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Biblioteca centenaria: La Alberdi y sus 102 años de servicios a la comunidad

Rosa Ruiz Huidobro y Raquel Aznar, dos de los motores de la biblioteca lujanina, cuentan los pormenores del inicio, crecimiento y actual quehacer cotidiano de la antigua casa de libros y otras yerbas. Las personas detrás de la institución.

Por Adriana Sayavedra

Rosa Ruiz Huidobro, su actual  directora, tenía veinte años cuando ingresó a trabajar como auxiliar de la por entonces biblioteca municipal. Fue de la mano de Isabel Fernández, quien se desempeñaba como jefa de la institución. Para la joven Rosa, no era más que un trabajo y, por cierto, más a su gusto que en las oficinas de Obras Privadas del municipio. Isabel, quien necesitaba una mano en su trabajo de bibliotecaria, la invitó a que pidiera el traslado de oficina cuando se dio cuenta que Rosa era una ávida lectora que retiraba libros muy frecuentemente.

Así lo hizo y así fue como, con el transcurrir del tiempo, la biblioteca se convirtió en el segundo hogar de esta mujer y de sus hijos, si tenemos en cuenta la cantidad de horas que durmieron entre los almohadones de la beboteca o almorzaron entre sus estanterías a la salida de la escuela, esperando que su mamá terminara su trabajo antes de volver a casa.

El cambio de ser un trabajo que podía realizar a gusto a convertirlo en el sentido de su vida, fue en los años en que la biblioteca era presidida por don Oscar Bracelis, al principio de los noventa. “Fue un antes y un después para mí”, recuerda Rosa, “allí descubrí mi vocación social. Aquellos fueron años de mucha efervescencia cultural, un hito, los escritores iban y venían, se compraron muchos libros, salimos a la calle. Me di cuenta de la importancia de este lugar, para mí y para todos los que lo frecuentaban. Entonces decidí profesionalizarme y capacitarme para mejorar la gestión. Creo que ese momento fue cuando se me produjo el click interior”, explica la directora para referirse al momento en que se produce esa revelación interna que nos clarifica y presenta en su extensión nuestro camino hacia adelante. Y con ese propósito partió becada hacia la vecina provincia de San Juan para estudiar bibliotecología.

“La Alberdi para mi ha sido el sueño cumplido. He crecido y me he profesionalizado acá. Me permitió compartir y construir sueños e ideas con un montón de personas; he podido volcar, desde los libros, una vocación social, aportando al desarrollo con la colaboración de un equipo de gente maravilloso. El poder sostener este proyecto en el tiempo, ha sido una de las cosas  más importantes en mi vida”.

Actualmente Rosa, además de dirigir los designios de esta institución centenaria también se encuentra a cargo de la Dirección Provincial de Bibliotecas Populares, un proyecto que le llevó muchos años de militancia, y que finalmente consiguió junto al esfuerzo de muchas personas involucradas además del valioso asesoramiento de la provincia de San Juan.


La secretaria que llegó a presidente

Presidenta de la Asociación Cooperadora desde 1999, Raquel Aznar ingresó a la Alberdi como vocal y secretaria varios años antes, al principio de la década, invitada por los Escoriaza y los Vera, dos de las familias lujaninas integrantes de aquella comisión directiva, a raíz de su perfil de docente de literatura.

Hoy lleva las riendas de la Cooperadora de la Biblioteca, la ONG habilitada por la CONABIP y que otorga el carácter popular de la Biblio. Su tarea radica en proponer, evaluar y administrar los proyectos que allí surgen.

“Acá encontré un espacio donde desarrollar mi vocación literaria y social”, cuenta Raquel y explica que lo que más la apasiona de su labor es el contacto con la comunidad, “el compartir y contagiar este entusiasmo por el valor de la lectura, del conocimiento y del estudio, que es lo que realmente nos dinamiza, nos da libertad para vivir y para pensar”.

“Esta es una biblioteca que sale a la calle, que se mezcla con la gente y lleva la lectura a quienes no vienen. Vamos a leer a los geriátricos, a los centros de salud, a los barrios”, continúa entusiasmada Raquel y cuenta que entre las actividades dedicadas al mes del Escritor –junio-, han invitado a dos representantes jóvenes del mundo de las letras: Lucía Bracelis –hija del recordado ex presidente de la Alberdi, Oscar- y Gabriel Dallatorre.


Historia de una Biblioteca transhumante

Fundada el 25 de mayo de 1911, por vecinos de Luján consustanciados con la cultura y liderados por Arturo Lerena -creador del diario “La voz de Luján” que, según antecedentes, fue uno de los primeros de Mendoza-, la Biblioteca Alberdi no cuenta con archivos que hablen de su nacimiento y desarrollo. Una de las consecuencias de haber carecido durante mucho tiempo de edificio propio, “como les sucede a la mayoría de las bibliotecas populares en la Argentina”, lamenta Rosa.

A raíz de ello, la reconstrucción de la historia de esta casa de libros, fue un arduo trabajo de investigación y recopilación de datos en diarios y anuarios “pero la principal fuente fue el testimonio oral” relata Rosa. Entre ellos recuerda el relato de los hermanos Nidia y Rolando Concatti, y de don Damore, quienes eran parte del grupo de jóvenes estudiantes que decide crear una biblioteca en el departamento, en realidad, para poder ahorrarse el viaje hasta la Biblioteca San Martín, en la Ciudad de Mendoza.

