.

Y ahí no pudimos resistirnos y le preguntamos por los vestidos. “Para algunos actos usamos ropa nuestra; para otros va una diseñadora y nosotras los elegimos. Para cada evento usamos uno diferente; el único que no podemos elegir, en el que vamos todas iguales, es el del Acto Central”.

“Es la fiesta más importante de los mendocinos, valora el trabajo de los agricultores y viñateros. Ya tiene importancia provincial, nacional y hasta internacional, es la segunda fiesta más importante del mundo; la primera es el Año Nuevo en Tokio”.

Luján solo tuvo tres reinas nacionales: Ángela Dorigo en 1938, Wana Pegorín en 1962 y Claudia Martínez en 1989. “Ya sea como Reina Departamental o como Reina Nacional si salgo elegida, quiero que se me recuerde por mi obra no por ser otra cara bonita, quiero dejar mi huella en la historia”.

Una mañana de febrero, de cielo encapotado por empecinada lluvia; se va como llegó Micaela; con su mamá, con sus 19 años, y con esa fuerza de la naturaleza donde conviven feroz intensidad con apacible ternura y hasta hace que la lluvia, en ella, se vuelva rocío.

Reina deportista

Cursa el segundo año del profesorado de Educación Física en el IEF y su meta es seguir la carrera de kinesiología. Practica natación, running  y voleibol. “Si llego a ser  Reina Nacional de la Vendimia deseo traer la mayor cantidad de deportes a Mendoza”, asegura.

Palabra de Reina Madre

“Me gusta que sea Reina, alterar la rutina; buscarla por la municipalidad, acompañarla a elegir vestidos, zapatos, etc. Estoy contenta porque está logrando lo que quería desde que era chiquita; yo la acompañé y acompaño, pero no la presioné nunca, lo eligió ella sola”.

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