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Nicolino de Chacras

El Pasaje Locche rinde homenaje al campeón mundial, que vivió en la esquina de esa arteria y Pueyrredón durante años. Su hija mayor recuerda los momentos vividos en el pueblo y otras memorias de un intocable nacido en Mendoza.

Tres hijos tuvo el boxeador Nicolino Locche con Ana María Corvalán: Ana María (52), Nicolino Felipe (51) y Nancy Elizabeth (46). Ellas, vecinas de Luján y profesoras de educación física; él, empleado de gobierno y quien más sabe de las andanzas de su padre. “El Intocable”, como lo apodaron, nació en Vistaflores, Tunuyán, el 2 de setiembre de 1939. Fue el menor de seis hermanos de una familia de inmigrantes italianos. Cuando su papá murió, Locche tenía 7 años. Al poco tiempo abandonó la escuela, empezó a fumar y se formó en el Mocoroa Boxing Club, cuna de la historia que escribiría a fuerza de campeonatos obtenidos, años más tarde. Porque Nicolino fue campeón mendocino, cuyano, sudamericano y mundial en la categoría welter junior.

Ana María, la mayor de sus hijas, lo recuerda esta mañana de verano en su casa de Chacras de Coria, donde vive con su marido y su hijo, que lleva a su abuelo tatuado en el hombro. A la mesa trae el libro que escribió Adrián Dottori y la noticia de que pronto será filmada la historia de su padre basada en ese material y encarnada por Jason Statham, el actor de El transportador. El director será el mendocino radicado en Miami, David Jaure: “Mucho más no puedo hablar porque firmé un contrato de confidencialidad, pero que esté pasando esto es re fuerte”, se disculpa la primogénita, crecida junto a su familia en el Barrio Aeronaútico de Las Heras primero, más tarde en la Sexta Sección y por último en Chacras de Coria, en el pasaje que lleva el nombre de su padre.

-¿Lo acompañaban en las peleas?

-Mi hermano y yo íbamos a las del Luna Park y mi mamá y mi hermana más chica, a Venezuela o Colombia. Para el título mundial viajó solo junto a su equipo. Para mí era una emoción inmensa, me encantaba verlo boxear. El tipo tenía unos reflejos, unos esquives… por eso le decían “El Intocable”. No era violento y más que una pelea era un show, por eso asistían las mujeres.

-¿Qué  recuerdos tenés de tu papá en Chacras de Coria?

-Mirá, cuando vivíamos en la Sexta veníamos todos los fines de semana en auto a buscar casa y finalmente compramos la de la calle Pueyrredón. A mi papá le encantaba andar con sus autos de carrera por acá. Compró dos caballos y en el jardín hicimos un corral para ellos; era medio loco, tenía esas cosas. Amaba Chacras… Los fines de semana hacía el asadito para todos los parientes. A veces venían micros con turistas a la puerta de la casa a sacar fotos.

-¿Cómo recordás a tu padre?

-Nos dio todos los gustos: pagó los mejores colegios y nunca nos faltó nada. Teníamos motito, karting, bicicletas… Era medio de derrochar y se dio todos los gustos en vida. Su pasión eran los autos, tuvo toda la colección de Torinos, le gustaba mucho viajar, comer bien. Vacacionaba mucho en su país y nos hizo conocer todas las provincias. También nos llevó un mes a Italia cuando todavía estaba con mi mamá a conocer a nuestra bisabuela en Sicilia. Fue un papá bastante presente hasta que se separaron, cuando yo tenía 20 años y él se fue a vivir a Buenos Aires. A los dos años yo me casé y mis hermanos también.

-¿Quiénes eran sus amigos boxeadores?

-Carlos Monzón, Ringo Bonavena, Horacio Accavallo, Pascualito Pérez. A Chacras vino a comer un asado el Tito Lectoure, que era el dueño del Luna Park, Horacio y Pascualito, los dos campeones del mundo.

Nicolino tuvo los hábitos de cualquier vecino: dormir siestas religiosas, comprar carne en lo de Manolo Salcedo, cargar nafta en la estación de servicio y adquirir lo necesario en el corralón Quilici para los arreglos del hogar. Pasión por el tango y el folclore, disfrute con los amigos de la infancia, al Intocable le ganó el cigarrillo, cuando le diagnosticaron EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Colgó los guantes en 1975 luego de haberse consagrado campeón mundial en 1968 cuando venció a Paul Fuji en Tokio, Japón. Su popularidad lo llevó a llenar el Luna Park en cada una de sus presentaciones, a ingresar en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo en 2003 y a inspirar a artistas como Enrique Sobisch, quien le dedicó una serie de óleos y dibujos. Nicolino se despidió de la vida un 7 de setiembre de 2005, en Las Heras, a los 66 años.

Ana María Locche con algunos trofeos que obtuvo su papá, el intocable Nicolino.

El Pasaje Locche, aunque mal escrito, rinde homenaje al boxeador mendocino.

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