“Existía un empuje y entusiasmo en la sociedad de aquellos años, entre 1910 y 1920, que coincide con la creación de todas las instituciones que van a dar cuerpo al departamento, con el gran flujo inmigratorio”, aporta Raquel Aznar.

Luego de ese momento de efervescencia, la biblioteca se cierra, queda sin comisión y los libros van a parar al depósito junto a los filtros municipales, pegadito al canal. Fue el intendente Girala quien decide rescatarlos y armar la biblioteca municipal.

Allí comienza la etapa de la “la biblioteca transhumante” según la describe Rosa: primero funcionó en la Sociedad Italiana. Destinada principalmente a los empleados municipales, también era consultada por los adolescentes que iban a jugar allí al ping pong.

De allí pasó al edificio que hoy ocupa el Consejo Deliberante sobre calle Sáenz Peña. De esa época recuerdan con afecto al bibliotecario que ofrecía el diario para leer mientras se esperaba el micro, ya que la parada de colectivos, al igual que hoy, se encontraba en la puerta del edificio.

Con la llegada de la democracia, en 1983, la comunidad se activa y se vuelve a formar la comisión directiva a instancias de Isabel Fernández. Se recupera así el carácter de popular y en 1984, la Biblioteca Alberdi ya integra la CONABIP.

Luego fue la mudanza a la calle  Colombres, a fines de los ’80, al garage de una casa alquilada. De allí a la esquina de Sta. María de Oro y Balcarce, frente a la plaza, donde funcionaba en una habitación de la Casa de la Cultura, compartida con la Dirección de Cultura y la de Educación. Eran los años ’90 y entre los integrantes de la comisión estaban Ricardo Escoriasa, Chela Vera, Leonor de Casa, Elvira Risi, don Damore, Pírica Vera, Lola Rigo, Pocha Porta.

Pero los bolsos estaban siempre listos, porque ningún lugar era definitivo, aunque ya faltaba poco para que llegara ese momento.  El penúltimo traslado fue en el 2000, aproximadamente, al segundo piso del sindicato municipal, en la calle Fader. Y finalmente en el 2003 se inaugura, con bombos y platillos, pero por sobre todo con muchísima alegría y emoción el edificio propio, en la plazoleta de calle República del Líbano.

Hoy, la Biblioteca Popular Municipal Alberdi, que además posee 20 bibliotecas ambulantes para la promoción de la lectura, se define como una institución mixta. Es popular, porque depende de la CONABIP –Comisión Nacional de Bibliotecas Populares-, o sea, el gobierno nacional la subsidia y protege. Y es municipal porque el municipio mantiene la infraestructura y el servicio que allí se presta, “bajo la órbita de la Dirección de Educación de la Municipalidad a cargo del Prof. Alfredo Tagliabue”, describe Rosa su directora. Actualmente trabajan allí varios voluntarios y otros tantos municipales. Y se dictan diferentes talleres y actividades como teatro para jóvenes y adultos, cine y video, expresión plástica, etc. Entre sus servicios, brinda Internet; la Beboteca, un espacio ambientado para los más pequeños; compilación y sistematización de recortes de diarios y revistas y fotocopiado en sala.

¡Has recorrido un largo camino muchacha!

Club de Amigos Lectores

Los encuentros son los días miércoles a partir de las 16 hs. en la sala de lectura de la Biblioteca. Se comparten lecturas y charlas sobre escritores y obras literarias. El único requisito es ser socio de la biblioteca.

“Los esperamos”, invita Raquel Aznar, su directora y fundadora, quien explica que “el Club de Amigos Lectores de la Biblioteca Popular Municipal Juan Bautista Alberdi está integrado por todas aquellas personas que tengan inquietud por la lectura y quieran transmitir el placer y el valor de la misma. Queremos difundir y trasladar el hábito de la lectura a instituciones escolares y sociales en general, un eje de trabajo básico que desarrolla esta casa de los libros centenaria en todo el departamento”.


Biblioteca Popular Municipal Juan Manuel Alberdi

República del Líbano 418.

Teléfonos: (0261) 4985388 – 4983124

Horarios de atención: 08:00 a 19:00 hs. de lunes a viernes.

Valor de cuota mensual:   $5 – Valor de inscripción: $5

E-mail: bibliopmalberdi@yahoo.com.ar

Facebook: Biblioteca Alberdi

3 Comentar este artculo

  1. Rosa Ruiz Huidobro Dijo:

    Hola Queridos Correveidile, quiero aclarar que mi cargo es de Subdirectora de Bibliotecas en el departamento de Luján de Cuyo y que fuí miembro de la primera Comisión de Coprobip (Comisión Provincial Protectora de Bibliotecas Populares) ad honoren. Muchas gracias pero vale aclarar.
    Gracias Adri y Beto!
    les mando un abrazo

  2. correveidile Dijo:

    en qué estaría pensando nuestra periodista????

  3. alberto Dijo:

    >Muchas felicitaciones a tantos años de esfuerzos dedicados a la comunidad

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