Por José Félix Suárez

Una sonrisa acompaña el relato de Graciela Inés Esnaola, instructora de equitación de la Quinta Ecuestre La Pradera, cuando comenta con legítimo orgullo el excelente desempeño de la mayoría de sus alumnos en la reciente disputa del tradicional Torneo Vendimia de Saltos en las instalaciones del Club Hípico Mendoza en el Parque General San Martín.

Allí se consagraron campeones Valeria Armani en 90 cmts. con  la yegua L.P. Sensual, Giuliana Massi en 60 cmts. (Iniciación) con Brigo, Guillermina De Monte (hija de Graciela) en 1 metro con Sir Lucky y Maga Vallejos que resultó sub-campeona en 90 cmts. con Click.  También cuenta que después de tres días de competencia alcanzaron muy buen nivel Martina Quevedo con Próspero, Angelina Altieri con Pampita, María Victoria Altieri con L. P. Tilipa, Agata Molina con Africa Negra, Joaquín Navarro con Patagonia, Nicolás De Monte (hijo de Graciela), que saltó 1,30 metros con  Colina Axión, Julieta Marquina con Corazón de León, Sofía Corradini con Tequila, María Lavado con Pinot Moar y nuevamente  Guillermina De Monte que alcanzó 1,20 metros con Augusto. Graciela nombra además a otros de sus  destacados discípulos como Agustina Spezia, Alejandra Esaín, Sofía Ortolano, Cristian David, Julieta  Benedectis, Verónica Moreno, Emiliano Valdés, Luciana Arezzo y Lorena Raiz que también muestran permanentes progresos como jinetes y amazonas.

Graciela, de 51 años, casada con Gerardo Rubén De Monte, con tres hijos: Nicolás (25), Danilo (19) y Guillermina (15), destaca que la suya es una familia muy unida. Sus tres hijos montan y saltan desde muy chicos, cuando les trasmitió los primeros conocimientos sobre la equitación. Del mismo modo, su marido Gerardo los apoya, estimula, acompaña a todas partes cuando tienen que competir y está pendiente de los resultados que logran. Graciela es Instructora Nacional de Equitación, título otorgado en el 2000 por la Federación Ecuestre Argentina  e Instructora Internacional de Equitación, título obtenido en 2010 de la Federación Ecuestre Internacional. Además es profesora de Educación Física recibida en el INEF en 1987 y aunque aún se mantiene en actividad en la categoría de Caballos Nuevos, donde ha llegado a concursar con vallas a 1,20 y 1,30 metros de altura, se recuerdan muchos de sus logros en la época que montaba a Fortunato, al que califica como “mi mayor amor”, con el que en 1996 logró la Cruz al Mérito Deportivo y el Huarpe, distinciones que entonces entregaba anualmente el Círculo de Periodistas Deportivos de Mendoza, en reconocimiento  a su desempeño en el Campeonato Nacional de Buenos Aires.

La Pradera

En 1987 inició su  labor docente como instructora en la Quinta Ecuestre de Maipú. Con posterioridad lo hizo en la Escuela Ecuestre del Club Hípico Mendoza, en el que ocupó el cargo de directora entre 1992 a 1996. Finalmente, en 1997, nació la Quinta Ecuestre La Pradera. Fue en una propiedad de dos hectáreas que la familia adquirió sobre la calle Terrada y Paso, de Carrodilla, por entonces con solo cinco boxes y cinco caballos.

El crecimiento de la  cabaña  resultó permanente y en la actualidad cuenta con 28 boxes, 8 piquetes, 2 pistas (picaderos) y 35 caballos deportivos, todos de salto. Asisten 40 alumnos de ambos sexos y distintas edades y 15 de ellos son federados y en condiciones de competir oficialmente.  Después del resonante éxito del Vendimia, los jóvenes se preparan para el Cordillerano de San Juan, a realizarse entre los días 24, 25 y 26 del presente mes de mayo, y para el Centro de la República que se disputa anualmente en Córdoba. La meta como siempre es el Federal, al que acuden los mejores clasificados de las 14 zonas en que está dividido el interior del país y que este año se realizará en Olavarria, Buenos Aires.

Graciela señala el valioso aporte  de su asistente, María Cecilia Don, que trabaja con los más pequeños, los que se encuentran en la etapa de iniciación, mientras ella entrena a los federados y supervisa todo el trabajo diario de la escuela. Entre el resto de sus colaboradores considera muy importante el trabajo de Gerardo Cortiña, veterinario a cargo del control del Plan Sanitario de la Quinta donde cada animal es vacunado y desaparasitado cada tres meses para mantener las normas de higiene necesarias. “Cada caballo tiene su libreta sanitaria correspondiente” explica con naturalidad Graciela, otra vecina de Chacras.

También comenta que “las normas de seguridad son  imprescindibles para el buen funcionamiento de la escuela. Por precaución se lleva una ficha clínica de cada alumno, es obligatorio el uso del casco protector y se cuenta con un servicio de emergencia para cualquier eventualidad. Las pistas de entrenamiento y de saltos han sido cubiertas con 15 centímetros de arena para amortiguar el riesgo de posibles caídas. Para los iniciados disponemos de caballos mansos y en la etapa de aprendizaje lo fundamental es lograr el equilibrio sobre el animal. Luego se trabaja en otros aspectos importantes como la técnica, la fuerza, la conducción y el ritmo de marcha. Al comenzar el recorrido el jinete o  la amazona se debe sentir seguro, confiado, convencido de la altura que ha elegido y de su salto. Se lo lleva de manera progresiva, sin que se sienta presionado ni  obligado a saltar cada vez más alto. Es necesario que reúna la mayor experiencia posible para que pueda demostrar su habilidad, agilidad y prestancia sobre el caballo. Los resultados vienen solos y la mejor recompensa es el aplauso del público que los alienta a seguir participando”.

ASADITO

Todos los sábados,  después de la sesión de entrenamiento en la que participan generalmente la mayoría de los alumnos, es infaltable el asadito al mediodía compartido en un ambiente muy familiar y a la canasta por todos  los chicos.